Historias de la Antigua China: Han Que y su sueño

Han Que vivía en Gushu, un pueblo situado en el Condado de Hanyin. Él vivía con su primo Lu Gu, el cual tenía un diploma de Xiu Cai (el diploma más bajo otorgado a los candidatos que habían pasado la prueba del sistema de estudio del servicio civil) y era responsable de la presa de agua local.

Desde su infancia, a Han Que le gustaba mucho comer pescado y habitualmente solía comprárselo a un funcionario. Una noche, él soñó que era un pez y que ignorando que dos pescadores habían lanzado una red al agua, nadó derecho hacia la trampa y fue capturado. Después, lo metieron dentro de un barril y lo cubrieron de heno. Al rato, vio como el funcionario a quien él siempre había comprado pescado, regateaba en la orilla del lago con los dos pescadores. Después de que se pusieran de acuerdo, el funcionario le pinchó sus agallas con una aguja e hilo y tirando del mismo se fue para su casa. Han Que agonizaba de dolor. El funcionario llevó a Han Que, el pescado, a su casa y lo mostró a su mujer y a sus trabajadores domésticos. Pronto, lo pusieron sobre la mesa para recortarlo y sintió el cuchillo sobre su cuerpo cuando le quitaban sus escamas. Aún se encontraba dentro de la pesadilla hasta cuando le cortaron la cabeza.

De repente al despertar, se sentó y se quedó mirando el vacío durante un tiempo prolongado. Entonces, entró Lu Ge en la habitación y al verlo le extrañó su actitud y le preguntó qué le había pasado. Han Que le contó su sueño contándole cada detalle de cómo el funcionario había comprado el pescado y le pidió que buscara a los dos pescadores que habían vendido el pescado. Cuando ambos estaban frente a Han Que, éste vio que eran exactamente iguales a los del sueño.

Más tarde, Han Que se hizo monje y vivió en el Templo de Zhi Yuan. Era el segundo año de la era Kai Cheng bajo el reinado del Emperador Wen Zhong de la Dinastía Tang.

Por qué Han Que decidió practicar el Budismo después de su sueño. Debido a su gran apego, Han Que había matado y comido muchos peces. Puede ser que finalmente él haya experimentado los principios de la retribución.

Fuente: Historias de You Yan