Mientras dos miembros de su familia mueren, una practicante es detenida siete veces durante dos años

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Soy una practicante de Falun Gong y este año cumplo 52 años de edad. Comencé a practicar en 1996. Desde el 20 de julio de 1999, cuando comenzó la persecución, hasta el 2001, fui arrestada siete veces y en esos dos años perdí a dos miembros de mi familia.

Antes que comenzara la cacería humana el 19 de julio de 1999, el teléfono de mi hogar había sido pinchado. Recuerdo que el 15 de julio uno de mis compañeros de práctica me llamó y nos pusimos de acuerdo para ir a Quayang a la mañana siguiente. Temprano al día siguiente, a las 4:00 a.m., tan pronto salí por la puerta, se asomó un coche de policía. El ayudante asistente a cargo de la estación de policía Dongfenglu, Cao Liang, acompañado por el policía Hao Wei, me detuvieron. Insistí en que me soltaran. Cao Liang informó al jefe del departamento de policía y finalmente me soltaron. Cuando llegamos a la estación de ómnibus, estuvo un policía tratando de detenernos, pero no lo logró. Un vehículo de policía nos siguió hasta Quyang e incluso policías de civil nos siguieron hasta el hogar de un compañero de práctica. El 19 de julio, Cao Liang guió a otros a saquear nuestra casa. Nos confiscaron todos los libros de Falun Dafa. El policía me arrestó en otra provincia y me detuvo en el centro de detención Baoding. En el centro de detención, el jefe a cargo del departamento de policía Baoding me amenazó: “¡Si no abandonas Falun Gong, entonces serás enviada a una cárcel provincial!”

La segunda vez, después de ser liberada del centro de detención, fui a la estación de policía para explicar lo hechos acerca de Falun Gong. Cao Liang me solicitó escribir algo. Después de hacerlo, dijo: “Ya que dices que Falun Gong es bueno, entonces viniste a practicar aquí.” Luego, sin dudar me envió al centro de detención. Después que mi esposo le sacara a comer y le enviara algunos regalos (igual que pedirle ayuda a alguna persona influyente), finalmente me soltaron.

Fui arrestada por tercera vez, estuve apelando a ambas oficinas nacionales en Beijing. Cerca de las 2:00 p.m. nuestro portón de hierro fue golpeado tan fuerte que creó un sonido conflictivo. Después que fue abierta la puerta, Cao se apresuró a entrar y me preguntó qué estaba escribiendo y a quién. Luego me ordenó darle a él la carta. Después de dos días, la policía me informó que debía ir a la estación de policía para recogerle a mi hijo, que había ido a Beijing para apelar y fue arrestado y enviado de vuelta. Él fue detenido en la estación de policía. Mi hijo fue esposado por toda la noche a una tubería de calefacción, en una posición de águila extendida. Durante el almuerzo, la policía finalmente le soltó de las esposas, después que le había suplicado una y otra vez. Esa noche, mi hijo y yo fuimos enviados al centro de detención. Debido a que mi hijo y yo fuimos arrestados al mismo tiempo, mi madre se enfermó por tanta preocupación. El hospital nos dijo que mi madre estaba en una situación crítica. Tras tres días de ser dada de alta, mi madre murió. Después que la enterramos, el policía que tomó el acta de defunción vino a forzarnos para que cambiáramos la residencia de mi hijo de esta ciudad. El policía dijo que no podía resistir la presión de sus superiores.

La cuarta vez, fui a Beijing para apelar al gobierno. Fui arrestada en la Plaza Tiananmen y enviada al centro de detención. A la compañía donde trabajaba le ordenaron que me despidieran. Envista que la gerencia consideró que la orden no estaba dentro de las normas legales, ellos rehusaron. Después de tres meses, ellos tomaron 5000 yuanes (1) en calidad de multa, además de una garantía y luego fui despedida. Después de eso, cuando “llega algún día sensible”, el comité local de la residencia, oficina residencial y el gerente de mi compañía vinieron a mi casa.

La quinta vez fui arrestada fue durante la celebración de la reunión del congreso nacional de China en el 2000. La policía de la estación local vino a mi casa y me llevó al centro de detención.

La sexta vez, fui enviada a centro de lavado mental en la ciudad Shunping. El líder era un político y secretario del comité judicial, con el seudónimo de Lu. Ellos imprimieron una “Declaración de Garantía” (2) y solicitaron su firma a familiares que habían trabajado en el mismo sitio como practicantes de Falun Gong. Quien quiera que viole cualquier elemento en la declaración de garantía recibe una multa de 20 a 30 mil yuanes. En el centro de lavado mental, no les daban suficiente comida. De todos modos, cada uno tenía que pagar 35 yuanes por gastos de mantenimiento.

La séptima vez, debido a que colgué un cartel de Dafa en la ruta Dongfeng, fui sentenciada a un año en un campo de trabajos forzados. Durante ese período, fui forzada a trabajar más de diez horas diarias. Me puse en huelga de hambre para protestar de la persecución. Para obligarme a abandonar la cultivación, el policía de la cárcel usó a criminales para forzarme a comer. Mientras un policía tiraba completamente de mis brazos hacia atrás, otro con un destornillador hacía palanca en mi boca para que la abriera. Me golpearon y patearon. Más tarde, incluso los criminales presidiarios se aterrorizaban al ver la forma en que era tratada. Fui también forzada a mirar videos de lavado de cerebro. Fui golpeada en la cabeza con libros pesados, castigada a estar de pie por largos períodos de tiempo e impedida de dormir por seis días. Después de haber estado de pie por diez días, mis pies estuvieron tan hinchados que no cabían dentro de ningún zapato. Además de eso, fui abofeteada en la cara y mis brazos fueron retorcidos y pateados.

Durante mi detención en el campo de trabajo forzado, mi padre estuvo solo. Hablaba con quien se encontraba. Tan pronto veía a un policía, le envía con él buenos deseos para nosotros, en el campo de labor y les expresaba sus deseos por volver a verme. Después que fui lanzada al campo de labor, mi padre fue hospitalizado y se iba muriendo. Mi esposo fue al campo de trabajo forzado tratando de que regresara para visitar a mi papá, pero el campo de trabajo forzado no me concedió ningún permiso para salir. Por eso, mi padre murió mientras estuve en la prisión. Cuando salí libre del campo de trabajo forzado, mi familia estaba rota; éramos sólo mi esposo y yo. Mi hijo no podía regresar a casa, mi hija se casó y durante mi detención fue a vivir en una provincia lejana.

Mi esposo se volvió muy sensible y miedoso desde el inicio de la persecución en estos pasados pocos años. Si un vecino golpeaba la puerta, despertaba de su sueño y saltaba de la cama y decía: “¡Rápido, escóndete! ¡Rápido, escóndete!” Esta clase de angustia mental está más allá de la imaginación. Espero que cada uno alrededor del mundo llegue a conocer acerca de esta persecución y que pare tan pronto como sea posible.


  • (1)Yuan: unidad de moneda china. El salario promedio mensual de un trabajador urbano es de 500 yuanes.

  • (2)“Declaración de Garantía”: una sentencia con la que se declara que él o ella se arrepiente por practicar Falun Gong y garantiza no practicar más Falun Gong, ni ir a Beijing para apelar por Falun Gong y nunca más asociarse con otros practicantes de Falun Dafa.

Versión en chino disponible en:
http://www.minghui.ca/mh/articles/2004/3/15/70022.html


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