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Carta al Editor
30 de marzo de 2005
Queridos amigos de Epoch Times,
"Azar" es el nombre que se da al don de hacer por casualidad descubrimientos felices e inesperados. De hecho, leyendo una copia reciente de Epoch Times (Edición especial) que encontré en el metro de Londres, me inclino a creer que un Poder más alto puede estar detrás de descubrimientos tan felices.
Por supuesto, su artículo «Sobre lo que es el comunismo» me recordó lo que ya sabía. La crónica espantosa y sangrienta del comunismo, la historia antihumana ya ha sido contada. No obstante, no bastante a menudo. «Lo que cuenta no es lo que se dice, sino lo que se repite» escribió un día el filósofo italiano Benedetto Croce. La memoria humana es efímera. Además, los poderosos derechos adquiridos conspiran para hacernos olvidar lo que jamás debería ser olvidado. De ahí la importancia crucial de lo que usted escribió. Epoch Times reforzó mi creencia en la necesidad moral de continuar repitiendo la verdad. Para recordar a la gente de bien de cualquier lugar toda la extensión de los crímenes del marxismo. Y esto por lo menos por tres buenas razones.
La primera, el Comunismo, «el dios que ha fracasado» como uno de sus primeros adoradores ha descrito, continúa asolando un gran continente. El caso de China es el más flagrante. Las calamidades morales y humanas cometidas por el Partido Comunista Chino sobrepasan el entendimiento. La destrucción sistemática de la antigua cultura china, los valores y la herencia espiritual de la cual usted llama la atención de modo tan sorprendente justifica seguramente la utilización de la expresión "genocidio cultural". Aunque los días del régimen al poder sean contados, el partido desacreditado tiene siempre bajo su influencia el país más poblado del mundo. No es pues una simple cuestión de documento histórico. Ni algo que se produzca como una pesadilla de la cual la humanidad ahora emergió sana y salva. Esta divinidad en quiebra continúa ejerciendo un poder despótico sobre las vidas de mil millones de hombres y mujeres chinos. Donde la necesidad más real es combatir al ídolo depravado del marxismo.
La segunda, en China este dios que ha fracasado, celoso de su monopolio tiránico, perjudica regularmente, tortura y hasta mata a los discípulos de auténticas vías espirituales. Como sacerdote anglicano pacifista, me concierne mucho la persecución de este atractivo y no violento movimiento Falun Gong. Un sistema político que encuentra intolerable principios tan bellos como «Verdad, Benevolencia y Tolerancia» está profesado a revelarse activamente malévolo; manifiestamente un enemigo del bien común.
Por supuesto, como usted lo hizo ver, muchas veces son víctimas de la intolerancia del PC. Muchos sacerdotes y obispos chinos son encarcelados, todos los miembros de iglesias clandestinas que se niegan a actuar como los criados del régimen. Según la Agencia Católica Romana «Asia News», hay seis obispos católicos chinos en prisión. Otros trece están detenidos. Diecinueve sacerdotes están encarcelados o desaparecieron. Otros tres están en campos de concentración. Algunos han sido presuntamente asesinados. El cuerpo del obispo John Gao Kexian fue devuelto a su familia el agosto pasado, después de cinco años de detención. Un balance desolador similar de persecución se aplica a los cristianos protestantes de cualquier denominación. El falso ídolo comunista en su agonía continúa repartiendo acusaciones contra los creyentes auténticos y pacíficos
En tercer lugar, la juventud de Europa no está suficientemente al corriente de los crímenes, los horrores, perpetrados por el comunismo. Absurdamente, el dios que ha fracasado todavía hace adeptos entre demasiados jóvenes, especialmente en Europa continental. El materialismo, el consumismo y las sensualidades groseras no asfixiaron la aspiración de los ideales, en los valores más altos en el corazón de los jóvenes. Con el fin de dar un sentido y un fin a sus vidas, algunos jóvenes caen en la trampa de considerar el marxismo como una respuesta a las cuestiones de la pobreza en el tercer mundo, del subdesarrollo, de la violencia y de la injusticia. ¿Pero cómo una ideología responsable del homicidio de un millón de seres humanos podría ser la respuesta a esto? Los jóvenes tienen razón en ser idealistas, en despreciar la injusticia y la desigualdad. El comunismo, sin embargo, tiene tantas razones para presentarse como una solución a los problemas sociales como Jack el destripador tenía en respuesta al problema de la prostitución.
Entonces, queridos amigos, nosotros las personas de buena voluntad, cualquiera que sea nuestra religión o aunque no tengamos ninguna, debemos hacer todo lo posible para asegurar que toda persona decente todavía engañada, que intente adorar a esta deidad fraudulenta, el comunismo, tanto en China como en otras naciones, conozca enteramente la verdad.
Dios le bendiga
Sinceramente vuestro
Revd Frank Julian Gelli
26 de marzo de 2005
Londres, Reino Unido
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