Esta mañana, mientras esperaba en el semáforo, observé de repente a un hombre de cierta edad al lado de mi coche. Cuando bajé el cristal, me dijo: «La luz derecha de su coche no funciona». Le agradecí por haberme advertido de este problema y le deseé un buen día. Lentamente se dirigió hacia su coche. Cuando el semáforo se puso en verde, arrancamos juntos.
Este solo minuto suscitó muchos pensamientos en mi espíritu. Los alemanes siempre tienen ganas de ayudar a los demás, y son muy serios en todo lo que hacen. Estoy muy conmovido por estas cualidades. Comprendí de repente que estaba muy contento de aceptar las palabras de este hombre cuando avisó que había algo anormal en mi coche, y que no estaba muy contento cuando los practicantes señalaban mis defectos. ¿Por qué reaccionaba de manera diferente? Supongo que es porque no conocía a este hombre, y quería dar a los desconocidos una buena impresión de mí. Cuando mis compañeros señalaban mis defectos, sin embargo, pensaba que lo hacían para hostigarme, y yo mismo trataba de encontrar excusas.
Ahora, comprendo que mis compañeros de práctica señalan mis apegos escondidos. Como no estoy dispuesto a abandonarlos, no quiero aceptar su crítica.
La próxima vez que una persona me señale mis errores, le agradeceré como lo hice con este hombre. Aunque no pueda aceptar inmediatamente sus palabras, intentaré comprenderlas a partir del Fa. Hacen esto para mi bien, y no puedo utilizar las actitudes de otras personas hacia mí como excusa y no aprovechar la oportunidad de mejorarme.
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