Este practicante, como muchos otros, fue a Pekín para apelar y clarificar los hechos, ejerciendo su derecho de ciudadano chino. Fue detenido y devuelto a su pueblo donde fue golpeado severamente por la policía local. Cuando le pidieron escribir las tres declaraciones (los practicantes son forzados bajo tortura y lavado de cerebro a escribir esto como prueba de que renuncian a su creencia. Instaurado por la "oficina 610", las tres declaraciones constan de una carta de arrepentimiento, una garantía de renuncia definitiva a la práctica de Falun Gong y una lista de nombres y direcciones de los miembros de su familia, amigos y conocidos que practican Falun Gong) para que dejara Falun Gong, escribió: "Esta vez aquí no lo hice bien, la próxima vez lo haré mejor". Un policía le dio varios puñetazos sobre la sien. La sangre brotó de sus ojos y perdió la vista. La policía lo empapó de agua fría y le rompió las piernas para que no fuese capaz de caminar. Después pidieron a su familia llevarlo a casa.
La policía había pillado su casa y tomado todo. Todas las ventanas fueron rotas y habían tomado aun todos los cuencos de la cocina. Cuando llegó a su casa no echó la culpa a los que le hirieron, al contrario él mismo se examinó. Encontró que sus pensamientos no eran bastante fuertes. Siguió cultivando Dafa, leyendo el libro y practicando los ejercicios y siete días más tarde podía ver de nuevo. Poco tiempo después sus piernas se curaron también.
Estos tres últimos años, además del estudio de la Ley y la práctica de los ejercicios, pasó mucho tiempo haciendo trabajos para las familias con dificultades que no tenían a nadie para ayudarlos. Cuando veía que la gente necesitaba ayuda para plantar arroz, siempre era voluntario. Si veía a gente que necesitaba ayuda para llevar una carga pesada, él se ofrecía voluntario. Cuando era necesario, ayudaba a reparar las carreteras. Contribuyó a ayudar en innumerables tareas. Nunca ha pedido dinero y nunca ha aceptado regalos.
Según un nativo, durante la inundación del año 2003, se destruyó una parte de las carreteras. A pesar de que el gobierno pagó obreros para la reparación, había siempre retraso y no se terminaba nunca el trabajo. Era muy difícil que los viajeros y los coches cruzaran la carretera. Según la sugerencia de este practicante, algunos practicantes de Falun Dafa pidieron a un hombre que poseía un tractor igualar el suelo a lo largo de la carretera. El trabajo se terminó en un único día. Algunos dirigentes del pueblo vinieron a felicitar a los practicantes y estrecharon la mano de cada uno de ellos. Dijeron "los practicantes de Dafa son muy buenos". Hicieron una buena cosa. El conductor del tractor también fue afectado profundamente, sólo cobró 10 yuanes por su trabajo.
Un día me crucé a este practicante sordo mudo y le pregunté por escrito ¿por qué ayudas tanto a la gente? Escribió en respuesta “yo lo hago voluntariamente. Yo no puedo hablar, entonces yo puedo validar a Dafa y esclarecer la verdad a la gente sólo en silencio".
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