¡Saludos, Reverendo Maestro!
¡Saludos, compañeros de práctica!
Me llamo Cai Pei-jun y soy una joven practicante de Falun Dafa. Hoy me gustaría compartir con ustedes mis experiencias de cultivación.
Practicando ejercicios de Falun Gong con mamá en la casa |
En 1998 cuando tenía sólo cuatro años de edad, mi padre comenzó a practicar Falun Gong y yo también comencé con él. Al cumplir cuatro años y medio fui a diferentes lugares para distribuir material de clarificación sobre Falun Gong. En aquella época mi mamá no practicaba Falun Gong. En el año 2000 nació mi hermanita Cai Pei. Su nacimiento me dio muchas ocasiones de mejorar mi carácter. A veces tenía la impresión de que mi madre quería más a mi hermanita que a mí. Jamás acusaba a la pequeña Cai Pei mientras que a mi me criticaba siempre. Estaba celosa. En la lección número 7 de Zhuan Falun, el Maestro dice:
“Mientras la envidia no se elimina, todos los corazones que el hombre cultiva están muy frágiles. Acá hay una regla: si no eliminas la envidia en el transcurso de la cualtivación, no puedes obtener el fruto verdadero de ninguna manera”. (Traducción oficial)
El apego a los celos debe ser abandonado. Seguí las enseñanzas del Maestro y gradualmente pude abandonar los celos hacia mi hermana.
En 2004, mamá cayó gravemente enferma. Mi hermana y yo estábamos asustadas. Mi madre fue a ver a un médico y le dijo que la válvula de su corazón no estaba completamente cerrada. Mi hermana y yo teníamos mucho miedo a que falleciera. Papá le sugirió practicar Falun Gong. Entonces, mamá comenzó a practicarlo y su enfermedad desapareció. ¡Agradezco al Maestro por haber salvado a mamá! Después de que mamá empezara su cultivación, nuestra familia se unió a otros compañeros de práctica para revelar los hechos sobre la horrible persecución. Mi hermana y yo sabemos practicar los cinco ejercicios de Falun Gong. Emitimos también los pensamientos rectos sinceramente con el fin de eliminar los factores depravados y para impedir que los compañeros de práctica del continente chino sean perseguidos.
Tengo mucho trabajo en la escuela. Además voy a clase de flauta y de piano, aprendo inglés y caligrafía. Como soy una joven practicante también debo asegurarme de practicar los ejercicios y estudiar las enseñanzas de Falun Gong. Por eso tengo poco tiempo para practicar la caligrafía y la música. Sin embargo todos mis profesores dicen que trabajo muy bien. Mamá dice que es porque el Maestro abrió mi sabiduría.
Un año pasó muy rápido. El Nuevo Año Lunar de 2005, toda la familia fuimos a Nueva York. Papá se unió al grupo de tambores de cinturón y mi madre, mi hermanita y yo fuimos con otros compañeros practicantes a distribuir folletos. Fuimos también a la oficina de Associated Press. Los practicantes tenían pensamientos fuertes y rectos. Sin embargo hacía mucho frío y había muchos seres depravados de otras dimensiones. Mi hermana y yo somos todavía muy jóvenes y sentíamos dolor al soportar tanto frío. Entonces entramos en una tienda para recalentarnos. Allí nos encontramos a una anciana que salió de su oficina para descansar y fumarse un cigarrillo. Utilicé un poco de mi inglés para decirle cuán bueno es Falun Dafa. Más tarde la señora dijo: “¿Entonces fumar no es bueno, no es así?” Y le respondí: "Exacto". Inmediatamente apagó su cigarrillo y lo tiró.
En Nueva York estudiamos las enseñanzas de Falun Gong y practicamos los ejercicios cada mañana. Luego distribuimos un comunicado breve sobre la Gala de NTDTV que iba a emitirse en Nueva York. Clarificamos la verdad en las calles y fuimos al Consulado de China para emitir pensamientos rectos. Cuando distribuimos folletos en las esquinas, encontré una pareja occidental. Estaban bien vestidos y eran atractivos. Les hablé de la persecución que se efectuaba actualmente en China. Luego saqué un folleto en inglés y les pedí que lo leyeran directamente. Dijeron sinceramente que harían lo mejor para ayudar a parar la persecución.
Aunque seamos jóvenes practicantes el Maestro nos da las mismas ocasiones. Debemos también hacer una mejor utilización de nuestro tiempo para avanzar. Nuestra estancia en Nueva York duró dos semanas y cuando llegó el momento de regresar a Taiwán tenía el corazón encogido. En el momento de nuestra partida hacía mucho frío de nuevo. Sin embargo el tiempo que estuvimos en Nueva York el cielo estaba claro. Comprendimos que era la compasión del Maestro para proteger a los pequeños practicantes del frío. Agradezco al Maestro desde lo más profundo de mi corazón. Seré todavía más diligente una vez que esté de vuelta en Taiwán.
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