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Cientos de miles de personas llenaron las calles de la ciudad para oponerse a la nueva ley de seguridad y pedir la democracia.
Era imposible evaluar el tamaño de la muchedumbre que permaneció horas en el centro de la ciudad, pero las estimaciones dieron las cifras de 200.000 a 500.000. Las manifestaciones fueron las más grandes hechas por el pueblo de Hong Kong, desde las que sostuvieron los estudiantes golpeados en la plaza de Tiananmen de Pekín.
La manifestación atañía a la nueva ley de seguridad, que debería haber pasado el 9 de julio.
[… ] Según los opositores, la ley amenaza las libertades de expresión, creencia, prensa y reunión. Con la ayuda de esta ley, el Gobierno central de China puede reforzar su poder efectivo sobre Hong Kong y puede eliminar lo que considera como elementos no deseables.
Cuando Hong Kong fue transferido de Gran Bretaña a China en 1997, la política de “un país, dos sistemas" de la constitución del SAR de Hong Kong garantizaba que China respetaría a la autoridad de la ley en Hong Kong por lo menos durante 50 años. Sin embargo el Artículo 23 de la constitución del SAR pide que Hong Kong bloquee las actividades "subversivas".
"Creemos que el verdadero blanco del Gobierno son los grupos como Falun Gong y los disidentes"; dijo Sophie Xiao, portavoz de Falun Gong en Hong Kong. Más de 300 miembros del movimiento espiritual se habían reunido en Vitoria Park antes del comienzo de la marcha: "Vamos a seguir con nuestros ejercicios diarios y nuestras llamadas pacíficas, después de que la ley se aplique," declaró Sophie." "La ley no queda suficientemente clara", ha dicho Dona Mek, 26 años, voluntaria de la ONG Frente de los Derechos Humanos." "El más espantoso es que no distingue claramente qué clase de casos pueden poner en prisión…todo es posible".
La gente se puso furiosa por la manera en que se precipitó la ley sobre la seguridad.
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