El 18 de marzo del 2006, los practicantes de Falun Gong del Norte de Alemania se unieron en una actividad celebrada en Hamburgo con el fin de apoyar las dimisiones del Partido Comunista Chino (PCC). También sacaron provecho de esta oportunidad para exponer los asesinatos de practicantes de Falun Gong en los campos de trabajo chinos y la extirpación de sus órganos mientras todavía siguen con vida.
Los practicantes distribuyeron una información que permitía a la gente comprender mejor lo que pasa en los campos de concentración y recogieron la petición de firmas en la que se pedía el fin de las atrocidades del PCC. Cuando vieron las banderolas que denunciaban el comercio ilegal de órganos, ciertas personas que habían venido al centro de la ciudad para hacer la compra o para dar un paseo, sacudieron la cabeza con estupor. De vez en cuando podían oír gritos de horror porque algunos no podían creer o comprender que tales cosas puedan ocurrir en China.
Las noticias de los asesinatos de los practicantes de Falun Gong en los campos de concentración conmocionaron a todo el mundo. En la represión de Falun Gong, el PCC utilizó todo tipo de suplicios, entre ellos la tortura, los abusos sexuales y psíquicos con el fin de forzar a los practicantes de Falun Gong a repudiar de su creencia. Sin embargo, los métodos utilizados en los campos de concentración son los más inhumanos. Estas crueldades sobrepasan las peores pesadillas. Los órganos son extirpados de practicantes vivos para su beneficio y después los restos son incinerados para destruir las pruebas. Los familiares y amigos de las víctimas no tienen ningún conocimiento de esto.
Versión en inglés disponible en:
http://www.clearharmony.net/articles/200604/32494.html
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