Algunas personas son desorganizadas, así que aunque trabajan duro para llegar a hacer las cosas, fallan incluso al realizar una única tarea.
En el trabajo, algunos programadores producen códigos impecables, son limpios y fáciles de leer, mientras que el trabajo de otros es como una maraña de códigos incoherentes que son completamente incomprensibles.
Una gota de agua puede reflejar los rayos del sol y una gota de sangre puede revelar el estado de salud de una persona. Los que se organizan tienen un objetivo y pensamientos claros, lo cual se refleja en sus vidas. Hacen las cosas metódicamente, se equipan de manera conveniente, y su estilo de vida es limpio y ordenado. Si utilizan su ordenador, descubrimos que organizan bien todos los archivos, facilitando la búsqueda.
Nuestra sociedad es también un cuerpo organizado. Imaginémonos cómo sería si reinara el desorden. Por ejemplo, las buenas obras de arte pueden ser apreciadas a la vez por gente educada y no educada. Como humanos que somos, podemos apreciar que es estéticamente agradable. Incluso un forastero puede apreciar las líneas, las siluetas y los colores coordinados. Por otro lado, el supuesto arte moderno con unos pocos círculos, algunos puntos y algunas formas dispuestos de manera caótica, es a menudo antiestético e incomprensible.
Observemos la caligrafía. Podemos sentir el mundo interior de una persona según su escritura. Para que la caligrafía demuestre la fuerza o la elegancia, debe cuidarse para ser buena. El estilo caligráfico salvaje de Mao Zedong, que muchos admiraron, refleja su arrogancia y su impulso innato para romper el orden del mundo.
Los que entienden de medicina saben que las células normales sanas son ordenadas, mientras que las cancerosas son caóticas. Dicho de otra manera, si se dañan o se reprimen algunos mecanismos en el cuerpo humano, no pueden ya organizarse y desempeñar su función. Es como en un medio ambiente donde la naturaleza proliferaba y florecía pero que fue sobre explotada por los hombres y en consecuencia perdió su belleza original.
Sin organización, es difícil realizar lo que sea. Cuando la gente piensa de manera desviada, sin decir realmente lo que piensa y sin sinceridad ni consideración, es imposible obtener la realización eficaz de numerosas cosas. Como practicantes, es importante que conozcamos nuestro ser verdadero. Debemos ver claramente si nuestros pensamientos son nuestros propios pensamientos o el karma de pensamiento.
Como practicantes, nos encontramos con todo tipo de cosas en nuestras vidas diarias y en el trabajo. Debemos establecer prioridades, dividirlas en partes manejables y terminarlas una después de otra, sin ser influidos por interferencias.
Es imposible que un ser humano cree alguna cosa completamente solo. Todos los caprichos y las tentativas de atajo son en vano. Los que se cultivan deben tener una voluntad fuerte. Si leemos los libros de Dafa cada día, no somos ya la misma persona que el día anterior. Cuando hacemos las cosas de manera organizada, nuestra confianza aumentará. Bien que eso pueda parecer una rutina, y simple, la grandeza saldrá.
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