Permítanme empezar por darles las gracias a los miembros del subcomité de supervisión e investigación por la oportunidad de hablar aquí hoy. Es un privilegio dirigirme a los reunidos aquí sobre el tema de Falun Gong en general. En particular, me gustaría agradecer al Presidente Rohrabacher quien, a lo largo de los años, ha demostrado ser un defensor inquebrantable de los derechos humanos y libertades fundamentales en China. Sr. Presidente, aplaudimos su trabajo y hacemos un llamamiento a los demás para seguir su ejemplo.
En primer lugar, una pregunta sencilla: ¿Qué es exactamente Falun Gong? Primero contestaré cualitativamente, diciendo que forma parte de la antigua tradición china de superación personal. Los valores y las aspiraciones de Falun Gong, como los del budismo o taoismo, son notablemente espirituales. Para muchos, la práctica de Falun Gong comienza con un deseo de ser más sano o íntegro. Mediante ejercicios especiales, como los del yoga, y la cultivación de valores morales, la persona logra una mayor sensación de equilibrio, paz, y vitalidad. En lo más alto está la posibilidad de la realización espiritual denominada en chino "conseguir el Dao," o "Iluminación". Sus enseñanzas se refieren a tres valores, según los cuáles el practicante se esfuerza por vivir, siendo estos: verdad, benevolencia, y tolerancia. Hablando cuantitativamente, Falun Gong se practica en unos 80 países de todo el mundo; ya en 1999, se estimaba que 100 millones de personas lo practicaban sólo en China.
También debo hablar a la inversa, si me lo permiten, y tengo que especificar dos cosas que no somos. Ya que los representantes del régimen chino han tratado activamente de compartir su imagen bastante burda y sesgada de Falun Gong con miembros de nuestro Gobierno incluyendo a los de este Congreso, es posible que haya algo de confusión. En primer lugar, Falun Gong no tiene aspiración ni propósito político de ningún tipo. Es una disciplina espiritual; esto ha sido siempre así, y siempre lo será. Es meramente que desde 1999 los que practican Falun Gong han afrontado una persecución tremenda y a menudo violenta por obra del régimen comunista chino. Tan inhumano ha sido el maltrato que se sabe que casi 3000 seguidores han muerto por tortura estando bajo custodia policial; centenares de miles están actualmente retenidos en cárceles y campos de trabajo forzado simplemente por ser quiénes son. A los practicantes de Falun Gong se les niega la educación, se les priva de su puesto de trabajo, se les niega la custodia de sus hijos, son públicamente humillados, violados y sexualmente agredidos por la policía, y se les anula todo derecho básico que los que vivimos en el mundo libre creemos que un ser humano merece. Además, el régimen chino ha invertido millones de dólares en propaganda intencionada para engendrar gran cantidad de odio y discriminación contra el grupo, tanto en China como alrededor del mundo, incluso aquí. Algunas víctimas incluso han sido obligadas a desfilar por las calles con un cangue (un artilugio de tortura), como durante la Revolución Cultural.
Además de todo esto, el régimen ha despojado a Falun Gong de cualquier voz quemando sus libros en concentraciones públicas masivas, aboliendo toda literatura relacionada con Falun Gong y bloqueando todos los sitios web de Falun Gong e incluso reportajes de noticias de occidente. Bajo esta circunstancia no nos ha quedado otra elección sino expresarnos públicamente. Nuestra meta ha sido simple y singular: Dejar a las personas oír nuestro lado de la historia; exponer a aquellos que violan nuestros derechos; y haciendo eso, acabar con el genocidio que afrontamos. No estamos interesados en el poder político. Nada nos encantaría más que meditar silenciosamente en los parques. Pero cuando hay personas que derriban a golpes nuestras puertas arrestando y torturando a nuestros padres, amigos y niños, cuando tratan de arrasar nuestra misma existencia, nos sentimos obligados por el sentido del deber a expresarnos públicamente. Martin Luther King Jr. no es recordado como un criminal por oponerse a leyes injustas; él es un héroe.
