Buenos días Maestro y compañeros practicantes.
Soy Lai Mai Zhi, y estoy muy contento de contarles mi viaje a París, Francia. El 22 de enero de 2004, apenas nos registramos en el hotel, nos avisaron que nos reuniríamos a las 13 horas para ir a la ciudad Universitaria a ensayar la danza. Al principio, mi primer pensamiento fue que yo era incapaz de bailar. Pero en mi segundo pensamiento, me dije a mí mismo que no me preocupara mucho por eso. Cuando practicábamos la danza, sentíamos que los movimientos eran fáciles de aprender, pero nosotros debíamos exhibir la hermosa profundidad de Dafa. Debido al tamaño de la ropa de baile, la altura de los bailarines de la danza del loto debe ser entre un metro sesenta y un metro sesenta y cinco; el bailarín no puede ser ni muy alto ni demasiado bajo. Al principio me preocupaba que mis movimientos no estuvieran muy ensayados. El instructor quería que pretendiéramos que no había nada malo en que nuestros movimientos de danza salieran incorrectos y entonces nosotros tan sólo corregimos nuestros movimientos tanto como fuera posible. A las 9 de la mañana del día siguiente teníamos que ir al Centro Cultural y Educacional de Taiwan para ensayar el baile.
El 23 de enero, a las 8:30, llegamos al Centro Cultural y Educacional y entonces comenzamos a practicar los ejercicios. A las 9:30 las puertas todavía no se habían abierto, así que enviamos pensamientos rectos para eliminar cualquier interferencia. Al poco después de hacerlo, abrieron las puertas. Después de entrar al Centro Cultural y Educacional, algunos empezaron a ensayar el baile, otros comenzaron a maquillarse y otros estaban arreglándose el cabello.
A las 14 comenzó el desfile. El auto de procesión de “Falun Dafa es bueno” lideraba el desfile, seguido por los bailarines de loto y de la danza del abanico, y los practicantes varones tocaban los tambores; el desfile se veía muy hermoso y armonioso. Quienes andaban por las calles de París y los conductores de los autos que pasaban por ahí, nos expresaban su apoyo y aliento con sus miradas, expresiones faciales y lenguaje corporal; algunos de ellos nos seguían diciendo “bien”. Entonces recordé desplegar la belleza de Dafa y olvidé el clima frío.
Cuando el desfile terminó, nos fuimos aprisa hasta la Torre Eiffel para formar los caracteres chinos de Zhen-Shan-Ren. Cuando regresamos a nuestro hotel, ya eran casi pasadas las diez de la noche.
El 24 de enero, había mucha gente a lo largo de los Campos Elíseos, cerca de quinientas mil personas. Los practicantes franceses habían tratado de obtener permiso para las actividades de Hong Fa, pero no nos garantizaron el permiso, en razón de la seguridad de China. Vinieron practicantes en abundancia a los Campos Elíseos. Después de que acabara el desfile, los practicantes comenzaron a repartir material de Dafa y a contarle los hechos a la gente. En media hora, nuestros materiales se habían acabado. Algunos practicantes propusieron cantar las canciones de Dafa “Vine por ti” y “Falun Dafa es bueno”. Nuestro canto atrajo a más visitantes para escuchar nuestra clarificación de la verdad. Después de que terminamos de cantar, los visitantes aún permanecían allí y no se querían ir. Así que continuamos cantando hasta las 18, ya que esa noche había un concierto. La escena fue muy impresionante y conmovedora. De hecho, algunas de las actividades de Hong Fa fueron improvisadas.
El 25 de enero, cerca de las cinco de la madrugada, nos informaron que nos reuniríamos a las siete de la mañana. Tomamos el metro hasta el punto de encuentro y entonces nos trasladaron al autobús de turistas. Después de tomar el autobús nos dijeron que sería un viaje de dos horas. Al llegar a destino, algunos de nosotros practicaron los ejercicios mientras otros repartían materiales y folletos. Luego, fuimos al hall de conferencias para enviar pensamientos rectos. Una de las grabaciones que se pusieron en la conferencia se mantenían mencionando a Falun Gong y el nombre del Maestro. Había una conferencia de derechos humanos patrocinada por abogados de todo el mundo, donde se presentaban diferentes casos relacionados con la violación de los derechos humanos. Entre los diez casos seleccionados este año, uno trataba sobre la persecución de Falun Gong en China.
Fue un sentimiento maravilloso. Cuando regresamos al centro de la ciudad, los desfiles estaban terminando. Nos dijeron que lleváramos nuestros materiales porque los de los otros practicantes habían sido casi todos repartidos. Bien rápido, repartimos todos nuestros materiales a los visitantes.
Casi todos los que pasaban por ahí tenían una o dos copias de materiales sobre Falun Gong y la persecución. Después de que los desfiles terminaron, nos pusimos a continuar nuestra actuación en el parque; ahí se hallaban los practicantes tocando los tambores, ejecutando la danza china del león; los bailarines de la danza del loto y los de la danza del abanico presentaron sus actos por turnos, con algunos practicantes sosteniendo las pancartas. Nuestro acto atrajo muchos visitantes y para cuando regresamos al hotel, ya se estaba volviendo oscuro.
