El sábado 23 de junio de 2012, los practicantes de Falun Dafa realizaron una jornada informativa en Basilea, la segunda ciudad más grande de Suiza, para presentar Falun Dafa a los residentes y turistas. También denunciaron los 13 años de persecución a Falun Gong por el partido comunista chino.
El sábado 23 de junio de 2012, los practicantes de Falun Dafa realizaron una jornada informativa en la segunda ciudad más grande de Suiza
El stand era visible desde lejos por sus grandes pancartas de colores y sus mensajes como: "El partido comunista chino no es China", "Desmantelar el partido comunista chino y poner fin a la persecución" y "Falun Dafa es bueno". Los peatones cruzaban la calle para informarse más.
Mucha gente venía para leer la información que se mostraba. Cuando sabían de las atrocidades hechas con la sustracción de órganos llevada a cabo por el partido comunista chino a practicantes vivos de Falun Gong, regresaban inmediatamente al stand para pedir más información. Algunos se quedaron mucho tiempo para intercambiar y expresar su asombro e indignación porque ese crimen se estaba cometiendo.
Entre las personas que firmaron con sus nombres para apoyar la resistencia pacífica sobre la persecución a Falun Gong, hubo una pareja de judíos que se quedó en estado de shock. Dijeron que era un crimen de odio y que lo más importante era que la gente pasara por alto las diferencias religiosas y se uniera para detener la persecución, una persecución en contra de la humanidad.
Una joven dijo que de su trabajo pronto la obligarían irse a China. Agregó que a ella le era difícil ir, sabiendo que el partido comunista destruyó allí la cultura y las tradiciones.
Un grupo de cristianos leyó atentamente la información expuesta y quedaron extremadamente sorprendidos al conocer los hechos. Tomaron más impresos para ponerlos a disposición de más gente y así se pudiera conocer más, sobre la persecución a Falun Gong.
Un hombre firmó con su nombre un formulario de petición y le dijo al reportero que era un primo de Ana Frank. Durante la Segunda Guerra Mundial, Ana, que tenía sólo 15 años, murió en un campo de concentración nazi. Su diario, escrito mientras se escondía de la persecución con su familia, es conocido mundialmente y ha sido traducido a muchos idiomas.
Muchos de los visitantes chinos de China continental, también fueron atraídos por los paneles y los leyeron cuidadosamente. Cuando los practicantes les pidieron renunciar al partido y de sus organizaciones afiliadas, de inmediato accedieron a hacerlo.
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