Al Sr. Nicolás Sarkozy, Presidente de la República Francesa
Palacio del Elíseo
Sr. Presidente:
Usted irá pronto hacer una visita oficial a China. Un país, un pueblo, una cultura que ejerce siempre sobre nosotros una fascinación teñida de admiración. Estas últimas décadas esta fascinación ha girado exclusivamente hacia los prodigios económicos de China, hasta el punto de que parecemos no comprender que el régimen que lo gobierna no tiene ningún respeto por la vida. Y en el momento de nuestras conversaciones 'civilizadas' olvidamos los horrores de la Revolución cultural, las purgas, los campos de trabajos forzados y la matanza de jóvenes en la plaza Tiananmen.
Del escándalo de los hornos de ladrillo al de los productos tóxicos exportados, hasta la menos mencionada atrocidad cometida de las extracciones de órganos a personas vivas para su propio beneficio de una parte de la población china que practica una meditación nacida de antiguas tradiciones budistas y taoistas. Un punto tal de inhumanidad que lo hace difícil de mencionar, entender y aceptar. Sin embargo, una serie de investigaciones y testimonios deberían bastar para alertarnos, ¿debemos ignorar que se es capaz de lo peor cuando no se tiene respeto por la vida humana? Dos personalidades canadienses realizaron una investigación independiente y concluyeron: "Publicamos un informe en julio de 2006 y un informe revisado en enero de 2007 que tiene por conclusión, con nuestro gran pesar y horror, que las extracciones son efectivamente verdaderas".
El informe reúne pruebas no sólo sobre la envergadura de la persecución sino también sobre la extracción sistemática de órganos de miles de practicantes de Falun Gong con vida para su venta a los extranjeros. Y sospechamos que solo es la punta de un iceberg que puede ser mucho más siniestro. Sin embargo, mucha gente sigue preguntándose sobre la credibilidad de los hechos, como durante la Segunda Guerra Mundial, donde nadie quería creer la existencia de los campos de concentración y el Holocausto. David Matas, abogado canadiense coautor del informe, dice por su parte: "Lo que intento hacer es aprender la lección del Holocausto y aplicarlo como un testamento dedicado a sus víctimas ".
Hay desde el 20 de julio de 1999, el principio de la persecución, una gran propaganda comunista ha sido enviada a todos los gobiernos del mundo respecto a Falun Gong, un triste veneno que aun anida en muchos espíritus. En su política de denigración e implicación, el PCCh comprometió a toda su población y también a los gobiernos y medios de comunicación de todo el mundo y muchos tuvieron que traicionar sus valores. Algunos dirán o pensarán que debe haber razones para esta persecución; en realidad, podemos citar de nuevo a Matas: "Para comprender el antisemitismo, debemos mirar a los antisemitas, no los judíos. Para comprender la persecución de Falun Gong no se requiere conocer Falun Gong, pero si examinar al Partido Comunista Chino. El régimen debe tener un chivo expiatorio al que pueda culpar de todas sus desdichas". La gente con gran sentido moral son considerados como una amenaza por el actual Gobierno chino. Otros expresan o piensan que tantas guerras, persecuciones y masacres jalonan toda la historia y son la manifestación natural de la doble naturaleza humana, buena y mala, sin ver que al renunciar a sublevarnos, sin hablar ni intervenir, una capa de indiferencia cada vez más gruesa cubre nuestra conciencia. ¿Y qué ocurrirá si vivimos en un mundo sin conciencia?
Las autoridades chinas negaron y ocultaron estos crímenes como contestación, pero bajo la presión internacional, el PCCh anunció una normativa que limitaba su comercio de órganos vivos. Cada vez más testimonios ponen de manifiesto que los campos de trabajos forzados y las prisiones en China se concertaron con hospitales (en particular los militares) con el fin de recoger y vender órganos de practicantes de Falun Gong, con la protección y cooperación del ejército, la policía, los funcionarios del PCCh y otras organizaciones gubernamentales. Las atrocidades de la extracción de órganos de practicantes de Falun Gong con vida continúan en toda China.
