Hacer bien las tres cosas y seguir el camino arreglado por el Maestro*

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Desde el pasado mes de enero me he visto completamente saturado por mi trabajo, tenía que trabajar más horas de lo normal y a veces incluso hasta medianoche. Durante los fines de semana todos los miembros de nuestro equipo teníamos que trabajar. En consecuencia, no podía seguir mi programa de estudio de la Ley, la práctica de los ejercicios ni tampoco podía clarificar la verdad. En definitiva, no lograba encontrar tiempo para practicar los ejercicios de Falun Dafa. Disponía poco tiempo para estudiar la Ley. No podía participar en la inmensa mayoría de los proyectos de clarificación de la verdad. Trabajaba como un robot, dormía pocas horas y el resto del tiempo trabajaba.

Algunos de mis compañeros de práctica me sugirieron emitir pensamientos rectos con el fin de limpiar las interferencias. Estaba de acuerdo de que se trataba de una forma de interferencia. Sin embargo no tuve cuidado con este asunto desde el punto de vista de la Ley. Las cosas se agravaron durante el mes de febrero. Cuando estábamos dentro de una semana muy crítica para el proyecto de trabajo, todos los miembros de mi equipo comenzaron a tener gripe. Estaban con fiebre y tosían mucho. Sin embargo teníamos demasiado trabajo y no podían pedir la baja por enfermedad. Todo el mundo continuaba viniendo al trabajo. Después, uno de mis colegas tuvo un problema familiar y no pudo venir durante toda una semana. Tuve que hacerme cargo de su trabajo además del mío. Entonces, comencé a desarrollar un karma de enfermedad. Mi nariz sangraba abundantemente sin razón y lo hacía con mucha facilidad.

Entre tanto, otras pequeñas tareas fueron asignadas una tras otra a mi equipo. Eran de alta prioridad y debían ser tratadas inmediatamente. Teníamos que hacer horas extraordinarias para poder acabar. Rápidamente mis colegas dijeron que ya tenían bastante. Comenzaron a dejar el trabajo después de las cinco, incluso aunque no hubieran acabado su tarea del día. Cada vez me tocaba más trabajo. Hacía lo mejor posible y trabajaba sin rechinar. Varios días seguidos tuve que trabajar hasta las 2 de la mañana para poder acabar todo. Sin embargo, justo cuando acababa las tareas, otras nuevas me llegaban una tras otra y tenía que asumirlas porque era el único habilitado para hacerlo.

Comencé a observar mis apegos. Por ejemplo me gustaba mi trabajo y quería a mis colegas y a mi jefe. En consecuencia intencionalmente desarrollé apegos en mi trabajo y en mi ambiente de trabajo. Cuando otros compañeros de práctica perdían su trabajo, me parecía que yo era afortunado por mi situación. Cuando comencé a ver mis apegos, hice lo posible para eliminarlos. Pero rápidamente me vi en la situación de ahondar para ver mis apegos después de varios esfuerzos para eliminarlos. Entre tanto mi miedo a los apegos se volvía más grande. No analizaba los problemas desde el punto de vista del período de la rectificación de la Ley. Cuando un practicante de Dafa no sigue los progresos de la rectificación de la Ley y no hace clarificación de la verdad, ¿cuántos seres pierden la posibilidad de ser salvados?


Acabé por comprender que era un arreglo de las viejas fuerzas. Todo el entorno y la gente habían sido preparados concienzudamente para explotar mi corazón. Traté de encontrar una salida. Sabía que debía hacerlo y que había una solución. Sin embargo me costaba mucho encontrar la solución.

Más tarde mis compañeros de práctica me dijeron: “No pienses demasiado en eso. Vale más no pensar en tus apegos. Simplemente haz las tres cosas que el Maestro nos ha pedido hacer bien. ¡Así tomarás el camino que el Maestro ha trazado para ti!” Inmediatamente comprendí mi problema. Me hice un programa para seguir estrictamente cada día: estudiar la Ley, practicar los ejercicios, clarificar la verdad y emitir los pensamientos rectos, etc. Por ejemplo, tomaría cinco minutos de mi descanso para hacer el primer ejercicio. Emitiría los pensamientos rectos con la frecuencia que me fuera posible. Señalaría en mi programa cada vez que termino una de estas tareas, lo que me permite cuidar fácilmente para no desviarme de mi programa.

* Aunque la palabra "Maestro" quiere también decir “profesor" no es realmente el verdadero significado de la palabra china "Shifu". Shi significa “profesor” en chino y Fu quiere decir “padre”. Por consiguiente, Shifu se remite a alguien que sea a la vez profesor y padre. Los chinos no llaman normalmente a sus profesores Shifu. Es un término especial utilizado solamente en el ámbito de la cultivación. Un practicante debe pasar por una ceremonia solemne antes de que pueda llamar a su Maestro Shifu.

Versión en chino disponible en:
http://minghui.org/mh/articles/2005/3/21/97771.html

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