Quedó desconcertado y replicó: "Tenemos órdenes de arriba de castigar a los que no renuncian a Falun Gong. Utilizamos a los toxicómanos y a las prostitutas para torturarlos. Si lo hacen bien, pueden tener reducciones de pena, sino se les puede prolongar. De esta forma, estos criminales tienen buenas motivaciones para hacerlo.
Al oír eso me horroricé y comencé a clarificarle la verdad, diciéndole que el bien será recompensado por el bien, y el mal por el mal. Entonces él dijo: "En realidad, yo no quisiera hacer eso. Sin embargo, si me niego a seguir las órdenes, me despedirán. Un momento después me dijo que las autoridades habían presupuestado 180.000 yuanes de más al campo de trabajo para que persiga aún más a Falun Gong."
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