Mi experiencia al ver al Shifu en Guangzhou en 1994

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Comencé a practicar Falun Dafa en 1994. Esa noche leí Falun Gong de China hasta las 11:00 p.m. y no estaba dispuesto a dejar de hacerlo hasta que me urgió ir a dormir. Aunque no había terminado de leerlo, me di cuenta que era un libro del cielo. Hablaba acerca de los principios del universo y estremeció mi cuerpo y alma.

Varios días más tarde, una mañana cuando todavía no me había levantado de la cama, mi mente estaba muy clara, y alguien me dijo, “Viniste al mundo para asimilarte en Dafa”. Di vuelta mi cuerpo y la voz repitió: “Viniste al mundo para asimilarte en Dafa”. Después que me levanté, me di cuenta que la voz debió haber sido del Shifu.

Dos meses después de comenzar a practicar Falun Gong, el Shifu ofreció clases en Guanzhou. Me dije a mí mismo que debía ir y verlo. Por alguna razón me devolvieron un boleto de Guanzhou. Supe que todo había sido arreglado por el Shifu.

En la mañana del 21 de diciembre de 1994, cuando realizaba el ejercicio de la estaca parada en la habitación del hotel, por primera vez sentí que rotaba el Falun. Estaba girando en mi pecho como si fuera una rueda sobre una ruta de montaña con baches y sonidos fuertes. Giraba seis veces en sentido de las agujas del reloj y seis veces en sentido contrario. A pesar de todo eso no me sorprendió. Un minuto más tarde desapareció el Falun.

A las 7:00 de esa noche, el Shifu salió al pasillo de lecturas. Estuve muy feliz y conmovido. El Shifu dijo: “Algunos estudiantes no me han visto pero han obtenido el Falun”. Yo era uno de ellos. El Shifu dijo: “Si ya lo has obtenido, puede ser que no gire 9 veces”. También dijo, “Aunque en el salón hay entre cuatro y cinco mil personas, no soy optimista de cuántos realmente puedan alcanzar la perfección. Luego agregó, “He explicado los principios del Fa a un muy alto nivel”. Pensé que como quiera que el Shifu haya explicado los principios del Fa, yo los creería.

Cada palabra y cada principio del Fa, dijo el Shifu que quedaría impreso en mi mente. Lo escuché intensamente sin la distracción de ningún pensamiento. Durante toda la lección, el salón estuvo colmado de compasión y gran armonía. Mucha gente no tenía sus boletos, y aunque la clase ya había comenzado, esperaron afuera del pasillo y no quisieron irse. Por tanto se habilitó un salón adicional. Llegaron estudiantes de todo el país, incluyendo de Xianjiang y del Noreste. Algunos llegaron de Guanzhou con mucha anticipación, y como se gastaron todo su dinero, otros estudiantes voluntariamente los ayudaron. Algunos extraviaron cosas de valor como cadenas de oro y relojes, que les fueron entregados al Shifu y los estudiantes directamente se los pidieron a Él, sin ningún chequeo. En tal ambiente donde el estándar moral de cada persona era alto, nadie se sorprendió de las pérdidas ni tampoco de recobrar lo perdido, y todo ocurrió naturalmente.

El Shifu comenzaba su Lectura a las 7:30 p.m., pero Él llegaba a las 7:00 p.m. para responder preguntas a los estudiantes. Estábamos listos para ir al salón a escuchar al Shifu, tan pronto como abríamos nuestros ojos cada mañana.

Yo me quedé en el mismo cuarto con una practicante cuyo esposo era un catedrático retirado. Ella me dijo, “Mi esposo vio muchas escenas en otras dimensiones. Todo el salón estaba lleno de Falun y del Fashen (cuerpo Fa del Shifu)” En el ómnibus hacia el hotel, vi al anciano, y él estaba tan contento que usó sus dos manos para imitar la posición de la meditación sentada. Pude ver que él se volvió nuevamente joven y estaba feliz como un niño.

En el salón el Shifu pidió a los estudiantes ponerse de pie y que piensen en una enfermedad, dijo en alta voz “uno, dos, tres” y todos los estudiantes saltaron poniéndose de pie. El Shifu levantó una mano y agarró algo del aire y lo lanzó al suelo. El sonido al saltar los estudiantes estremeció cielos y tierra. Con un movimiento tan simple, el Shifu curó las enfermedades de todos los estudiantes presentes.

Al día siguiente mientras practicaba el quinto ejercicio en el hotel, sentí como un río frío de qi que salía de un punto de acupuntura sobre mi pie derecho. Supe que el Shifu estaba ajustando y purificando mi cuerpo.

Para que los estudiantes ahorraran dinero, el Shifu redujo las originalmente diez Lecturas a ocho días. Cuando terminó la clase, de pie, ovacionamos larga y entusiastamente al Shifu, y con lágrimas en nuestros ojos, salimos tristes del Estadio de Deportes.

En el vuelo de regreso a casa aún yo seguía con el sentimiento de gran felicidad, me sentí como una nueva persona. Mi cuerpo y mente atravesaron un gran cambio. Cambió mi perspectiva acerca del mundo. Supe cómo atesorar mi vida y del por qué vine a este mundo. Supe que había encontrado al verdadero Shifu que había estado buscando.

Mirando a través de la ventanilla del avión, vi nubes de colores brillantes que me escoltaban a casa. La voz del Shifu en las Lecturas, aún resuena en mis oídos. Otros practicantes intercambiaron sus experiencias. Me sentí la persona más afortunada del mundo.

El Shifu ha venido para salvar a los seres conscientes del cosmos, y ha dado mucho a sus estudiantes. Cada centavo que Él ganó, lo gastó en las Lecturas de Dafa y dijo que el dinero no debe ser mal invertido. Donde quiera que fuera el Shifu, siempre se alojaba en el hotel más barato y sólo comía fideos instantáneos. Cada vez que recuerdo esto, mis lágrimas corren sin parar.

He experimentado en mi cultivación muchos de los fenómenos del Fa de los que habló el Shifu. Cada oración del Shifu es una verdad, y cada oración contiene Verdad, Compasión y Tolerancia. Cada una de sus oraciones es para salvar a los seres conscientes y para ayudar a sus estudiantes a cultivarse hasta la consumación.

A menudo siento que el Shifu está junto a mí. Cuando estoy confundido, el Shifu me da insinuaciones. Cuando estoy apegado a algo, el Shifu me critica a través de las bocas de otros estudiantes. Cuando tengo pensamientos fuertes de rectitud, todo cambiará y el Falun en mi parte baja del abdomen girará más rápido. Cuando me ilumino a los principios del Fa, el Shifu me aumenta el Gong, y todo mi cuerpo se estremece.

Las palabras de este mundo jamás podrían describir en forma precisa la relación con el Shifu. Sólo los estudiantes genuinos pueden experimentarlo con su diligente cultivación.

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