Antes de la visita oficial del Presidente chino Hu Jintao, una practicante de Falun Gong del distrito del Ruhr en Alemania, envió una petición a la Sra. Angela Merkel, que debía jurar ese día como Canciller. Le detalló la tortura que sufrió en un campo de trabajo para mujeres en Pekín, desde septiembre de 2001 a enero de 2003. Además de los abusos corporales como las palizas, permanecer de pie durante horas, la privación de sueño etc., también mencionó los traumatismo físicos y mentales que sufrió cuando se la forzaba a quedarse despierta para ver vídeos que calumniaban a Falun Gong o cuando debía efectuar largas horas en un trabajo forzado.
El 8 de noviembre, el Sr. Lackamp, jefe de la Unión Democrática Cristiana de los derechos humanos, envió una carta a la practicante en nombre de la Sra. Merkel en la que decía que sentía saber que los practicantes de Falun Gong estaban perseguidos en China. La carta hizo así la observación de que la Unión Democrática Cristiana tiene la intención repetidas veces de debatir la cuestión de la persecución de los practicantes de Falun Gong en las sesiones parlamentarias y en los diferentes diálogos chino-alemanes a diferentes niveles. En su carta le asegura a la practicante que la Unión continuará prestando atención a las violaciones de los derechos humanos en China de ahora en adelante sin olvidar el caso de Falun Gong.
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