¡Me gustaría tanto que más gente descubriera los beneficios que puede aportar la práctica de Falun Gong!

Trabajo en el departamento de desarrollo de productos en la Empresa Volvo de Suecia. De cuando en cuando mi departamento organiza retiros en lugares tranquilos en el campo o a orillas del mar. Durante uno de estos viajes mi jefe me pidió que enseñara los ejercicios de Falun Gong a nuestro equipo.

Escogí un prado cerca del mar no lejos de nuestra sala de conferencias. El tiempo era perfecto, hacía sol y una brisa que venía del mar. Hicimos los ejercicios fácilmente, como si mis colegas ya los hubieran practicado antes. "Tan agradable y relajante" dijo uno de ellos y los otros asintieron.

Somos ingenieros creativos, jefes de proyecto y técnicos especializados. Nuestro trabajo nos exige mucho. El estrés mental puede caer sobre nosotros sin el menor aviso. Recientemente, uno de nuestros colegas enfermó por el agotamiento y tuvo de dejar nuestro equipo. Hace siete años, estaba al borde del precipicio a causa del estrés. Yo sufría palpitaciones, insomnio, alergias, hemorroides, úlceras sangrientas y a menudo cogía la gripe.

Tuve la suerte de encontrar Falun Gong. Un mes después de haber aprendido los ejercicios mi estado comenzó a mejorar. Sentía que mi cuerpo se recuperaba un poco más después de cada sesión de práctica. Los efectos eran todavía mejores cuando lograba seguir los principios de verdad, compasión y tolerancia y cuando manejo bien los conflictos con los demás. Era como si mi cuerpo y mi alma fueran uno sólo. Comprendí que no podía uno sentirse bien sin un cuerpo sano y que un cuerpo sin un alma sana decaía.

Observando los principios de Verdad, Compasión y Tolerancia como lo enseña Falun Gong, reencontré el bienestar físico y mental. Cuando me cultivo, es decir cuando hago esfuerzos concientes para pensar primero en los demás, abandonar la lucha por el prestigio, es que perdono fácilmente, abandono el egoísmo y los celos y evito herir a otros. No lo consigo siempre, pero hago esfuerzos para ser mejor cada vez.

Las palpitaciones que me maltrataron durante mucho tiempo desaparecieron y tengo la impresión de que mi cuerpo es tan ligero como una pluma. Antes siempre era débil, pero desde que comencé la práctica, logro andar con ánimo distancias largas y bajo y subo las escaleras sin esfuerzo. Además soy más eficaz y logro administrar el estrés en mi trabajo. Me gustaría tanto que más gente también probara la práctica y sacara provecho de los beneficios maravillosos como los que yo he podido obtener.