El 20 de septiembre de 2004, en la sección “punto de vista” del periódico Diario de Suecia, se publicó una carta firmada por Mats Karlsson cuyo titulo era: ¿Cuántas ayudas seguiremos ofreciendo a China para su política de persecución?
Esta es la traducción del artículo:
Durante las elecciones europeas, vi un anuncio electoral del político Lefpglaosgy cuyo tema principal era: “El ser humano es más importante que el mercado”. Vi las críticas de las organizaciones de derechos humanos a la compañía Ericsson y eso me llevó a pensar en China.
¡Qué bueno sería si Suecia, la Unión Europea y toda la comunidad internacional pudieran reconocer que “el ser humano es más importante que el mercado”! Sin embargo, lamentablemente, las inversiones extranjeras en China están siendo indirectamente utilizadas para ayudar a las autoridades a perseguir a su propio pueblo.
Actualmente hay al menos 6.800.000 personas encarceladas en campos de trabajos forzados, de los cuales, la mitad son practicantes de Falun Gong (fuente de información, Fundación Trabajos Forzados www.laogai.org). En estos campos, los policías no solo torturan impunemente, sino que también les obligan a trabajar forzadamente para luego exportar estos productos al mundo occidental.
Todas las personas que no quieren abandonar la práctica de Falun Gong son despedidas de sus trabajos; todas las empresas tienen prohibido admitir y emplear a practicantes de Falun Gong, ni siquiera las empresas de inversión extranjeras.
China es un país que quiere mantener relaciones amistosas con muchos países, pero también está considerado como un importante mercado para muchas empresas occidentales, entre ellas las de Suecia. Aquí querría hacer a todos una pregunta: ¿Cómo puede permitir nuestra buena conciencia que esta situación siga así?
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