La persecución a los practicantes de Falun Gong ha sido ampliamente confirmada. En 2001, Amnistía Internacional informó que el Gobierno chino había adoptado tres estrategias para erradicar a Falun Gong: la violencia contra los que se niegan a renunciar a su creencia, el lavado de cerebro para forzar a todos los practicantes a abandonar y denunciar a Falun Gong y una campaña de información con el fin de poner a la opinión pública contra Falun Gong. Manfred Nowak, Ponente Especial de la ONU contra la Tortura, realizó un informe sobre las alegaciones de malos tratos y tortura contra miles de practicantes de Falun Gong. El informe del Departamento de Estado de los EE.UU. sobre China, indicó el mismo año que el número de practicantes de Falun Gong muertos en detención se considera entre centenares a varios miles. Y no solo los muertos que han podido ser confirmados.
Una de las grandes cuestiones del siglo XXI es seguramente saber si China terminará por convertirse en un país democrático. En China, el Sr. Wang Zhaojun, miembro permanente de la Comisión Política Consultiva de la Provincia de Anhui, escribió recientemente una carta abierta a los dirigentes Chinos Hu Jintao y Wen Jiabao. El Sr. Wang menciona en su carta que la cosa más urgente a realizar es poner fin a la persecución de Falun Gong. Después de Jia Jia, otro funcionario provincial de Shanxi, el Sr. Wang, segundo alto funcionario del PCCh, también apela para detener la persecución contra Falun Gong. "Hicieron un ejemplo de Falun Gong, una práctica de qigong popular por aquel tiempo. Los practicantes que intentaban explicar los hechos eran considerados por el Gobierno como altamente irrespetuosos frente a las autoridades y debían ser reprimidos por todos los medios. La represión de Falun Gong es en realidad una represión contra la población entera. Es necesario que esta persecución cese inmediatamente y que las víctimas perciban una indemnización del Estado. Sugiero a las autoridades enviar emisarios para dialogar con Falun Gong y reclamo una responsabilidad criminal contra los responsables de la represión. No hago más que sugerir y la finalidad de mi sugerencia es poner fin a la persecución de Falun Gong lo más rápidamente posible, así la progresión de China hacia la democracia podrá ir hacia adelante", añadió.
Si seguimos ignorando estos hechos, pensando quizá que las cosas se resolverán con la multiplicación de los cambios y aún cuando nuestros asuntos con China fueran tiempos prósperos, temo que un día sufriremos las consecuencias de esta inmoralidad. Habremos ignorado y despreciado a decenas y decenas de millones de personas en China que sólo desean gozar teóricamente de su derecho de libre creencia garantizado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y por la Constitución china y que sufre bajo la autoridad inhumana del PCCh. Parece que no tengamos otra elección que la de posicionarnos:
- Por un lado, con un Partido Comunista Chino con las manos manchadas de sangre cuyo fin según los observadores está cada vez mas cerca.
- Por otro lado, con la población china que permanecerá y trataremos después del comunismo chino.
Los derechos humanos son la piedra angular de la ley internacional desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sería peligroso ignorar los sufrimientos de decenas de miles de personas que soportan la persecución en China así como de los miles que han muerto y siguen muriendo. Va en nuestro honor el procurar decir: "No sufrieron en vano.No murieron en vano".
Espero, Sr. Presidente, que pueda decir con toda conciencia en su viaje a China: "La persecución de Falun Gong debe cesar". Que Dios le guarde, le de la fuerza para resistir a las presiones y permanecer como un hombre auténtico, un hombre recto. Lo espero para nuestro país, para usted mismo y para nuestra responsabilidad hacia la humanidad. Creo personalmente que si un gobernante posee este valor y esta fuerza, la economía no tiene porque resentirse.
Atentamente.
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