Comencé a practicar Falun Dafa en los EE.UU.

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El 1994 iba a ser enviada como profesora visitante en el Reino Unido durante tres meses. En un principio, debería haber sido fácil para enviarme allí, pero me encontré con muchas complicaciones extrañas. Por ejemplo, mi solicitud de pasaporte público fue enviada a la oficina que se encargaba de pasaportes privados. Durante la entrevista de inmigración, el funcionario me dijo que parecía tener la intención de inmigrar. El personal de la División de Relaciones Exteriores me dijo, que esas cosas ocurren raras veces. Al final, no pude viajar al Reino Unido. Un día en 1996, cuando tenía casi todo y pensé rendirme a ir al extranjero, un funcionario de la División de Asuntos Exteriores de repente vino y me dijo que me prepare para ir a los Estados Unidos. No lo tomé en serio, pero un día un miembro del personal de la División de Relaciones Exteriores me envió el visado y el billete de vuelo. Así que, de forma inesperada y sin problemas, llegué a Atlanta el 22 de septiembre de 1996.

Durante los primeros diez días me alojé en la casa de un americano. En el décimo día, un amigo mío me llamó y dijo que su amiga iba a dejar su piso alquilado. Su amiga lo había alquilado por un año, pero ahora tenía que dejarlo después de vivir allí solo un mes. Ella me pidió que echara un vistazo al lugar y ver si me gustaría alquilarlo. Fui allí, la casa estaba limpia y ordenada. Había un retrato de Buda colgado en la pared de la sala de estar. Más tarde me enteré de que era el retrato del Maestro. También, había un quemador de incienso sobre la mesa debajo de la imagen. El americano que me acompañó me dijo: "Esta familia cree en Buda. El lugar es bonito y seguro. Puedes vivir aquí". Así que, al día siguiente me mudé.

El 2 de octubre, el primer día después de que me fui a vivir allí, el propietario me dio una copia del libro Zhuan Falun. Yo había sido educada por el Partido Comunista Chino y nunca había creído en ningún dios. Ni siquiera creo en qigong. Con una mentalidad de intentarlo, leí el primer capítulo del libro. Mientras tanto, también, vi el primer videoconferencia en Jinan de Maestro. Terminé viendo todos los videos y leí el libro en nueve días consecutivos. De verdad, sentí que era un libro muy bueno. Pero en lo que más creía y me gustaba eran los tres caracteres, Zhen-Shan-Ren (Verdad-Benevolencia-Tolerancia). Pensé que si todos siguieran estos estándares, el mundo sería diferente.

El 11 de octubre de 1996, justo después de haber terminado el libro y ver los videos, me enteré que el Maestro estaría dando una conferencia en Houston. Los compañeros practicantes de Atlanta alquilaron ocho coches y condujeron 13 horas hasta Houston durante la noche. A las 10:00 de la mañana del día siguiente, fuimos a la sala de conferencias al Centro de Educación y Cultura China. Maestro entró a las 12:30 del mediodía, entonces vi en persona su forma sólida y rostro compasivo. Sentí en mi corazón que Él de verdad era un Buda. Al comienzo, funcionarios del gobierno de Houston presentaron el certificado de ciudadano en honor del Maestro y después el Maestro dio una conferencia y respondió a nuestras preguntas. Ese día, mientras escuchaba la conferencia del Maestro en persona, sentí un campo de energía muy armonioso. Los practicantes escucharon atentamente el Maestro, con gran respeto. Algunas de las preguntas que los practicantes planteaban me parecían evidentes y sentí que las respuestas ya se habían abordado en el libro. Pero el Maestro todavía respondía pacientemente a las preguntas y de allí sacó más principios. Ninguna pregunta era difícil para Maestro.

El 13 de octubre, la Asociación de Falun Dafa en Los Ángeles organizó un intercambio de experiencias de los discípulos de Dafa de Nueva York, Boston, Washington DC y otras dos regiones. Como una nueva practicante, vine para aprender muchas cosas sobre la cultivación de este intercambio. Fui determinada en mi corazón para disciplinarme estrictamente con los requisitos de Dafa.

Maestro vino a Atlanta varios días después, el 16 de octubre, a las 7:30 de la tarde. Sabía que Shifu vendría ese día, así que fui temprano de la escuela y me dirigí al Centro de Actividades Chinas para escuchar la enseñanza de Maestro (Shifu). Como recién había llegado a los EE.UU. no sabía cómo llegar hasta allí. Estaba oscuro y no había nadie alrededor, así que no tenía donde preguntar por la dirección. Pero seguí a mi intuición a ir una dirección determinada. Como resultado, no tomé ningún desvío en absoluto y llegue directamente hasta el centro, donde los practicantes estaban preparando la sala de conferencias. Un practicante trajo una silla para el Shifu de su casa. Más tarde me enteré de que era la misma silla que me senté en la casa de este practicante. Nos sentamos en las sillas también, pero entonces no queríamos estar a la misma altura que el Maestro, así que retiramos las sillas y todos nos sentamos en el suelo. Maestro habló durante más de dos horas. Yo estaba tan emocionada, que después no podía recordar lo que el Maestro había hablado. Al terminar la conferencia, muchos practicantes rodearon al Maestro, solicitando firmas y posando para tomar fotos con él. Me acordé sobre las cuestiones de las firmas en las conferencias del Maestro, así que aunque había traído el libro conmigo y sobre todo quería un autógrafo del Shifu, me contuve. Sabía que eso era un apego.


