A principios de 2001, fui encerrado en un hospital de la prisión de un gran poblado. Después de clarificar allí los hechos, un guardia me dijo secretamente que el Partido Comunista Chino había establecido una estructura especial para la persecución de Falun Gong al noroeste de China. Todos los presos fueron tratados como criminales "antirrevolucionarios" y forzados a desempeñar diariamente trabajos forzados muy duros. No tenían allí apenas esperanza de sobrevivir o de poder volver a sus casas. El edificio está en medio del desierto y cuenta también con criminales peligrosos.
En agosto de 2002, salí del centro de detención. El director de un campo de trabajo que quedó conmovido por la compasión que manifestaban los practicantes de Falun Dafa me dijo: "De ahora en adelante, tenga cuidado con su seguridad. Oí en las altas esferas que habían construido campos en la región autónoma Uighur en Cinjiang y otros lugares alejados, especialmente para encerrar allí a los practicantes de Falun Dafa. Por lo menos cien mil practicantes se encuentran allí detenidos. La crueldad sobrepasa toda imaginación y ninguna persona jamás ha salido de allí con vida…”.
Versión en chino disponible en:
http://minghui.org/mh/articles/2006/4/6/124602.html
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