La Sra. Wang Dongmei, de treinta años, era profesora de colegio en la ciudad de Hengshui, provincia de Hebei. En 2001, después de ser forzada a asistir a una clase de lavado de cerebro, fue enviada al campo de trabajos forzados de Shijiazhuang. En el campo de trabajos, sufrió todo tipo de abusos físicos y mentales, incluyendo torturas mediante una cuerda, torturas con electricidad, privación de sueño y largos períodos de aislamiento. La policía utilizó todo tipo de medios crueles, pero, incapaz de hacerla traicionar su conciencia, la trasladaron a un hospital psiquiátrico para intentar quebrantar su voluntad y la torturaron con drogas para sicóticos administradas impropiamente.
Más tarde fue devuelta a su casa para cumplir allí su sentencia. La gente inmediatamente notó su deteriorado estado mental. Sus movimientos eran lentos, su expresión difícil y sus reacciones tristes. Había perdido la memoria. Cuando la gente le preguntaba por qué había sido enviada a un hospital psiquiátrico, lentamente respondía que no sabía nada. Si se le preguntaba lo que hacía allí, lentamente respondía: “tomar medicinas y recibir golpes”. Si se le preguntaba si había sido forzada a tomar medicinas e inyecciones, respondía "sí".
Todavía tenía en los brazos la marca violeta oscura de la cuerda que había servido para torturarla. Wang Dongmei se había vuelto mentalmente desequilibrada. Un día se cayó en un estanque e incapaz de salir, se ahogó. Esto es otra prueba de los crímenes cometidos por el grupo de Jiang Zemin en su persecución de Falun Gong.
Versión en chino disponible en:
http://minghui.ca/mh/articles/2004/4/14/72267.html
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