La Sra. Xu Hui, de 60 años, pensionista de la compañía farmacéutica Jiutai en la ciudad de Jinzhou, Provincia de Liaoning. Fue sentenciada a dos años de prisión y fue torturada en el infame Campo de Trabajos Forzados de Masanjia, por esta razón padece de lesiones físicas. Entre los que la torturaron se incluyen al director, Zhou Qin, al jefe de la 3era sala Shi Yu, al guardia Ma Jishan y a la enfermera Chen Bing. La Sra. Xu fue puesta en libertad el 3 de agosto de 2009, después de quedar discapacitada. Se le diagnosticaron lesiones en los nervios periféricos de los brazos, así como también graves daños en su presión arterial, en sus vasos sanguíneos y en sus órganos excretores.
Para obtener más detalles sobre la información de la Sra. Xu Hui puede revisar en el siguiente enlace(en ingles) http://www.clearwisdom.net/html/articles/2009/12/11/113042.html
Recientemente se han revelado más hechos sobre las torturas.
1. Alimentación forzada con aceite de mostaza
En septiembre de 2008, la mujer policía de apellido Zheng y la enfermera Chen Bing alimentaron forzadamente a la Sra. Xu con aceite de semillas de mostaza, esto estaba tan picante que la dejó sin aliento. Después, Chen le puso aceite de semilla de mostaza en los orificios nasales y le tapó la boca con un trozo de tela antes de irse.
2. Tortura atroz
En noviembre de 2007, la Sra. Xu quedó discapacitada después de haber sido colgada y estirada por prolongados períodos de tiempo, por ello ya no puede utilizar más sus manos ni sus brazos. La carne de sus muñecas está desgarrada por las esposas y tampoco puede sentarse derecha, ella se ha convertido en una inválida. Cuando se la llevaron a la oficina de servicio para realizar una llamada a su hijo Cai Chao, Cai se echó a llorar después de escuchar la voz de su madre, puesto que sonaba como si estuviese padeciendo un terrible dolor. Cai de 23, también estaba bajo custodia en otra sala en el Campo de Masanjia porque el también era practicante de Falun Gong. En ese momento, el guardia Yuan Shuzhen le gritó al teléfono del Sr. Cai "¿Por qué lloras? ¡Se supone que tienes que decirle que abandone la práctica de (Falun Gong)!" Yuan colgó el teléfono. En ese momento también estaban presentes el director Zhou Qin y el jefe Zhang Jun.
Ese día cuando la enfermera Chen Bing alimentaba a la fuerza a la Sra. Xu, dijo: "Tiene que decirle a su hijo que abandone la práctica de Falun Gong o tendrá que cuidar de él". Ellos planificaban torturar a su hijo, si ella no renunciaba al Falun Gong. Esa fue la única vez en la que madre e hijo pudieron hablar, en los dos años que estuvieron recluidos en Masanjia. Debido a la condición física en la que se encontraba la Sra. Xu por las torturas, se le prohibieron todas las visitas en el campo.
La rutina diaria consistía en ser torturado mentalmente, humillado, reprendido y golpeado. En 2009, cuando la enfermera Chen Bing estaba alimentando forzadamente a la Sra. Xu, la amenazó diciéndole: "Deseo que caigas muerta o que un coche te atropelle, tendrás suerte si puedes salir de aquí con vida" Ahí había antiguos practicantes que sucumbieron bajo las torturas y renunciaron a la práctica, ellos ayudaban a los torturadores y eran llamados colaboradores. Ellos supervisaban cada movimiento de los practicantes y los reportaban a los guardias, también tergiversaban las enseñanzas de Falun Gong para hacer creer a los practicantes que renunciar a la práctica era lo correcto, si no lo lograban, entonces les gritaban y les golpeaban.
3. Inyecciones de drogas desconocidas
Cuando los guardias alimentaban forzadamente a la Sra. Xu, agregaban drogas desconocidas a su plato de avena. En 2008, a la Sra. Xu le sumistraron drogas que bajaron su presión arterial. Su presión arterial pasó de estar extremadamente alta a estar demasiado baja, sin embargo no dejaron de suministrarle las drogas. Un día había una revisión médica y el médico encontró su presión en 90/60, fue en ese momento cuando pararon el suministro de drogas. Esto ocurrió muchas veces mientras la Sra. Xu estaba en prisión.
Muchas veces, los reconocimientos médicos eran utilizados como instrumento para intensificar la tortura. Basándose en la información extraída de los exámenes médicos, los guardias decidían cómo podían torturar a los practicantes sin matarlos. Después de la tortura los guardias les hacían revisar la presión arterial y las disfunciones cardíacas y de esta manera decidían que les harían después. Estaban experimentando cuánto abuso físico podían resistir los practicantes. Esto lo hacían con los que padecían del corazón o tenían presión arterial alta.
