El 30 de enero de 2002 por la tarde, la policía de la oficina de seguridad del condado de Nongan me llevó por la fuerza a la oficina local pública desde mi trabajo sin dar ninguna explicación y sin ningún procedimiento legal.
Después de permanecer allí durante cerca de una hora, pedí telefonear a mi casa, porque mis familiares no sabían donde estaba. Mi padre, de 80 años, tenía una enfermedad en el cerebro y difícilmente podía ocuparse de sí mismo y mi marido estaba en el trabajo. Nadie se hallaba en situación de ocuparse de mis hijos después de la escuela. La oficina de seguridad negó todas mis peticiones sin distinción. Luego me empujaron al coche de policía y me llevaron a la oficina de seguridad pública de Changchun con los ojos tapados con un abrigo. Me arrastraron hasta el cuarto piso y esposaron mis manos en una silla de metal.
Algunas horas más tarde, comenzaron a torturarme. Me interrogaron a propósito de lo que había hecho. Repliqué que había hecho lo que un discípulo de Dafa debía hacer. Entonces me quitaron la ropa a la fuerza, dejándome en ropa interior. Golpearon mi pecho con porras eléctricas. Las descargas eran tan dolorosas que es inimaginable. Les dije: «El bien es recompensado con el bien y el mal con el mal. Ustedes también tienen padres y hermanas. ¿Cómo pueden tratarme así? Soy tan mayor como su madre.»
Se negaron a escucharme y continuaron golpeando mis orejas con las porras eléctricas con todavía más exasperación. Mis orejas estaban tan hinchadas que se volvieron negras. Un policía me golpeó en la cara dos veces. Entonces comencé a enviar pensamientos rectos sin interrupción. Entonces la porra electrocutó al policía, produciéndole una descarga en la mano. Temiendo otra descarga, el policía la tiró y tomó una barra de metal de más de 2,5 cm de espesor para golpearme las piernas y las caderas hasta que quedaron cubiertas de moratones. Luego golpearon mis brazos y mi espalda. Me torturaron así durante cerca de dos horas. Luego, cambiaron de personal y vinieron otros dos policías. Uno de ellos me pegó de nuevo con una porra eléctrica.
La policía no me permitió dormir en ningún momento por la noche. Estuve detenida en la oficina de seguridad pública de Changchun hasta las 16 horas del día siguiente cuando la policía local me envió a la prisión de Nongan. Estuve encarcelada en la prisión alrededores tres meses. Temiendo que fuera a explicar sus crímenes, la policía no me soltó. Más tarde fui enviada a un campo de trabajos forzados con una condena de tres años.
Versión en inglés disponible en:
http://clearwisdom.net/emh/articles/2005/4/4/59133p.html
Versión en chino disponible en:
http://minghui.org/mh/articles/2005/3/15/97361.html
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