El apelamiento del 25 de abril no puede ser considerado como la causa fundamental de la persecución

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El 25 de abril de 1999, aproximadamente diez mil practicantes de Falun Gong fueron a la oficina de apelación del Consejo de Estado en Pekín para pedir a las autoridades un ambiente libre y legítimo para su práctica. Este hecho se convirtió más tarde en el acontecimiento conocido como la "Apelación en masa del 25 de abril". Como la multitud de gente que acudió fue dirigida más tarde por la policía hacia los accesos de Zhongnanhai, el complejo residencial y de oficinas de los dirigentes chinos, también fue llamado el "Incidente de Zhongnanhai del 25 de abril". Hay bastante gente que piensa que la persecución de Falun Gong no habría tenido lugar si no hubiera habido esta apelación el 25 de abril. ¡Sin embargo, este punto de vista no se valora!

En primer lugar, la represión de Falun Gong comenzó varios años antes del apelamiento del 25 de abril. En julio de 1996, China News Press, un editor gubernamental de información, tomó medidas administrativas para confiscar los libros de Falun Gong y ordenó que no se le permitiera a ningún impresor editarlos. Mientras que numerosos periódicos, así como los administrados por el Estado publicaban artículos que difamaban a Falun Gong, ni un solo artículo a favor de Falun Gong fue publicado. En julio de 1998, el Ministerio de Seguridad pública de China decidió en un documento interno prohibir Falun Gong. En otras palabras, la represión de Falun Gong estaba premeditada desde hacía tiempo y no fue iniciada en el momento de la apelación del 25 de abril.

En segundo lugar, el régimen comunista chino jamás necesitó causas legítimas para atacar y perseguir cualquier grupo civil. El régimen no tuvo ninguna razón legítima cuando reprimió a los propietarios, los hombres de negocios y a los intelectuales. Las excusas como "[los propietarios] tomaron tierras, [los hombres de negocios] se hunden bajo las riquezas y [los intelectuales] tienen un espíritu demasiado libre", eran todos absurdos inventados porque no tenían ninguna razón legítima. El apelamiento del 25 de abril también fue utilizado por el régimen para justificar su persecución. De todos modos, aunque el apelamiento del 25 de abril no se hubiera producido, el régimen comunista en China habría podido crear otras razones para la persecución. Los hechos indican que antes del apelamiento del 25 de abril, el régimen comunista chino había previsto que los practicantes de Falun Gong acudirían a Pekín después de que practicantes de la ciudad de Tianjin fueran pegados y detenidos ilegalmente por la policía, un incidente que habría sido incitado por las autoridades. Si hubiera querido, el régimen habría podido detener a los practicantes de Falun Gong en sus gestiones hacia la oficina de apelamiento de Pekín. En lugar de ello, la facción de Jiang utilizó la artimaña "de animar a los practicantes" y la policía de Tianjin dijo incluso explícitamente a los practicantes ir a Pekín "para resolver sus quejas". Así, en este sentido, el incidente del 25 de abril habría sido únicamente dirigido por el mismo régimen comunista chino.

En tercer lugar y de todos modos, el apelamiento del 25 de abril no puede ser en absoluto considerado como la causa fundamental de la persecución. En China, apelar a las mayores autoridades es un derecho legítimo adquirido legalmente. Los practicantes de Falun Gong acudieron el 25 de abril de 1999 solamente después de que se les hubiera causado perjuicio y después de que hubieran sido difamados, así su llamamiento era completamente sensato, legítimo y razonable. Ser un gran número de personas que apelan no es una razón legítima de persecución. En 2001, más de veinte mil personas de aproximadamente diez organismos y grupos se manifestaron cerca de la Casa Blanca en el momento de la toma de posesión del Presidente Bush. El 24 de septiembre de 2005, decenas de miles de personas se manifestaron contra la guerra de Iraq en Washington, D.C. Además, en el momento de la apelación del 25 de abril, los practicantes de Falun Gong eran tranquilos, razonables, serenos y ordenados y no perturbaron el orden público ni la vida cotidiana del pueblo. Se dispersaron tranquilamente cuando recibieron una respuesta a sus peticiones. En cualquier país verdaderamente democrático, un comportamiento tan apacible y cooperativo habría sido apreciado en lugar de ser perseguido.

Es verdad que muchos chinos no tienen ningún medio de defenderse para justificar sus derechos cuando éstos se ultrajan. Pero no es razón para reprender a los practicantes de Falun Gong por haber dicho la verdad y confirmar sus derechos legítimos el 25 de abril de 1999. Es todavía menos razonable la utilización del incidente por parte del régimen comunista chino como una razón válida para la persecución. Si no nos defendemos cuando somos privados de nuestros derechos y privilegios, de creer en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia y querer ser una buena persona, ¿vale la pena vivir? ¿Hay esperanza para tal Estado? Y ¿hay un futuro para tal nación?

Durante décadas de poder del Partido Comunista Chino (PCC), el temor ha sido sembrado profundamente en el espíritu de la población. Profundamente envenenados por la cultura del PCC, bastante gente teme la persecución y ostensiblemente dan prueba de confianza hacia el Partido. Ciertas personas creen ciegamente que el PCC es correcto y que todo lo que el PCC dice es verdad. Otras, siempre están dispuestas a coincidir con el PCC y seguirlo en su lucha contra todo lo que está contra el PCC, poca importancia tiene que sea exacto o erróneo. Con una mentalidad tan sumisa, con tal lavado de cerebro por la cultura del Partido, muchos chinos perdieron su propio juicio y se volvieron esclavos del PCC y presos de la cultura del Partido.

Desde esta perspectiva, el apelamiento del 25 de abril mostró no sólo el comportamiento razonable y pacífico de los practicantes de Falun Gong, sino lo más importante, se hizo la luz sobre la forma en que la gente puede liberarse de la prisión cultural del Partido, encontrar su individualidad auténtica para recuperar el derecho a ser humano. Es algo que debemos tener claro en un momento donde la gente reflexiona cada vez más sobre la historia del PCC y que China avanza hacia una transición pacífica.

Versión en inglés disponible en:
http://clearwisdom.net/emh/articles/2006/4/26/72490.html

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