Artículo del periódico alemán Rheinpfalz: Una señora defiende la Benevolencia y la Verdad

“Los tres principios: Verdad, Benevolencia y Tolerancia, le permiten a la gente pensar libremente e independientemente y no tener el espíritu controlado fácilmente”, dijo la Sra. Wang. Tiene treinta años y está consagrada a ayudar a los que practicantes de Falun Gong según la Ley de Buda.

En China, setenta millones de personas practican los cinco ejercicios semejantes al yoga que pueden armonizar el cuerpo, el espíritu y el universo. En 1992, el Maestro Li Hongzhi enseñó públicamente las cinco series de ejercicios. Después de esto, los practicantes de Falun Gong sobrepasaron rápidamente en número a los miembros del partido comunista en China. La Sra. Wang indicó que esto era una de las razones por la cual el gobierno chino (el grupo de Jiang) había tomado medidas severas contra Falun Gong. Al principio Falun Gong fue apoyado por el gobierno por sus beneficios en la salud.

Mientras que la Sra. Wang practicaba la meditación sentada en el campus de Germersheim, tuvo miedo de que pocos de sus compañeros de clase puedan imaginar la situación de los practicantes después de que Falun Gong sea declarado ilegal el 22 de julio de 1999. Aunque Falun Gong no tiene objetivos políticos, los practicantes son detenidos no obstante y encerrados en campos de reeducación por el trabajo, prisiones, y hospitales psiquiátricos donde son electrocutados con palos eléctricos, sometidos a lavado de cerebro, violados y maltratados por la tortura. La Sra. Wang reveló para acabar que mil practicantes han sido torturados a muerte.

La Sra. Wang tiene amigos en China que fueron o están encarcelados en campos de re-educación por el trabajo simplemente porque practican Falun Gong. Uno de ellos era un joven científico notable, pero ahora [después de una persecución tan brutal] es sicótico y no reconoce ni a su familia. Gracias a la ayuda del ministro de Asuntos Exteriores alemán, Joschka Fischer, la amiga de la Sra. Wang, Srta. Xiong Wei, ha sido liberada después de haber estado encerrada en un campo de trabajo durante dos años.
Para la Sra. Wang, el éxito del caso fue la fuerza que la motivaba para continuar utilizando postales y campañas de firmas para ayudar a las personas perseguidas en su ciudad natal. “La presión en todo el mundo ha tenido un enorme efecto. Por ejemplo, el gobierno canadiense ayudó a socorrer con éxito a varios practicantes de Falun Gong y les dio el estatuto de refugiados”.

Cuando a si podría regresar en China, la Sra. Wang dijo: “En el caso de que la persecución continúa, no quiero arriesgar mi vida”. Su madre en Beijing también tiene miedo de las autoridades. La Sra. Wang siguió: “El grupo de Jiang en China quiere justo asustar a la gente”. Ahora la Sra. Wang no tiene miedo de apelar públicamente a la libertad de creencia de Falun Gong. Dijo: “Algunas veces tienes que pagar un pesado tributo por los derechos humanos”.