El 4 de junio de 2005, en las animadas calles del centro de la ciudad de Frankfort, los practicantes de Falun Gong celebraron una exposición contra la tortura para sacar a la luz la brutalidad de la persecución de Falun Gong por el Partido Comunista Chino y enseñar toda la belleza de Falun Gong y sus principios Verdad, Benevolencia y Tolerancia.
Un hombre joven, recientemente llegado de China continental para estudiar en Alemania, vino a nuestra mesa y se paró a mirar. Este hombre reveló saber muchas cosas a propósito de Falun Gong. Algunos de sus allegados lo practicaban y él mismo había leído las enseñanzas. Desde el principio de la persecución, numerosas veces había recibido informaciones por e-mail e incluso había obtenido los Nueve Comentarios. Dijo que mucha gente en China los había leído y que muchos otros querían hacerlo.
Mucha gente se interesó por Falun Gong y rodeó nuestra mesa. Una persona de nacionalidad rusa pidió tímidamente en alemán: «¿Tiene usted libros en ruso? Quiero leer sobre Falun Gong».
Un chico de ocho o nueve años de edad abría desmesuradamente sus grandes ojos delante de la demostración de los ejercicios, con una expresión de interés intenso. Una practicante le dio una delicada flor de papel plegado. Preguntó donde podía aprender Falun Gong y si era posible practicar en el centro de la ciudad casi cada día. Luego preguntó: «¿Necesito inscribirme? Si, ya se que debo preguntárselo a mi madre». Cuando la practicante le dijo que no era necesario inscribirse, que bastaba con tener ganas de aprender y que los libros, la música y los ejercicios podían ser descargados gratuitamente en Internet, una magnífica sonrisa alumbró su cara y exclamó: «Formidable! ¡Gracias!».
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