Una joven practicante occidental viaja a China con un mensaje de corazón para el pueblo chino

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"Caímos a este laberinto, impotentes, perdidos, sin encontrar salida. Miles de años buscando, un día el Maestro reaparece. Salvado, sé salvado. No dejes pasar esta oportunidad."

Son las palabras de una canción titulada, "Sé salvado" que canta una practicante de Falun Gong llamada Sara. Con su voz pura y angelical, Sara emocionó a la policía de la Plaza Tiananmen, y los corazones de mucha gente oriental u occidental.

Sara creció en una familia feliz de Missouri. Su madre, Dianna, es una artista internacionalmente reconocida que creó muchas hermosas muñecas de porcelana. Su trabajo se vende en cualquier parte del mundo y recibió reconocimientos y gratificaciones. El padre de Sara, Randall, tiene pasión por la cultura china y ha estudiado y practicado la medicina china durante casi 16 años. Influida por su padre, Sara también sintió esta atracción. Mientras estaba en el colegio, hizo dos viajes de turismo a China e hizo muchos amigos chinos.


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La implacable represión no puede nada contra la verdad

En su segunda visita a China, Sara llegó el 20 de julio de 1999, el día en que el Partido Comunista chino lanzó la represión sin precedentes contra Falun Gong. Todo lo que Sara pudo ver u oír en la información televisada fue la propaganda calumniosa contra Falun Gong. Al mismo tiempo, al otro lado del mundo, su padre sabía por la televisión que el gobierno chino había prohibido una práctica llamada Falun Gong, que combinaba ejercicios para la salud y enseñanzas morales. Inmediatamente, quiso saber más sobre Falun Gong con la idea de que «si el régimen comunista chino había dicho que era malo, entonces esto debía ser bueno».

Tres meses más tarde, Sara volvió de China a los Estados Unidos y su padre se puso en contacto con un practicante de Falun Gong de una ciudad próxima a su casa, y vino a su pequeña ciudad a presentarles la práctica a ellos y a algunos de sus amigos. Sara y sus padres entonces comenzaron a practicar Falun Gong y no tardaron en experimentar beneficios físicos y mentales, reforzando así su confianza en la práctica.

La madre de Sara dijo que había ganado una comprensión más profunda de lo que significa la compasión, y de cómo practicar la misma compasión hacia aquellos con los que no se entendía. Su padre también experimentó inmensos beneficios físicos. Sara que era de constitución débil cambió y ganó en confianza. «En el curso de cinco años de práctica de Falun Gong, me volví más valiente y más fuerte, físicamente y mentalmente.»

Decir "Falun Dafa es bueno" en la plaza Tiananmen

Desde que Sara y su familia comenzaron a aprender Falun Gong, se enteraron de la brutal persecución a la cual hacían frente los practicantes en China por el Partido Comunista chino (PCC).

Sara dijo: “Cuando hablamos del valor de Falun Gong a mis amigos en China por Internet, las respuestas que tuve de ellos eran la propaganda del PCC. Constaté que los chinos habían sido engañados por el Partido Comunista.»

Un día, un practicante chino aprendió a cantar la canción “Sé salvado” en chino. Después de que Sara hubiera comprendido el significado profundo de las palabras, se emocionó y trabajó en el arreglo de la canción en inglés. Luego, en febrero de 2002, Sara decidió regresar a China de nuevo para aportar la verdad a la población china.

Para Sara, el 14 de febrero de 2002 fue el día más inolvidable de su vida. Aquel día, escogió dejar la seguridad de su familia en Estados Unidos y viajar miles de kilómetros hasta la Plaza Tiananmen. Iba a cumplir algo que tenía en el corazón desde hace tiempo, decir al pueblo chino «Falun Dafa es bueno».

“Lloré” dijo su madre. La crueldad inhumana del PCC en su persecución de los practicantes de Falun Gong me venía a la mente y estaba extremadamente preocupada por ella. Su padre dijo: «Como practicante de Falun Gong, estaba muy orgulloso de ella porque este acontecimiento tendría un significado profundo y duradero. Pero como su madre, me inquietaba mucho porque nadie sabía si volvería sana y salva.»

En el espíritu de Sara, había también un temor: «Estaba inquieta y asustada. Pero comparado con los principios Verdad-Benevolencia-Tolerancia en mi espíritu, estos pensamientos de temor y de inquietud eran triviales.»

La belleza y la dulzura del canto tocan el corazón de la gente

El día en que Sara llegó a los accesos a la Plaza Tiananmen, descubrió con sorpresa que la plaza no sólo estaba llena de turistas en esta época del año de vacaciones del Nuevo Año chino, sino también de policías con uniforme y de paisano.

Cuando ella y sus amigos practicantes caminaron por la plaza, la policía los paró y registró completamente. Descubrieron un pedazo de tela con las palabras «Verdad, Benevolencia, Tolerancia» en un bolsillo del abrigo de Sara. Ella y sus amigos entonces fueron llevados en un autobús al puesto de policía más próximo. Sara oyó la canción "Falun Dafa Hao" (Falun Dafa es bueno) cantada con toda su voz por los practicantes occidentales que habían venido para pedir pacíficamente el fin de la persecución en la Plaza Tiananmen aquel día. He aquí cual era el fin principal de su viaje. Quería, con varias decenas de otros practicantes occidentales -que la mayoría jamás habían estado allí- transmitir que Falun Dafa se había propagado en más de 60 países del mundo.

Poco después, las decenas de practicantes occidentales fueron arrastrados por la policía y llevados luego a otro centro de detención. Por el camino, Sara se levantó y comenzó a cantar la canción «Sé salvado» en chino. Los oficiales de policía le pidieron brutalmente sentarse y callarse. Pero Sara persistió, cantando y repitiendo la canción. Finalmente todos los policías se calmaron y escucharon atentamente. Uno de ellos fue profundamente tocado por la canción y las lágrimas fluyeron sobre sus mejillas que apresuró a secar. Sara les dijo: «Vinimos de diferentes lugares del mundo y queremos decirle que ¡Falun Dafa es bueno! Ahora que ustedes saben la verdad, enséñenla a sus familiares y amigos.»

Después de haber estado detenida durante más de 20 días, Sara y más de una docena de practicantes fueron embarcados en un avión y reenviados a Estados Unidos. Muchos amigos y parientes acogieron calurosamente su regreso. Cuando se preguntó a Sara si el viaje valía la pena, asintió sin vacilación y dijo: «Explicamos a la gente que esto ni siquiera es una cuestión interna en China. Es una cuestión de derechos humanos.»

Sara y su padre participaron activamente en las actividades de Falun Dafa en diferentes continentes con el fin de que más gente pueda enterarse de la práctica y conozcan la persecución. Sara cantó «Sé salvado» en numerosos acontecimientos y emocionó tanto a orientales como a occidentales, ayudándoles a conocer la verdad.

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