El 30 de julio de 2007 por la mañana, el juez Ismael Moreno y el procurador Juan del Moral se reunieron en Madrid con los testigos Zhao Ming de Irlanda, Dai Zhizhen de Australia, y Chen Ying de Francia, quienes proporcionaron al juez y al procurador evidencias sobre el juicio de Falun Dafa contra el oficial del partido comunista chino Jia Qinglin, que fue denunciado en 2004 cuando éste visitó España. Los practicantes de Falun Dafa demandaron a Jia por torturas y crímenes contra la humanidad.
Carlos Iglesias (tercero por la izquierda), abogado en representación de Falun Dafa y los testigos delante del Juzgado. |
El País, el periódico más grande de España, entrevista a los practicantes de Falun Dafa. |
Según Carlos Iglesias, el abogado representante de Falun Dafa, antes de esta reunión, el juzgado ya había dado una serie de pasos para reunir pruebas sobre el juicio de Jia:
1. Confirmó con la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya que aún no había tramitado el caso de Jia.
2. Obtuvo un informe de derechos humanos de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
3. Obtuvo informes de derechos humanos relativo a la persecución del PCCh a Falun Dafa de Amnistía Internacional.
4. Obtuvo informes de derechos humanos relativos a la persecución del PCCh a Falun Dafa de Observadores de Derechos Humanos.
5. Obtuvo información relativa a la persecución del PCCh a Falun Dafa del Ministerio de Asuntos Exteriores de España.
6. Solicitó información sobre el acusado a la Embajada de China en España.
El abogado Iglesias dijo que ésta era la primera vez en la historia judicial española en que el juez se reunía con los testigos de un proceso criminal internacional que involucra a víctimas no españolas. En la historia judicial internacional, éste fue el segundo caso. La primera fue en Argentina cuando un juzgado de ese país tramitó un juicio de Falun Dafa contra Luo Gan, secretario del Comité Judicial y Político del PCCh y jefe de la Oficina 610, por genocidio y tortura.
Zhao Ming, uno de los demandantes en el juicio contra Jia Qinglin, fue ilegalmente encarcelado en un campo de trabajos forzados en China desde mayo de 2000 hasta marzo de 2002. El Sr. Zhao fue privado del sueño durante un largo periodo de tiempo. Los guardias del campo ordenaron a los prisioneros que golpearan al Sr. Zhao y que lo electrocutaran con numerosos bastones eléctricos a la vez. Preocupados por esta situación, tanto los defensores irlandeses como las organizaciones de derechos humanos y oficiales del gobierno irlandés, trabajaron para rescatar a Zhao Ming y traerlo de regreso a Irlanda. Zhao Ming dijo, "resultó muy interesante la reunión con el juez porque además de proporcionarle las evidencias de la persecución he podido constatar que efectivamente el Tribunal está investigando el caso. El juez se mostró muy preocupado por la extracción de órganos a gran escala a practicantes de Falun Dafa en China”.
Dai Zhizhen es otra demandante. Su marido, Chen Chengyong, murió en 2001 como resultado de la persecución del PCCh. Su cuñada fue ilegalmente arrestada y encarcelada durante dos años cuando fue a reclamar el cuerpo del Sr. Chen. El suegro de la Sra. Dai murió dos meses después de enterarse de la muerte de su hijo y el encarcelamiento de su hija. La Sra. Dai dijo, "he cumplido mi gran deseo. He representado ante el juez, a cientos de miles de familias destrozadas y niños como mi hija que han perdido a sus padres en la persecución. Espero que la persecución finalice pronto y que las familias puedan reunirse de nuevo”.
Chen Ying, la tercera demandante, fue encarcelada en un campo de trabajos forzados en China durante un año. Allí sufrió golpes de torturas y fue privada de sueño. Le forzaron a trabajar 16 horas al día para hacer productos que requieren mucha mano de obra cuyo destino era la exportación. La Sra. Chen dijo, "una vez arrestada y ante la negativa de dar mi nombre y dirección a la policía, me llevaron al hospital esposada y encadenada para que me examinaran el corazón, los ojos, la sangre y todo mi cuerpo. La policía me dijo que quienes se negaban a proporcionar sus nombres serían enviados a campos de concentración que estaban establecidos especialmente para practicantes de Falun Dafa. El oficial dijo que podríamos practicar Falun Dafa allí hasta que quisiéramos y que nunca saldríamos. En aquel entonces, ignoraba por qué me hicieron semejante revisión médica, pero después de que el secuestro de órganos vivos fue expuesto a la luz pública, comprendí que los practicantes que se negaban a revelar sus nombres los enviaban a los campos de concentración y los convertían en donantes de órganos”.
Una vez finalizada la reunión con el juez, los tres testigos junto con el abogado Carlos Iglesias fueron entrevistados por EFE y Europa Press (dos de las mayores agencias de noticias en España), El País (el mayor periódico en España) y 20 Minutos (el periódico libre más grande en España).
Versión en inglés en:
http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2007/8/3/88271.html
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