Reencarnado durante millones de años, tuvimos la oportunidad de tener un maestro compasivo para salvarnos. Obteniendo la Ley, cultivamos nuestros corazones y abandonamos nuestros compromisos. Se eliminaron innumerables seres malos, y nuestras acciones rectas y pensamientos de rectitud crearon un nuevo cosmos. Sin embargo, la seriedad de la rectificación de la Ley no tiene precedentes. La Ley tiene para nosotros normas y exigencias más altas.
Gradualmente descubrí que cuando nuestro corazón está conmovido por algo, es que dentro de nosotros mismos hay algo erróneo. Lo que conmueve nuestro corazón es la cosa que está relacionada con nuestras ganancias y pérdidas personales o nuestros conceptos postnatales. Lo que nos falta entonces es nuestra fe recta para cultivarnos a nosotros mismos y salvar a los seres con el gran corazón de compasión.
Si nuestro corazón es conmovido por las críticas o los elogios, ¿no estamos dando demasiada importancia al supuesto "bien y mal" en el mundo humano? Puede resultar muy difícil para nosotros mantener el corazón impasible en todo momento pero debemos aplicarnos criterios elevados.
Las divinidades no tienen el corazón afectado frente a las tribulaciones o los elogios. Pueden ver a través de todas las cosas y saben cual es la mejor cosa por hacer.
El Maestro dijo en su poema En el Tao (Hongyin, una recopilación de poemas del Maestro):
Haz pero no busques
Manteniéndote siempre en el Tao.
Tranquilo y sin pensar
Místicas maravillas emergerán.
(traducción oficial)
Uno de los objetivos fundamentales de nuestra cultivación es salir de ser humano. Poco importa lo que nos encontremos, mantengamos siempre un corazón tranquilo como el agua, sólo así realizaremos nuestra misión de eliminar la perversidad y salvar a los seres. La mente tranquila sólo puede conseguirse mediante el constante estudio de la Ley, no es algo por hacer o que se da a ver.
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