Soy reportero de prensa del sur de China y ejerzo esta profesión desde hace años. En julio de 1999, una serie de reportajes que calumniaba a Falun Gong sorprendió a mucha gente. Durante un mes esto continuó también por la televisión y muchas personas llegaron a creer en ello. Conseguí guardar una posición neutra porque sabía que ciertas informaciones eran un montaje por mis varios años de experiencia profesional. Decidí que no tomaría partido en este asunto a menos que obtuviera información por fuentes fiables.
Llegó el año 2001 y el incidente de autoinmolación en la Plaza Tiananmen fue transmitido por la televisión de un modo continuo y repetitivo durante todo el período del nuevo año chino. Lo que vi en la tele cambió completamente mi punto de vista. Terribles imágenes me ensordecieron y estimularon mis emociones. Comencé a participar en el equipo de propaganda anti-Falun Gong. En ese momento, mi superior me asignó varios proyectos y así, otro colega y yo, entrevistamos a gente de edad que hacía sus ejercicios matutinos aquí y allí, recogiendo sus criterios sobre el incidente de autoinmolación.
El tiempo pasó rápidamente y en 2004, varios amigos me anunciaron noticias de su viaje a Hong Kong. Me dijeron que el incidente de autoinmolación había sido un montaje y que las malas intenciones de las autoridades estaban desde el principio de todo este asunto. Me explicaron seis puntos sospechosos acerca de la cubierta del incidente y escuchándolos yo mismo pude analizar el incidente. Finalmente, vine a comprender la verdad. Diez años de experiencia como reportero y me dejé engañar.
Siento profundamente que mis propios reportajes son falsos. ¿Cómo podría hacer frente a la gente que al leerlos han sido engañados? Durante más de un año, he reflexionado cómo podría reparar mi error. Más de diez años de experiencia en los medios de comunicación me permitieron comprender que no hay libertad de prensa bajo el control del Partido Comunista Chino (PCC). El público no tiene ninguna posibilidad de conocer la verdad. Si se mira los movimientos políticos represivos del Partido Comunista Chino en las últimas décadas, no es raro que el expresidente sea el traidor del Partido y el traidor del futuro de China. "Todo está hecho para satisfacer a la persona que ocupa el poder. Sé que mi corazón no conocerá la paz si no dimito del PCC. Con la ayuda de un amigo, añadí mi firma en el sitio Web de Internet donde la gente puede presentar su dimisión”.
Finalmente, tengo la esperanza de que mi última confesión podrá rescatar un poco el perdón por lo que hice. Además espero que la gente que ha sido engañada por los reportajes conozca pronto la verdad.
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