Como residente de Hong Kong, había visto a menudo los materiales de información sobre Falun Gong que relataban cómo las autoridades del Partido Comunista Chino (PCC) persiguen al grupo. Como el Partido pretendía hacernos creer que la situación de los derechos humanos era la mejor durante los últimos años, me pregunté si la persecución era verdaderamente tan horrible. Esto quería decir que los reportajes de las noticias de China continental eran todas mentiras. ¿Era verdad que se privaba a los practicantes de Falun Gong de todos los derechos humanos? Mis dudas finalmente quedaron aclaradas después de ser testigo de la audiencia de un tribunal contra algunos practicantes de Falun Gong en la ciudad de Zhuhai, provincia de Guangdong.
El 29 de febrero de 2005, las autoridades juzgaron a varios practicantes de Falun Gong en el tribunal de la ciudad de Zhuhai, distrito de Xiangzhou. Hacia las 9 h, cuando la policía trajo a los tres practicantes a la sala del tribunal, oí a cierta distancia a alguien gritar: «¡Falun Dafa es bueno!» y «¡Falun Dafa es la Ley justa!». Era punzante y quedé sumido en la pena por ellos en ese momento porque estaba seguro de que eran inocentes. Eran tres personas, todas parecían ser gentiles; dos eran hombres de unos cuarenta años y la otra una mujer de más de 60 años. No tenía ni idea de la razón por la cual una vieja señora gentil como ella debiera ser juzgada.
Tres jueces aparecieron y uno presidía la audiencia. El tribunal había asignado abogados para el Sr. Zhang Xuewen y la mujer, mientras que la familia del Sr. Lin Wuyong había pedido a dos allegados pleitear en su favor. Ambas eran dos señoras de una treintena de años. Sin embargo, cuando una de ellas mencionó a "Falun Dafa" en la audiencia, el juez gritó: «¡Usted no tiene derecho a decir Falun Dafa, sólo puede decir Falun Gong!». La señora se quedó callada mirando al juez. Antes de que dijera nada, le gritó: «¿Practica Falun Gong? ¿Li Hongzhi es su Maestro?» Sin tener tiempo de responder, el juez ordenó a la policía llevársela fuera de la sala del tribunal.
El salvajismo alcanzó verdaderamente el extremo. Incluso en las interacciones sociales diarias, sin hablar de una sala de tribunal solemne, un hombre instruido debe tratar siempre a las mujeres de modo amable y cívico conveniente en una buena sociedad. Aquí sin embargo, un juez considerado como ejemplo de rectitud y dignidad había montado en cólera y había expulsado a una dama legal y una defensora simplemente porque le había mirado a los ojos. ¿Dónde está la justicia en todo esto? ¿Cómo este género de persona puede hacerse un juez? ¿Cómo puede haber una justicia conveniente? Incluso como observador sin lazo de parentesco, me sentí triste e indignado.
Parece que las noticias propagadas por el grupo Falun Gong son verdad después de todo. Los practicantes de Falun Dafa en China continental verdaderamente no tienen ningún derecho humano. Son injustamente el objeto de juicios y privados de su derecho a una defensa legal. ¿Dónde está la legalidad en todo esto? ¿Qué le ha ocurrido a nuestra civilizada cultura? ¡Todo esto fue sólo una sarta de mentiras! En ese momento sentí no tener mi videocámara conmigo para registrar este incidente con el fin de que la gente pueda conocer con puntualidad cómo el PCC trata a los practicantes de Falun Gong y de cómo los "derechos humanos" son verdaderamente ejercidos en China.
Versión en inglés disponible en:
http://en.clearharmony.net/articles/200506/26889.html
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