Es imposible saber a ciencia cierta cuántos practicantes de Falun Gong han sido encarcelados en el campo de trabajos forzados Tumuji, violando la Constitución China. Hasta hoy, nueve mujeres aún siguen confinadas.
El campo emplea un sistema para abusar y explotar a los practicantes. Primero son objeto de un examen físico y sólo son aceptados quienes pueden realizar trabajos duros, sin pensar si alguno está enfermo. El siguiente paso es enviar a los practicantes a un centro de lavado de cerebro. Cada practicante es ubicado en un lugar donde un grupo de guardias se turnan para lavarles el cerebro. Fuerzan a los practicantes a mirar el VCD de su versión de la “Auto-inmolación de la Plaza Tiananmen”. Algunos practicantes tienen que soportar más de un mes de lavado de cerebro, dejándolos tontos y con una conciencia principal débil. Luego se les ordena escribir lo que llaman las Tres Declaraciones. Si la persona se niega a ser “reformada” siguen con la tortura, es decir, golpes, patadas o descargas con bastones eléctricos.
La practicante Sra. Baosiqin Gaowa estuvo presa en dos ocasiones y fue enviada tres veces al centro de lavado de cerebro. La primera vez, la tortura duró cuarenta días. Un hombre llamado Guan la golpeó tan severamente que quedó herida. Como consecuencia, le quedó una marca de una pulgada de largo por debajo de su boca. La segunda vez fue nuevamente llevada al centro de lavado de cerebro por otros cuarenta días. La tercera vez, estuvo más de tres días. Se le prohibió completamente dormir durante dos días seguidos y fue forzada a mantenerse de pie. Se le hincharon los pies.
Guard Yin Guiyuan golpeó sin piedad a la practicante, la Sra. Ma Xiuping. El guardia Na Renhua golpeó al practicante Shi Junlan sin misericordia. ¿Cuál fue la razón para tal tremendo abuso? El practicante tampoco quiso probar el almuerzo. Los guardias dijeron que los dos estaban tratando de empezar una huelga de hambre, por eso les llevaron escaleras arriba para golpearlos.
La anciana practicante, la Sra. Wan Xiuying padece de presión alta debido al grotesco maltrato y perdió el control de su pierna derecha, pero los oficiales no la pusieron en libertad. Los guardias frecuentemente insultan a la gente. Muchas veces su comportamiento incorrecto fue detenido por las buenas intenciones de los practicantes. Otras veces, cuando llegan de visita familiares de un practicante, los oficiales encuentran cualquier excusa para evitar el encuentro con su ser querido.
Los presos criminales en el campo de trabajos forzados Tumuji son el 1%. La mayoría de los encarcelados es gente que cree en una religión o personas que apelaron a las autoridades.
Versión in inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2008/4/27/96787.html
* * *
Se autoriza la impresión y circulación de todos los artículos publicados en Clearharmony y su contenido, pero por favor cite la fuente.