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“¿Practicas Falun Gong o no?” Acompañado por el ruido del bastón de mando eléctrico y el grito terrible de una mujer, secretamente, bajo la cobija de la noche, un crimen inhumano ocurría en el centro de rehabilitación de drogas del campo de labores forzadas de la ciudad de Harbin.
El cabello de las mujeres fue cortado muy corto y al azar, fue llamado por los guardias "pelo del fantasma". Usaban sandalias y fueron forzadas a ponerse en cuclillas en la tierra, sus bocas fueron selladas con una cinta blanca de tela y sus manos esposadas a la cerca de acero helada en el suelo de cemento. Los guardias varones las patearon violentamente con sus botas de cuero, y las guardias mujeres se mantuvieron golpeando sus caras, bocas y cuellos con los bastones de mando eléctricos.
Todas las ventanas en una de las celdas estaban abiertas de par en par. En esa fría noche de diciembre, el viento helado entraba por las ventanas, soplando directamente sobre las mujeres que estaban vestidas solamente con ligeras ropas y fueron forzadas a sentarse en el agua fría de los lavabos lavacaras. Vistiendo gruesas chaquetas de invierno los guardias, con sus bastones de mando eléctricos golpeaban a cada mujer que intentaba ponerse de pie, y forzaron a las mujeres, que estaban empapadas totalmente, sentarse en el congelado piso de cemento.
“Clang, clang, clang..” una serie de ruidos de un martillo de metal golpeando el metal acompañaba, los gritos de un guardia de la prisión “ ¿te reformas o no?. Un guardia de la prisión cubrió la cabeza de una practicante de Dafa con un cubo y golpeo el cubo con su bastón, lo cual hacía imposible para la mujer escuchar su voz, puesto que el sonido del cubo abrumó el griterío salvaje del guardia.
En otra celda, algunas reclusas pellizcaban ferozmente a una mujer practicante de Dafa, quien estaba en cuclillas en el piso. Su cuerpo fue cubierto por moretones. La parte delantera de otra mujer practicante incluido su pecho se volvió negro debido a la tortura. Les dijeron a las otras internas que su sentencia sería reducida si lograban transformar a las practicantes de Falun Gong. La tentación de la reducción de su sentencia provocó que las convictas torturaran salvajemente a las practicantes de Dafa quienes estaban día y noche con ellas. Las guardias mujeres, observando, hicieron muecas y gritaron, "¡nada de dormir sin ninguna transformación! ¡Golpearemos a cualquiera que se cierre los ojos; todavía quédense en cuclillas en el piso, nosotras golpearemos a quienquiera que se atreva sentarse!".
Siete días más tarde, las internas llevaron arriba a algunas mujeres quiénes no podían caminar más, fueron empapados y cubiertos totalmente con heridas. Ellas mantuvieron su creencia bajo el abuso y la infernal tortura.
“ ¡Agh..!” Un grito desgarrador rompió la tranquila noche. Para forzar a una mujer a transformarse, una reclusa cavaba con su mano en el área genital de una practicante de Dafa. Los gritos dolorosos eran la denuncia y la condena al mal que persigue a los practicantes de Dafa.
La noche oscura no durará por siempre, y la luz de la verdad universal está disipando la niebla. La creencia correcta de los practicantes de Dafa ha ganado admiración por todas partes. ¿Cuánto más tiempo esos seres malvados estarán rondando?
Cada uno, por favor, mire cuidadosamente y distinga el bien del mal, y, con su voz de justicia, apoye a la gente buena que cree en la "verdad, compasión, tolerancia."
Por seguridad de las compañeras practicantes de esta historia, hemos omitido sus nombres.
Versión en chino disponible en
http://www.minghui.org/mh/articles/2003/3/16/46582.html
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