Baden.- La sonrisa de Xiong Wei volvió. Desde el 5 de enero de 2002 había perdido la sonrisa hasta hoy. Unos policías vestidos de paisano la detuvieron en Beijing y fue condenada a dos años en un campo de trabajos forzados sin intimación. Esta practicante de Falun Gong reencontró su libertad el 4 de enero y volvió a Alemania el 29 de septiembre de este año.
Participad para obtener la libertad para Xiong Wei (Foto: Gernsbeck) |
Los amigos de Xiong Wei, así como la Sociedad Internacional para los Derechos Humanos (ISHR), tan pronto tuvieron conocimiento de su detención, se pusieron en actividad y obtuvieron su libertad. El Canciller Gerhard Schröder del Partido Social Demócrata (SPD) presentó al antiguo jefe de estado y jefe del partido comunista chino Jiang Zemin, durante su visita oficial a Alemania en abril de 2002, una carta de apelación, pidiendo la libertad de todos los practicantes de Falun Gong encarcelados, incluido Xiong Wei.
La joven mujer de 33 años tenía conexiones fuertes con Alemania. Hija de una pediatra y de un ingeniero, había comenzado sus estudios en la Escuela de Economía en la Universidad Técnica de Berlín. Obtuvo su diploma en el año 1999. Poco después, fue contratada por De Buderus’s Berlín and Wetzlar operations y más tarde se trasladó a China.
Al principio Xiong Wei tuvo dificultades para adaptarse a los rigores del estudio en Alemania, y sufría física y mentalmente. Había encontrado la paz y la armonía tanto interior como exterior después de conocer Falun Gong. Estas enseñanzas están basadas en una escuela de 'cultivación' tradicional china y en los principios de Verdad, Compasión y Tolerancia.
Falun Gong hoy es practicado por millones de personas en sesenta países. En China el número estimado está entre setenta y cien millones. En 1999, el antiguo jefe de estado Jiang Zemin prohibió Falun Gong porque lo percibía como una amenaza a su régimen. Los principios de la Escuela de Meditación China no podían ser conciliados con la ideología comunista. Desde entonces, Falun Gong ha sido perseguido brutalmente.
Su vida ha podido ser descrita a menudo como una marcha a través del infierno: choques de porras eléctricas, lavados de cerebro y violaciones, asistiendo a las torturas a muerte de otros practicantes.
Xiong Wei aguantó la angustia de los interrogatorios y de la tortura, la privación de sueño, la postura de pie o en cuclillas durante largas horas.
Dijo durante la entrevista con nuestro periódico que “generalmente, el lavado de cerebro forzado y la reeducación por la fuerza son la norma habitual, con la orden a los seguidores de Falun Gong de documentar escribiendo o verbalmente la actitud políticamente correcta. Luego la privación de sueño seguía si alguien decía la verdad”.
Fabricó jerséis y fajas para la exportación trabajando diariamente sin interrupción de las 7h 30 a las 10 de la noche. A veces, fue forzada a trabajar después de medianoche. Le daban de comer dos veces al día. La mayoría de las veces eran bolitas de col fuertemente saladas salpicadas de gusanos blancos, y dos veces a la semana apio, también con demasiada sal.
Xiong Wei sobrevivió a la agonía. Esta joven mujer alemana está segura de que, “...los llamamientos internacionales bajo la forma de publicidad en Internet y de postales enviadas al régimen chino, le salvaron de otros tratamientos todavía peores...” Decidió encontrar un trabajo en Alemania y al mismo tiempo, por gratitud profunda hacia sus bienhechores, ser activa en la lucha por los derechos humanos.
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