En la mañana del 26 de enero, estaba nevando y practicamos los ejercicios. Hoy teníamos el itinerario libre. Así que estudiamos el Fa hasta las nueve y media de la mañana. Algunos de nosotros planearon ir al supermercado, otros irían al restaurante chino Sky Sea y el resto visitaría el museo del Louvre. Yo fui al restaurante chino Sky Sea. Al llegar allí, nos dividimos por nuestra cuenta en varios grupos, tres personas por grupo; dos de los grupos se quedaron en el estacionamiento, que estaba lleno de autobuses de turistas, para repartir materiales a los visitantes durante el almuerzo; algunos turistas tomaban nuestros materiales y otros no. Terminamos la actividad cerca de las dos de la tarde.
Luego tomamos el metro hasta las Galerías Lafayette, donde muchos chinos iban de compras. No nos permitían repartir materiales ahí, pero los compañeros practicantes, se las ingeniaron para darle materiales y VCDs a la gente china. Yo les di mis materiales a algunos, pero no hice mi tarea muy bien. Así que permanecí allí para aprender la habilidad de mis compañeros practicantes, enviando pensamientos rectos y buscando dentro de mí.
El 27 de enero, fuimos al nº 19 en el barrio chino. Salimos del metro una parada antes, a fin de ir caminando y entregando volantes por el camino. Después de caminar por un rato, el líder de nuestro grupo le dio materiales a un chino y le preguntó donde estaba el barrio chino y éste le respondió que estábamos yendo en la dirección contraria. Así que tomamos el metro hasta el barrio chino. Muchos compañeros practicantes recién habían llegado. Había muchos chinos de afuera allí; la mayoría de ellos pudo aceptar nuestros materiales y algunos de ellos hasta tomaron la iniciativa de entender qué es Falun Gong.
Después de repartir nuestros materiales, fuimos a la entrada del metro y nos encontramos a nosotros mismos rodeados por mucha policía armada. Al principio, nos sentimos bastante paralizados por aquél suceso repentino. Pero en el segundo pensamiento, sentimos calma. En la enseñanza del Fa en la Conferencia de Atlanta de 2003, el Maestro nos enseñó a dejarles a los demás nuestra compasión y amabilidad. Así que comenzamos a cantar la canción “Vine por ti” y “Falun Dafa es bueno”. Pero parecía que había algunos practicantes en conflicto con la policía. Los practicantes franceses y nuestro líder general dijeron que la policía nos acompañaría hasta nuestro lugar de reunión por donde pasaría el auto de procesión de Hu Jintao. Permanecimos enviando pensamientos rectos y practicando ejercicios hasta las seis y media de la tarde.
El 28 de enero fuimos al barrio chino. Los practicantes ya habían pedido un sitio para practicar los ejercicios, repartir material y alzar pancartas. Yo solía ser de los practicantes que mostraban los ejercicios. Pero hoy me quedé entregando materiales y contando los hechos a la gente hasta que mi temor de ser rechazado fue eliminado. Me dije a mi mismo que estaba bien si otros no aceptaban mis materiales y que les dejaría a ellos mi compasión y amabilidad. Así que aún cuando algunos no aceptaban mis materiales, yo todavía les devolvía una sonrisa amistosa. Cada pensamiento, cada palabra, y cada acto de nuestros practicantes tenía poder y podía influenciar a los demás. Algunas veces estaba más allá de toda descripción.
El 29 de enero llegamos a la entrada del museo del Louvre. Nos dijeron que como nosotros éramos un grupo, necesitábamos un guía. Así que cada uno de nosotros fue adentro uno por uno por diferentes entradas. Observé allí la cultura del período Renacentista, mucha de la cual era cultura divina.
En la mañana del 30 de enero, nos reunimos y preparamos para volver a Taiwán. Regresé a Taiwán el primero de febrero y me puse a pensar en ir a la Conferencia del Fa en Argentina. Lo primero que me preocupó fue si obtendría la visa a tiempo. Una semana después, nos informaron que la fecha para la Conferencia del Fa fue demorada para el 9 de febrero. Tal suceso me permitió entender que estaba obligada a asistir a la conferencia. Así que tuve mis certificados listos y comencé a pedir el visado. Nuestro líder de grupo nos contó que no muchos practicantes de Taiwán podrían asistir a la conferencia del Fa y por lo tanto no habría suficientes artículos de experiencias de cultivación.
Llegué al entendimiento de que el Maestro arregló esta oportunidad para mí. El Maestro sabía que había deseado hacer esto pero que no lo había hecho aún, así que me dio la oportunidad. El Maestro ha estado cerca nuestro para hacerse cargo de nosotros. Como discípulos de Dafa, deberíamos cultivarnos bien, caminar nuestro propio camino rectamente y hacer las tres cosas que un discípulo de Dafa necesita hacer bien, estudiar el Fa, enviar pensamientos rectos, aclarar la verdad y salvar a los seres conscientes. Sólo si hacemos estas tres cosas podemos ser llamados discípulos de Dafa, alcanzar el avance de la rectificación del Fa y asistir al Maestro para esparcir Dafa en cada rincón del mundo. Por último, quisiera citar una oración del poema del Maestro alentando a mis compañeros practicantes: “El sendero para cultivar el gong reside en el corazón de uno. El barco para navegar el ilimitado Dafa recorre sobre las tribulaciones”(Hongyin) (traducción no oficial)
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