En la tarde del 29 de junio de 2001, mi esposa y yo fuimos a la Embajada de China en Francia con el fin de pedir la renovación de nuestros pasaportes. Como los pasaportes que teníamos eran unos pasaportes de servicio, los empleados consulares nos pidieron mostrarles los certificados necesarios para la renovación avalados por la División de Educación de la Embajada.
El 2 de julio de 2001, mi esposa y yo fuimos a la División de Educación para pedir estos certificados. En primer lugar, una secretaria de apellido Wang nos atendió. Como mi mujer y yo practicamos Falun Gong desde hace años, la secretaria trató de determinar si mi mujer había distribuido folletos de información sobre la persecución de Falun Gong en China a turistas en el barrio del Museo del Louvre. Luego comenzamos a hablar sobre la cuestión de Falun Gong con la secretaria. La atmósfera era relativamente tranquila aunque cada uno de nosotros teníamos opiniones fuertes. Después de media hora de conversación, el director de la División de la Educación, Sr. Guoxing Chao, nos reunió. Cuando se enteró que hablábamos de Falun Gong, se enfureció y comenzó a atacar ferozmente a Falun Gong y a acusar a su fundador de sabotaje hacia el Gobierno chino. Con calma, le dijimos cuánto nos habíamos beneficiado a la vez física y mentalmente de la práctica. Dijimos que como practicantes, esperábamos solamente que el Gobierno chino parara inmediatamente la persecución cruel y violenta de Falun Gong iniciada por el régimen de Jiang, y que pusiera fin pacíficamente a toda persecución contra sus practicantes. Este director no reconoció la verdad evidente de la persecución de millares de practicantes de Falun Gong, incluido el hecho de que más de 200 practicantes habían sido torturados a muerte por aquel tiempo. Respondió de manera extremadamente malvada, diciendo que la persecución absolutamente debía continuar y jamás pararse. Para acabar, el Sr. Chao gritó: "¡Les es imposible renovar su pasaportes aquí! ¡Entonces regresen a su casa, limpien sus espíritus respecto a Falun Gong y luego vuelvan a verme, o bien regresen a China y renueven sus pasaportes allá!" En conclusión, acabó por añadir: "Pueden continuar y pedir el asilo. ¡No me preocupo de ustedes!"
De hecho, únicamente habíamos mantenido nuestra creencia, y nuestro deseo de continuar la práctica de los principios de "Verdad, Benevolencia y Tolerancia". Falun Gong atraviesa una persecución brutal en China, y los practicantes fuera de China también experimentaron las amenazas y la persecución. El objetivo de este director era obtener la renuncia a nuestra creencia en Falun Gong y que traicionáramos nuestras conciencias. Para nosotros, absolutamente era incuestionable. Es otro ejemplo de persecución contra los practicantes de Falun Gong por funcionarios chinos fuera de China que siguen de cerca el dictado del violador de los derechos humanos Jiang Zemin.
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