Senador irlandés: ¿El beneficio económico puede justificar la tortura y la represión?

El 23 de noviembre de 2006, el Sr. David Kilgour fue invitado a hablar ante el Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento irlandés. Respondió a las cuestiones referentes a las sustracciones de órganos de los practicantes de Falun Gong, llevadas a cabo por el Partido Comunista Chino. Esta invitación provenía del senador Joe O' Toole. El senador O' Toole publicó un comunicado de prensa sobre estas sustracciones de órganos efectuadas por el PCCh. He aquí el contenido de este comunicado de prensa:
¿EL BENEFICIO ECONÓMICO PUEDE JUSTIFICAR LA TORTURA Y LA REPRESIÓN?

Miércoles, 22 de noviembre de 2006

Irlanda no debe permanecer ciega ante las violaciones de los derechos humanos que se producen actualmente en China. Cada semana, inocentes ciudadanos chinos miembros del movimiento Falun Gong (una disciplina espiritual practicada por más de 100 millones de personas en todo el mundo), son encerrados como ganado y tratados como prisioneros; forzados a trabajar, padecen todo tipo de torturas. Es evidente que tratamos de ignorar estas atrocidades con el fin de no poner en peligro nuestros intercambios comerciales con China. ¿Cómo podemos continuar con esta cooperación económica sabiendo que allí las violaciones de los derechos humanos son moneda corriente?

Aunque la comunidad internacional esté al tanto de los informes y pruebas que sacan a la luz las artimañas del Partido Comunista Chino (PCCh), se ha hecho verdaderamente pocas investigaciones para poner fin a esta situación. El mundo occidental parece estar muy asustado por el papel de China en el mercado mundial de intercambios comerciales. Es completamente inaceptable que el resto del mundo permanezca sin hacer nada mientras es consciente de que un país implicado en tales violaciones de derechos humanos continúa haciendo negocios con ellos.

A lo largo de estos últimos años, numerosos reportajes documentaron que el PCCh perseguía de modo sistemático a los practicantes de Falun Gong. Atestiguan que los practicantes de Falun Gong han sido sometidos regularmente a vigilancia por parte del gobierno Chino y enviados a campos de trabajos forzados, centros de detención o prisiones, a lo largo de toda China. En estos campos de internamiento, los practicantes permanecen ilegalmente detenidos, forzados a trabajar y a menudo torturados. Una de las brutales torturas empleadas es la sustracción de sus órganos estando vivos. Estos órganos son vendidos y regularmente empleados como órganos para trasplantes.

David Kilgour, ex Secretario de Estado canadiense, emprendió una investigación independiente para verificar todas estas acusaciones. Mañana (jueves, 23 de noviembre), en base a mi invitación, el Sr. David Kilgour, hará una presentación ante la Junta del Comité de Asuntos Exteriores sobre los resultados de las investigaciones sobre la sustracción de órganos de los practicantes de Falun Gong que se efectúan en China.

David Kilgour indagó estas acusaciones voluntariamente y trabajó de forma totalmente independiente de organizaciones o gobiernos. Además, debería ser subrayado, que después de la publicación de este informe, tras ser objeto de discusión en la cumbre UE-CHINA en Helsinki, dónde los Miembros del Parlamento Europeo firmaron una carta a la Comisión de la Unión Europea, expresó sus temores y apremiaba a la Comisión a investigar en profundidad.

Es a menudo difícil encontrar revelaciones de primera mano sobre estas violaciones. La insuficiencia de documentación en materia de detención y en materia de transferencia hace difícil el conocimiento del lugar donde se encuentran detenidos, incluso si aún se encuentran vivos. Esto aumenta la dificultad de efectuar las pesquisas. Sin embargo, una de las informaciones provenía de la mujer de un antiguo cirujano. El cirujano confesó a su mujer haber sustraído las córneas de aproximadamente 2000 practicantes de Falun Gong.

El Sr. Kilgour nos hizo un favor al dirigir nuestra atención hacia estas atrocidades cometidas en China. El Gobierno irlandés rápidamente debe animar a la Unión Europea a actuar, con el fin de poner fin inmediatamente a estas violaciones.