Ginebra: Incidente en la Comisión de los derechos humanos

La presentación por una ONG de un instrumento de tortura utilizado en China en el curso de una sesión en la 61ª Comisión de los derechos humanos del 5 de abril, puso a la delegación china en jaque. Su reacción de naturaleza eminentemente política y en la medida de su confusión, finalmente reveló en una confesión las graves violaciones de los derechos humanos cometidos en este país, aunque las autoridades se apresuraron sin embargo a negar.

El incidente se produjo en una sesión plenaria, en el curso de la participación de Bob Fu, antiguo pastor de una parroquia libre de Pekín y presidente de China Aid Asociación - una ONG americana - mientras denunciaba públicamente la manera en la que religiones y creencias son perseguidas en China.

Con el fin de ilustrar la violencia con la cual estas persecuciones son llevadas a cabo, el Sr. Fu sacó ante las delegaciones reunidas un garrote eléctrico en todo punto semejante al utilizado por la policía china con el fin de torturar y arrancar falsa confesión a millares de cristianos, practicantes de Falun Gong y budistas tibetanos, luego lo puso en marcha. En un instante, todo el mundo calló y las miradas convergieron hacia el instrumento oyéndose su horrible crepitación punteando destellos azules metálicos.

Los agentes de seguridad confiscaron el instrumento y después de que Sr. Fu hubiera acabado su alocución, se lo llevaron fuera de la sala antes de retirarle su chapa de acceso. El Sr. Fu contó que apenas veinte minutos más tarde, un chino se presentó en seguridad declarando que quería denunciar en nombre de la delegación china porque ésta «se sentía amenazada». Interrogado sobre la bien fundada reacción, el Sr. Fu respondió: «¿Por que razón se sintieron amenazados? [] Me encontraba muy lejos de ellos con muchos delegados entre nosotros».

Un reportero de TV que trataba de tomar imágenes de las reacciones de la delegación china, fue expulsado de la sala con el mismo pretexto delante de las risas discretas de los asistentes que daban a entender que no era un engaño. Puntualicemos que el Sr. Fu consiguió cinco días antes en seguridad la autorización oficial para hacer esta demostración en el momento de su alocución.

Poco después, la delegación china intervino delante de la asamblea con el fin de volver a discutir - ni más ni menos - el estatuto de ciertas organizaciones no gubernamentales en la Comisión y ello, so pretexto de que aportaban a la misma «instrumentos peligrosos de policía». El sentido de estas palabras repetidas veces, no escapó a nadie.

Bajo la presión de la delegación china, por fin «A Women Voice International (AWI)», la ONG que había acreditado al Sr. Bob Fu, debió explicar y presentar sus excusas delante del conjunto de la Comisión.

Por el momento, el Sr. Bob Fu está excluido provisionalmente de la ONU esperando la conclusión de la encuesta, pero recurrió conforme a las autorizaciones que le habían sido concedidas.