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El jueves 27 de mayo, en Francia y en el resto del mundo, practicantes de Falun Gong apelaron en frente de las embajadas y consulados de China. De manera simultánea apoyaron a la audiencia que tuvo lugar en el mismo momento en el tribunal de apelación de Chicago.
Es una nueva etapa en la denuncia judicial que acusa a Jiang Zemin y a la "oficina 610" (la Gestapo china) de genocidio y crímenes contra la humanidad en contra de Falun Gong. Este 27 de mayo, el tribunal de apelación de Chicago decidirá si antiguos jefes de Estado, como Jiang Zemin, se benefician de la inmunidad de los "jefes de estado" para escaparse a su responsabilidad en caso de crímenes de tortura, genocidio y crímenes contra la humanidad.
Este acontecimiento retransmitido en distintos países del mundo fue la ocasión de informar mejor al público sobre la naturaleza de la persecución de los practicantes de este método pacífico desde hace cinco años. Según cifras incompletas, 960 personas murieron bajo la tortura y las persecuciones. Los policías golpean a las víctimas con porras eléctricas, se les inyectan sustancias que destruyen su sistema nervioso, se les tortura encerrándoles en jaulas en las cuales hay clavos plantados, se les inserta astillas de bambú bajo las uñas, se les quema las partes sensibles del cuerpo…
Para que cesen estas crueles persecuciones contra inocentes y recobren sus libertades fundamentales en China, los practicantes franceses hicieron una apelación en frente de la embajada de China en París y pidieron que se juzgara Jiang Zemin, el principal responsable de esta campaña de persecución.
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