Los doctores de Hospital afiliado al Campo de trabajos forzados de Masanjia trabajaban en conjunto con los guardias, cuando los guardias llevaban a los practicantes al hospital, el doctor le preguntaba al guardia que quería que le revisase. Una vez el doctor de apellido Huo miró a la Sra. Xu, quien estaba descarnada y dijo: "Ella no luce tan mal, si tomamos en cuenta todo lo que ha pasado". El doctor sabía que los nervios periféricos de sus brazos estaban lesionados por las torturas de colgarla ellos. Otro doctor realizaría pruebas físicas golpeando los codos con un mazo pequeño y tomaba fotografías.
Una vez cuando la forzaban a comer la Sra. Xu saboreó algo sospechoso en su comida y dijo: "Hay drogas en esto". La enfermera Chen Bing la obligó a terminar de comer y se fue a hablar con Wang Xiaofeng, quien estaba encargado de agregarle las drogas a la comida. Después de eso, el sabor sospechoso desapareció. Sin embargo, la boca de la Sra. Xu sangró por muchos días sin ninguna razón aparente. Antes de dejar en libertad a la Sra. Xu, el campo intentó extorsionar a su familia con 20.000 Yuanes, pero su familia se negó a pagarlos.
El apellido del doctor encargado de la clínica en la sala de mujeres de Masanjia, era Hu, él era el responsable de los pacientes recluidos en el hospital, se encargaba de hacer las prescripciones y de transferir a los pacientes a los hospitales. La enfermera Chen Bing, ponía las inyecciones y estaba encargada de la alimentación forzada. A la enfermera de apellido Xiang le correspondía hacer los tratamientos de los traumatismos y de cambiar los vendajes.
4. Toma de huellas dactilares y de fotografías
A los practicantes que se negaban a renunciar a la práctica de Falun Gong les tomaban las huellas dactilares en documentos que decían que ellos renunciarían a Falun Gong. Serían torturados si se negaban.
Los guardias llenaban una tarjeta de evaluación mensual por cada practicante para algún tipo de inspección. Los practicantes desconocían que se apuntaba en esas tarjetas. El guardia sólo habla con ellos por unos minutos e inventaba cosas sobre la evaluación. Luego obligaban a los practicantes a poner sus huellas dactilares en las tarjetas. Como la Sra. Xu se negó a poner sus huellas o a tomarse una fotografía, los guardias la torturaron, como resultado sus dedos estaban hinchados y sus piernas estaban heridas.
A los practicantes se les daban nuevas mantas y sábanas para sus camas antes de las inspecciones. Pero por la noche, se les obligaba a poner de nuevo la ropa de cama vieja y sucia. Cuando amanecía los practicantes tenían que esconder a toda prisa las mantas y sábanas viejas en la despensa.
Algunas veces tenían que dejar la ropa de cama en un taller, que estaba muy sucio y lleno de químicos tóxicos. Algunos practicantes enfermaron o quedaron discapacitados por esto. Los brazos de la Sra. Xu estaban heridos, pero los guardias de apellido Yuan y Pan Yixi la obligaban a quitar sus mantas y sus sábanas y no permitían que nadie la ayudase. Este tipo de tortura no terminó hasta el 7 de julio de 2009.
En el segundo semestre de 2008, se construyó un pequeño edificio de dos plantas en el campo de ejercicios de la sala de mujeres. El edificio parecía una prisión, con una puerta controlada por un mando a distancia y tenía alambre de púas en las ventanas. Todas las ventanas de las habitaciones estaban selladas y abrían ventanas pequeñas. Ahí había una habitación de tortura específicamente para los practicantes y un taller, para que el campo también obligase a los practicantes a realizar trabajos forzados.
En julio de 2009, seis practicantes y tres prisioneras (no practicantes) fueron trasladadas al nuevo edificio. Las seis practicantes fueron encerradas en una celda. Ellas eran la Sra. Xia Ning de la ciudad de Xingcheng, la Sra. Sun Shujie de la provincia de Heilongjiang, la Sra. Zhang Lianying de Beijing, la Sra. Liu Shiqin de la Ciudad de Benxi, la Sra. Xu Hui de la ciudad de Jinzhou y la Sra. Liu Yanqin de la ciudad de Qingyuan. Mientras estuvieron en ese edificio fueron torturadas incesantemente.
Versión en inglés disponible en: http://www.clearwisdom.net/html/articles/2010/12/20/122025.html
Versión en chino disponible en: http://www.minghui.org
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