Después de salir del centro, rodeamos el Maestro para darles la mano. También estrecharia mi mano. Un joven me dijo: "Tan apegada". Inmediatamente retiré mi mano. Así que no di mano al Maestro. Me sentí muy arrepentida después de regresar. Me entere de los compañeros practicantes que antes de la conferencia el Maestro tenía una comida con ellos. Cuando preguntaron el Maestro que le gustaría comer, el Maestro dijo que todo estaba bien, algo simple. Durante la comida, Maestro, incluso se comió el bollo de un practicante que no terminó y lo había dejado encima de la mesa.

El 17 de octubre, a las 2:10 de la tarde, Maestro vino al exterior del edificio donde yo había alquilado, listo para ir al aeropuerto y tomar el vuelo a Nueva York. Bajé las escaleras para despedirme. Mi rostro sonrojó y le dije: "Ayer, los demás le dieron a usted la mano, yo también quería, pero tenía miedo de que era un apego, así que no le di la mano. Me arrepentí toda la noche. Hoy usted llegó y todavía quiero darle la mano". Maestro sonrió y tendió la mano a través de la ventanilla del coche, asintiendo con la cabeza y dijo: "Claro, claro, vamos a darnos las manos". Cuando estreche la mano del Maestro, era grande y suave y mi corazón latía con fuerza. Maestro me preguntó: "¿Vienes al aeropuerto con nosotros?" Me sentí muy emocionada y no sabía qué decir. Le dijo incoherentemente: "No voy a entrar. Ya os he retrasado. Les deseo un buen viaje".

El coche de Maestro empezó a alejarse y después de haber pasado más de 10 metros, el Maestro, todavía, seguía saludandome. Me quedé quieta un buen rato, mirando el coche alejándose y mi cara se puso colorada. Después volví a mi habitación en el segundo piso, mi corazón seguía latiendo rápido. Pensando en lo que dije al Maestro, deseándole un buen viaje, me sentí avergonzada, "Maestro es un Buda, ¿necesita que yo le desea un buen viaje? Él estará a salvo de seguro y nadie podrá hacerle daño".

Al enterarse de que el Maestro daría una conferencia en Nueva York, varios de nosotros decidimos a media noche, ir a Nueva York al día siguiente. Fuimos en coche a Nueva York en la mañana del 18 de octubre. Estaba lloviendo fuerte durante el camino. Pero pensando que pronto veremos el Maestro, éramos una sola mente y sólo esperábamos llegar pronto.

Maestro llegó a la sala de conferencias del Centro de Actividades de los estudiantes chinos a las 1:15 de la tarde del día siguiente. Antes de la conferencia, muchos pidieron tomar fotos con él. El Maestro dijo: "Voy a aprovechar algo de tiempo para tomar fotos con los practicantes de las diferentes regiones". Todos aplaudieron. La sala estaba llena de gente y algunos incluso de pie en el pasillo. Había probablemente más de 1.000 personas.

Después de la reunión, el organizador arreglo para que los practicantes de las diferentes regiones vayan a la plataforma y posaran para las fotos con el Maestro. Cuando llegó el momento de que los practicantes de Atlanta, más de diez personas fueron a la plataforma, una practicante no podía dejar de llorar. Ella dijo: "No puedo contener mis lágrimas cuando veo el Maestro. No puedo estar en la foto". Luego se cubrió la cara y bajó de la plataforma. Unos días antes, oí un practicante decir, que querer estar en una foto con el Maestro también es un apego. Yo era una practicante nueva y quería estar en la foto, pero al mismo tiempo tenía miedo de que fuera un apego. Al final, no pude dejar de estar cerca de Maestro. Entonces pensé: "Soy una practicante nueva, así que no debo estar en el mejor sitio". Luego di un paso atrás y deje que los practicantes veteranos avancen un poco. He oído de otros que el Maestro no había tomado nada desde las 6:00 de la mañana, pero hasta que terminó dando la conferencia y tomar fotos con los practicantes, no tomó el tazón de sopa de fideos que tenía.

Al reflexionar sobre cómo obtuve Dafa, puedo ver que el Maestro lo había arreglado paso a paso. Yo crecí en una cultura del comunismo y no creía en nada. Para mí habría sido imposible obtener Dafa si estuviera en China. En los EE.UU., todo lo que encontré fueron discípulos de Dafa firmes con doctorados y grados de profesorado. Me explicaron la naturaleza milagrosa y profunda de Dafa desde un punto de vista científico. Vi tantos eruditos aprendiendo Falun Dafa y lo que ellos explicaban tenía mucho sentido. También sentí su sinceridad, compasión y tolerancia. Por lo tanto, creo que este Fa es la verdad del universo. Si toda la gente estudia Dafa, sus normas morales se elevarían. Yo estaba decidida a estudiar el Fa y practicar la cultivación del Fa.

Durante esos meses en EE.UU., aparte de cuidar de mi trabajo regular y los estudios, me concentré en el estudio del Fa, hacer los ejercicios y compartir experiencias con los compañeros practicantes. Durante este período, he tratado Dafa como la cosa más importante y en mi mente era lo único. No podía esperar para contarles a mis amigos y familia en China acerca de este maravilloso Dafa. Así que una semana antes de mi fecha original de regreso, cambié mi vuelo y regrese a China pronto.

Más tarde, mi casero me escribió y me dijo, que poco después que volví a China, el Maestro vino a su casa. Cuando vio mi foto, el Maestro le dijo: "Ella vino a los EE.UU. sólo para obtener Dafa".

Versión en chino disponible en: http://www.minghui.org/mh/articles/2013/2/24/在美国得法-270346.html

Versión en inglés disponible en: http://en.minghui.org/html/articles/2013/3/4/138363.html

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