Las inhumanas torturas que sufrí en los últimos ocho años

Facebook Logo LinkedIn Logo Twitter Logo Email Logo Pinterest Logo

El 23 de julio de 1999, fui trasladada a la Estación de Policía Changxing de la ciudad de Beizhen, provincia de Liaoning. Una vez allí, el Vicejefe de la comisaría de policía, He Jinglong, me amenazó sin razón alguna y me forzó a escribir una declaración de garantía. Así mismo, el pasado 13 de agosto, Lu Zhenfu y otros policías de la Sección de Seguridad me "detuvieron ilegalmente" por 26 días y me extorsionaron más de quinientos yuanes.

En enero de 2001, Yang Chunpeng y otros agentes de la comisaría de policía Changxing se acercaron a mí bajo la apariencia de obtener más información y me obligaron a ir con ellos a la comisaría. Después, me detuvieron ilegalmente y me llevaron a la cárcel de Beizhen sin seguir ningún proceso legal. Al día siguiente, fui transferida al centro de detención Beizhen. Debido a que no cooperé con sus intentos de torturarme, una guardia de nombre An Bo abofeteó violentamente mi cara con la suela de un zapato. Durante mi huelga de hambre, fui interrogada ilegalmente y fui amenazada muchas, muchas veces. El jefe del grupo instigó a algunos criminales, hombres, para que me esposaran las manos a un radiador y a la barra de una cama. Un criminal introdujo dentro de mi boca un cepillo de dientes sucio y lo removía por dentro mientras me insultaba constantemente. Xu Dongbiao, jefe del grupo, incitó a varios criminales, hombres, para que salvajemente me obligaran a comer sopa de arroz a la que le habían añadido grandes cucharadas de sal. Para obligarme a abrir la boca, utilizaron unas esposas y en el forcejeo, me rompieron un diente inferior y dañaron dos más, los cuales ya no se pueden recuperar. Luego me sentenciaron ilegalmente a un centro de detención. Durante el período de apelación, por demandar fuertemente en mi propia defensa, fui trasladada ilegalmente al centro de detención Masanjia y allí sufrí una constante persecución.

En el centro de detención Masanjia, debido a que me negué a renunciar a mi práctica, me prohibieron dormir y usar el inodoro por largo período de tiempo. Mucha gente me insultó y golpeó, e incluso me arrancaron el pelo; me forzaron a comer salvajemente insertándome tubos dentro de la nariz. Me obligaban a comer comida que había sido mezclada con drogas y como resultado, muchas veces tuve diarrea, no tenía fuerza en mi cuerpo, estaba mentalmente ausente y hablaba sin sentido, e incluso perdí la memoria. A pesar de que estaba en tan malas condiciones, por lo menos seis criminales presionaron firmemente mis piernas, manos y cabeza, y me torturaron constantemente con una variedad de métodos que eventualmente me provocaban desmayos por largo tiempo.

En marzo de 2001, muchas personas me torturaban torciendo mis brazos hacia la espalda, tensando y amarrando de manera que no los podía mover. Luego estiraron mis piernas y forzaron mi cabeza contra el piso, permitiendo que los criminales que pesaban más de 60 kilogramos se sentaran sobre la parte baja de mi espalda por un largo tiempo. En abril, el jefe del grupo, Shao Li, instigó a la gente para que a las 22:00 horas, me arrastraran a una piscina de baño público. Una vez dentro de la piscina, embutieron una toalla dentro de mi boca, me presionaron contra las barras de drenaje y entre cinco personas, se turnaban para presionar mi cuerpo de manera que estuviera en constante movimiento. Uno de los instigadores le dijo a un malhechor que no ejerciera demasiada presión sobre mi cuerpo porque entonces me podía quedar insensible y esto haría que no sintiera dolor. Al presionar por tanto tiempo, aflojando y volviendo a presionar, fueron capaces de ocasionarme más dolor sin causarme hematomas notables ni dejar señales en mi cuerpo.

Después de algún tiempo, dijeron que yo parecía estar "muy cómoda", por tanto nuevamente volvieron a amarrarme las manos detrás de mi espalda, estirando otra vez mis piernas con fuerza hacia delante y presionando mi cabeza hacia abajo entre mis piernas. Después, cinco personas presionaban sobre mi cabeza, brazos y piernas. Esa noche, quince personas participaron en la persecución para torturarme. Ellos no pararon hasta el amanecer y como consecuencia tuve hemorragias vaginales. Tardé un tiempo muy largo en recuperarme. En abril de 2002, tres guardias instigaron a seis colaboradores para continuar atándome las manos detrás de mi espalda usando unos retales de telas y así, me tenían presionando mi cabeza y cuerpo hacia abajo contra el piso durante largo tiempo.

Esta declaración es sólo una porción del abuso físico que sufrí durante el largo período de encarcelamiento ilegal. La persecución mental y física que sufren los practicantes de Falun Gong es inhumana y es tan malvada que no puede ser descrita con palabras del lenguaje humano.

Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2008/2/10/94218p.html

* * *

Facebook Logo LinkedIn Logo Twitter Logo Email Logo Pinterest Logo

Se autoriza la impresión y circulación de todos los artículos publicados en Clearharmony y su contenido, pero por favor cite la fuente.