En segundo lugar, señalaría que Falun Gong no es aberrante, extraño, o peligroso, como el régimen chino ha tratado de retratarlo. Consideren una perspectiva más amplia. En primer lugar, todas las acusaciones que el régimen ha hecho llegaron de la noche a la mañana, con la prohibición de Falun Gong en 1999; durante los siete años antes de aquel momento, de 1992 a 1999, Falun Gong era practicado por millones de personas y era muy popular, e incluso fue alabado por diversos entes oficiales del estado chino. Es decir, las acusaciones fueron una invención política repentina. Y estas acusaciones, lo que es digno de apreciar, son algo que los oficiales chinos no les permiten investigar a terceros; los que lo intentan son arrestados. Desde otra perspectiva, podemos observar cómo ninguna de las acusaciones hechas por el régimen han sido hechas en Taiwán, otra sociedad china. Allí, centenares de miles en la pequeña isla practican a Falun Gong libremente. Allí, Falun Gong es, hasta el día de hoy, enormemente popular y alabado tanto por funcionarios del estado como por médicos por ser algo muy saludable y beneficioso para la sociedad. Falun Gong se enseña allí en los hospitales, las escuelas, e incluso las prisiones. Entonces podríamos preguntar: ¿Es que Falun Gong es tan radicalmente diferente en las dos partes del estrecho de Taiwan, o son los sistemas políticos? Taiwán, después de todo, es una democracia. Ciertamente, podemos ver que el régimen chino no permite a otros grupos existir libremente, sean ellos grupos religiosos, sindicatos de obreros, o partidos políticos.
Lo que esto quiere decir, entonces, es que el régimen chino ha tratado de arruinar la imagen de Falun Gong. Ha hecho eso al menos por tres razones:
1) Este proceder da una imagen esplendida del opresor, como si estuviera aplastando los malos elementos de la sociedad; si las personas conocieran la verdad acerca de lo que Falun Gong es, se indignarían por las acciones del régimen comunista.
2) Desviando la atención hacia las creencias de Falun Gong, el foco es desviado de las prácticas de régimen chino, las cuáles incluyen la tortura brutal y aun el asesinato de los seguidores de Falun Gong.
3) Haciendo ver a Falun Gong como algo extraño, sectario, o diferente de usted y de mí, espera asustar a las personas que están fuera del asunto, haciendo que las cosas parezcan terriblemente sucias, y adormeciendo la humanidad del oyente, por así decirlo.
En pocas palabras, es el intento de socavar la simpatía y el apoyo hacia Falun Gong, aislar al grupo, y justificar lo que en esencia es simplemente otro intento del liderazgo chino para ejercitar un control totalitario.
Entonces, es importante que hoy canalicemos el debate hacia lo que es real y horrendo, y tengo el deseo de aplaudir al comité por su coraje.
Para finalizar, me gustaría mencionar una iniciativa que es una oportunidad para la esperanza, y simboliza nuestros esfuerzos por la justicia en China. La Global Internet Freedom Consortium que consta de cinco organizaciones establecidas en EE.UU. ha emprendido un proyecto denominado, "Cyber Libertad para China y el mundo". El proyecto, ahora en su séptimo año, ha tenido un enorme éxito fomentando la libertad de información en China. En este momento, básicamente cada sitio web bloqueado para los usuarios del continente chino es accesible a través de la tecnología antibloqueadora del consorcio. Esto incluye los sitios web de Voice Of America y Radio Asia Libre, así como también las versiones no censuradas de Google y Yahoo. En 2005, las visitas de usuarios de Internet del continente a través de nuestra tecnología alcanzaron un promedio de 30 millones al día. Ha creado un ambiente virtual online seguro, dónde los chinos pueden practicar y materializar la libertad de expresión, asociación, y creencia que no existe en ningún otro lugar de China. El impacto positivo es tan real como importante - no sólo estamos aportando libertad de Internet a China así como también a todos los demás países con regímenes represivos, sino que también facilitamos la transformación pacífica en China que el mundo lleva mucho tiempo esperando.
Nuestros esfuerzos se hacen completamente por el bienestar de la gente de China, e incluso, en cuanto que tratamos de defender la ley y la constitución, por el bien del país. No hay nada "anti-China" en apoyar los derechos garantizados constitucionalmente cuando son violados, o en señalar al perpetrador. En América, llamamos a esto ser un buen ciudadano. Lo llamo, en nuestro caso, ser amigo de China. Sin duda alguna "China", después de todo, es la gente de ese vasto país - y no sus gobernantes impuestos, quiénes tan regularmente maltratan y explotan a su gente por sus mezquinos intereses particulares.
Instamos a este Congreso y a nuestro Poder Ejecutivo a aprovechar cada oportunidad para plantear los asuntos de Falun Gong a los líderes del PCCh y ayudar a salvar vidas inocentes realizando gestiones concretas para acabar pronto con esta persecución. La historia no sólo juzgará lo que hemos hecho, sino también lo que no hemos hecho cuando hemos podido.
Gracias por su tiempo y su atención.
(4/10/2006 13:35)
Versión en inglés disponible en: http://www.faluninfo.net/displayAnArticle.asp?ID=9456
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