El tiempo pasa tan rápido como un caballo al galope. Un hombre de virtud sabe amar al tiempo como si fuera oro. Durante la Dinastía Song del Norte había un historiador llamado Liu Shu que era conocido por su carácter elevado y sus aspiraciones nobles. Fue diligente con su estudio toda su vida. Era un hombre que con gran dominio de si mismo. Planificaba cada día de su vida con razón y nunca perdía tiempo.
Liu estudió los clásicos Confucianos durante su juventud intentando memorizar una parte cada día. En efecto, tenía tanto interés en memorizar los clásicos de Confucio que se olvidaba a menudo de comer o de dormir. Cuando Liu Shu tenía ocho años, un invitado en su casa le dijo que Confucio no tenía hermanos. Liu Shu en seguida citó un pasaje demostrando que Confucio tenía un hermano sin lugar a dudas. Su respuesta dejo estupefacto a la gente. Liu Shu siempre podía contestar las preguntas de sus amigos. Les decía que las respuestas podían encontrarse en los libros y que deberían leer más para encontrar las repuestas.
A los 18 años, Liu Shu se matriculó al examen de la función pública al nivel provincial. Yan Shu, el primer ministro de entonces, fue impresionado por las respuestas excelentes de Liu Shu sobre los clásicos, y le invitó a dar conferencias al colegio real. Yan Shu aún llevó consigo un grupo de funcionarios del gobierno para asistir a las conferencias de Liu Shu. El conocimiento y los entendimientos profundos de los clásicos de Liu Shu, tanto como su carácter elevado, fascinaron tanto que su influencia llegó al desarrollo de una tendencia al estudio de los clásicos.
Cuando Liu Shu se enteró que Song Cidao, un discípulo y funcionario del gobierno de la prefectura de Hao, tenía una colección grande de libros, recorrió cientos de kilómetros sólo para pedir prestado los libros. Song Cidao invitó Liu Shu a su casa y dio una fiesta en su honor. Pero Liu Shu dijo: "Debería usted saber que no he venido para comer o beber. ¿Le puede pedir que se lleven la comida por favor? Vine para buscar el conocimiento en su excelente colección de libros".
Después de ser llevado a la biblioteca por Song Cidao, Liu Shu empezó a leer y transcribir libros, día y noche durante más de dos semanas, hasta que terminara de estudiar y transcribir todos los libros que le interesaban. Song Cidao suspiró: "Es admirable que hubiese aguantado una dificultad tan grande". Liu Shu sonrió: "¿Qué dificultad? Cuanto más leo más mis pensamientos se vuelven claros. ¡Me encanta leer! "
Liu Shu era un funcionario del gobierno honesto y muy indulgente. Siempre decía la verdad. Recomendaba seguir el camino de los dos reyes sabios, Yao y Shun, y gobernaba su pueblo con bondad. Se preocupaba de las necesidades de su pueblo y escuchaba lo que tenían que decir, por eso le admiraban y le querían. Tenía exigencias muy estrictas consigo mismo. Liu Shu dormía poco y ocupaba todo su tiempo estudiando o haciendo cosas significativas. Cualquier cosa que ocurriera, Liu Shu siempre se aseguraba que estudiara cada día. Un día escribió un libro en el que enumeró 20 errores que había cometidos y 18 cosas qué hubiera podido hacer mejor. Siempre miraba por dentro de sí mismo para reparar sus errores. Su honestidad y su coraje eran admirados por todos.
Desde los tiempos antiguos, todos los que tenían ambiciones nobles han amado al tiempo. Hay una frase antigua que dice: "Un sabio no da ningún valor a una pieza de jade de doce pulgadas, pero aprecia el más pequeño ápice de tiempo". Tao Yuanming, poeta famoso de la Dinastía Jin, dijó: "La juventud no va a volver, como la mañana de un día no va a volver este mismo día. Les aconsejo que amen al tiempo, porque el tiempo no va a esperarles". Su cultivación elevada de los valores morales nos ha dado una gran lección que aprender.
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