Recientemente he leído en el sitio web de Clearwisdom que algunos practicantes diligentes perdieron la vida repentinamente por el karma de enfermedad. Después me sentí estresada y me di cuenta de la seriedad de la cultivación. Estoy escribiendo mis experiencias para compartirlas con mis compañeros practicantes como referencia.
En Julio del 2002 pude salir caminando de un campo de trabajo forzado con la compasiva protección del Maestro. La policía no alcanzó su objetivo de hacerme pasar por tres años de trabajo forzado. Estaban indignados. Tras mi puesta en libertad, me vigilaban constantemente; me amenazaban y me intimidaban para intentar “transformarme”. Ya que no cooperaba con ellos, en julio del 2002 me volvieron a arrestar y me llevaron a un centro local de lavado de cerebro. En una semana desarrollé un severo karma de enfermedad: mi pulso se aceleró, perdí control de la vejiga y de los intestinos, y estaba semi-inconsciente. El personal de la Oficina 610 se apresuró a buscar una solución. En mi estado de estupor les oí decir, “No la manden al hospital para el tratamiento. Déjenla morir aquí.” No me mandaron para tratamiento, ni tampoco informaron a mi familia ni me permitieron visitas.
Mientras estaba inconsciente me sentí como si estuviera montada sobre un demonio que circulaba rápidamente alrededor de una rotonda de tráfico. Cuando ya daba la tercera vuelta, tome conciencia y de repente recordé que era discípulo de Dafa. ¿Cómo podía ir montada sobre un demonio? Con toda mi fuerza lo saqué de mis piernas y lo lancé lejos. Tenía un deseo fuerte en mi corazón. No podía quedarme dónde estaba –quería volver a casa. Una vez que este pensamiento surgió, un gran Buda se manifestó delante de mí. El Buda era dorado y esplendoroso, sentado sobre un trono de loto de diez pisos de altura. Era dorado y brillante, muy sagrado, puro, y digno. Me dijo solemnemente, “Vuestra misión se ha cumplido, y es hora de volver a vuestro origen.” Después de que dijera esto, se abrió la gran puerta de los cielos. Vi cómo se abrió la primera capa, luego la segunda, la tercera, etcétera, hasta que se abriera la vigésima capa. Cada capa era más bella y sagrada que las anteriores. Yo era muy, muy pequeña bajo el trono de loto.
Aunque no vi al Maestro, tenía una firme convicción: la rectificación del Fa no ha terminado; no me puedo ir. De inmediato respondí al Buda muy seriamente, “Soy discípulo de Dafa durante la rectificación del Fa, y tengo a mi Maestro. A usted no le incumbe esto. Mi misión no se ha cumplido todavía, y volveré con mi Maestro el día cuando el Fa rectifique el mundo humano.”
Tras tener este pensamiento recto, tal y como el Maestro menciona en Zhuan Falun, “¡Shua!” -todo se desvaneció. Cuando volví en mí, todos mis síntomas habían desaparecido. Abrí los ojos y vi al fashen del Maestro sentado en una silla (igual que en la foto de la conferencia del Fa del Maestro en Sydney). El Maestro me sonreía. Estaba tan contento que su risa aún permanece fresca en mi memoria. No pude parar un diluvio de lágrimas. Me arrodillé y me quedé tan agradecida con el Maestro que no hubo palabras para expresarlo. ¡Maestro, Ud. me ha devuelto a la vida! Mi corazón estaba lleno de la risa del Maestro y mi vida se elevó de manera cualitativa. Tengo una mejor comprensión del hecho de que un solo pensamiento puede mostrar si una persona es divina o humana. La diferencia entre la vida y la muerte depende de un solo pensamiento.
Tras recibir una nueva situación en la vida gracias a Dafa, siempre que leo la sexta lectura de Zhuan Falun, me conmuevo mucho. El Maestro dijo,
“De repente un día ves una deidad alta y gigantesca, quien te elogia y después te enseña algunas cosas. Tú las aceptas y así tu gong queda desarreglado. Te sientes tan contento que lo tomas como tu shifu y lo sigues. Sin embargo, él tampoco tiene el fruto verdadero. En otra dimensión, su cuerpo puede hacerse grande o pequeño. Con esto ante tus ojos, y viendo a esta gigantesca deidad, ¡te sientes profundamente emocionado! ¿Acaso no lo seguirás para aprender, una vez que tu corazón de exultación surja? Si un cultivador no puede manejarse bien, es difícil salvarlo pero es fácil que se arruine a sí mismo.”
Pienso que en momentos críticos en circunstancias similares, muchos compañeros practicantes no se han controlado y han cedido sus vidas a las viejas fuerzas. ¡Compañeros practicantes! Vamos a recordar lo que el Maestro dijo en la lección sexta de Zhuan Falun en la sección titulada “La conciencia principal debe ser fuerte” y “El corazón debe ser necesariamente recto.” Debemos asiduamente estudiar bien el Fa y no dejar ninguna brecha que puedan aprovechar las viejas fuerzas. Debemos caminar el sendero final estrictamente según los requisitos de Dafa.
Ruego señalen cualquier cosa inapropiada.
Versión en inglés disponible en: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2006/10/31/79480.html
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