Tuve un sueño durante la última noche. En el sueño, iba con tres o cuatro practicantes de Falun Gong. Después de pasar por una plaza de mercado, llegamos a un cruce en el camino. Me encontré separado de los otros practicantes porque había mucha gente. Tuve que continuar en la única dirección que se me presentaba, pues no había otra. Al rato, observé que era la única persona que caminaba por allí. Entonces pensé: “tengo que reencontrar a mis compañeros de práctica”. Por consiguiente, me di la vuelta y comencé a buscarlos. Mientras me acercaba al cruce, un hombre salió de la muchedumbre desde una orilla del camino, no podía distinguir a quien se parecía su cara. Tenía un palo en su mano y arriba del palo, llevaba un cartel redondo con algunas palabras escritas. Parecía esperar a alguien. Mientras me acercaba, él también se volvió hacia mí. Así, nos acercábamos el uno hacia el otro, y al rato vi que en el cartel llevaba escrita la palabra “ciruela”. Me sentí feliz porque pensé que había encontrado a una buena persona. Entonces le pregunté: “¿Qué camino debo tomar? Él no dijo una palabra, pero me indicó con el dedo la dirección de la que venía. No podía comprender lo que significaba, ya que mi intención era reencontrar a mis amigos practicantes, así que no le presté más atención. Pero en ese momento sonó el timbre del despertador y salí del sueño. Era la hora de levantarse para los ejercicios matutinos (persevero en hacer los ejercicios cada mañana en un parque cercano).
No había reflexionado mucho sobre el sueño hasta que conecté y lo relacioné con mi estado de cultivación actual. Últimamente, ocupaba mucho mi tiempo en actividades para presentar Falun Gong a la gente e informarles sobre la persecución en China. Principalmente distribuyendo impresos sobre el asunto y hablando de la situación a mis compañeros de clase, a mis amigos y familia, lo mismo hacía en persona que por teléfono. No me hizo falta mucho tiempo para que todos los impresos fueran distribuidos. La inmensa mayoría de mis compañeros de clase han regresado a China y mi crédito telefónico del mes fue sobrepasado. Me parecía que no había nada más que hacer por un momento. Además me vino un pensamiento al espíritu: “Los tres practicantes locales no participaron en la distribución de impresos. Tendría que implicarlos en las actividades”. Me sentí conmocionado al comprender que las escenas del sueño reflejaban mi situación actual. Cuando llegué al cruce no tenía ganas de continuar solo. Cuando alguien me guió invitándome a continuar el viaje, me negué a renunciar a mi apego. No avanzar es retroceder.
Un poema del Maestro dice:
“Avanzar, poder realizar todas las cosas
Retroceder, nada existe, enigma para siempre.”
(Hong-Yin II - Colección de Poemas II)
22 de febrero de 2001
¡Como es arriesgado!
Además, aunque otros practicantes no habían distribuido impresos como yo, estaban implicados en otros proyectos. Era como el "cruce en el camino”. De hecho, el Maestro ya nos dijo:
Ningún obstáculo
"Los caminos de la cultivación y de la práctica son diferentes
Todo se encuentra en la gran Ley"
Lo más terrorífico es que cuando regresé al cruce en el camino me contenté con quedarme allí, mirando por todos los lados en busca de mis compañeros de práctica. ¿Qué esperaba? ¿A mis compañeros, la próxima distribución de impresos, o la llegada del mes próximo? Mi estado es realmente reflejado por:
“¡Cuántos apegos no he descubierto por una introspección tranquila!”
( Hong-Yin II)
Gracias al recordatorio misericordioso del Maestro. Como practicante de Falun Dafa, resueltamente creeré en el Maestro y en Dafa. Me consagraré a hacer bien las tres cosas con el fin de avanzar bien sobre el camino del futuro. Por fin, me gustaría concluir este artículo con un poema del Maestro, “Flores de ciruelo” y proponer un estímulo mutuo entre compañeros de práctica.
Flores de ciruelo
Cientos de millones de flores de ciruelo como lotos puros emergen del mundo corrupto
Bajo el viento glacial la belleza es todavía más manifiesta
Nieve y lluvia derribados por el cielo sin cesar como las lágrimas de las divinidades y del Buda
Esperando la vuelta de las flores del ciruelo
Sobre todo no perderse apegándose a las cosas de este mundo
Fortalecer el pensamiento recto
Desde la antigüedad hasta hoy
Solamente por esta vez
El 28 de enero de 2003
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