Mi nombre es Zhang Decai. Soy un practicante de Falun Gong de la ciudad de Qitaihe, provincia de Heilongjiang, y trabajo para la sección de agua caliente en la Mina de Carbón Xinjian. A comienzos de 1996 mi padre Zhang Shouxin fue lo suficientemente afortunado en aprender Falun Dafa. Nosotros fuimos testigos del fantástico efecto de Falun Gong ya que sus múltiples enfermedades le desaparecieron. Después de eso, toda nuestra familia comenzó a practicar, y más de diez de nosotros nos beneficiamos muchísimo practicando Falun Dafa. Sin embargo, cuado el Partido Comunista Chino (PCCh) y su ex dirigente Jiang Zemin comenzó brutalmente a perseguir a los practicantes de Falun Dafa, todos nosotros fuimos objeto de persecución.
El 22 de julio de 1999, compañeros practicantes y yo fuimos al gobierno provincial para apelar por Falun Dafa, pero la policía armada y oficiales de seguridad nos golpearon y a la fuerza nos enviaron a un estadio. El 25 de julio, Xu Shenli, Yu Zhijun, y Qu de la Sección de Seguridad de la mina me hicieron preguntas acerca de la situación de los practicantes de Falun Gong y severamente me cuestionaron porque no había ido a trabajar el 22 de julio. Me pidieron que les entregara mis libros de Dafa y me amenazaron con despedirme de mi trabajo. Bajo intensa presión, hice lo que me pidieron y les dije algunas cosas que no quería.
El 2 de noviembre de 1999, mi esposa Liu Shuhua fue a Beijing para apelar con otros compañeros practicantes. Esa noche, cuando los practicantes Zhang Min y Zhu Junhe (más tarde torturados a muerte) vinieron a mi hogar a compartir sus entendimientos, más de diez policías incluyendo a los jefes Cao y Qu de la Sección de Seguridad Policial del Subburó Xinxing, el jefe Li Qiubo de la estación de policía Xinfeng y el policía local Pan Ren asaltaron mi hogar. Rebuscaron mi casa y filmaron todo. Me confiscaron un cuadro del Shifu, dos juegos de cintas de vídeo de las Lecturas del Shifu en Dalian y Guanzhou, casetes con las Lecturas en Jinan, seis libros de Dafa, algunos materiales de Dafa, un reproductor de cintas de vídeo y alfombras donde hacía los ejercicios, y otras cosas. Dejaron mi casa destruida y patas para arriba. Nuestros dos pequeños niños miraron con horror como Zhang Min, Zhu Junhe y otro policía me llevaban preso.
Luego los policías de la estación de policía de Xinfeng me interrogaron. El oficial Pan Ren me golpeó y abusó verbalmente. Cuando le expliqué los beneficios de practicar Falun Gong, incluso me golpeó más duro en el pecho. Luego nos esposaron y nos forzaron a ponernos en cuclillas en un corredor congelado. Teníamos tanto frío que temblaba todo nuestro cuerpo. Al día siguiente, nos pusieron en un centro de detención durante quince días con cargos de “perturbar el orden público”. Los practicantes que fueron a Beijing para apelar solicitando justicia para Falun Gong regresaron uno tras otro. Debido a que la adminstración de la sección del centro de detención era chica, fuimos transferidos al centro de detención Nº 2. A más de cien practicantes nos encerraron juntos. Mi papá, mi segunda hermana mayor y su esposo, mi sobrino, mi hermana menor y mi esposa fuimos detenidos al mismo tiempo. Fui transferido al centro de detención y confiscaron todas mis pertenencias. Cuando regresé a casa, me forzaron a pagar 240 yuanes por gastos de comida.
La policía forzó a mi anciano padre de 70 años a ponerse en cuclillas junto a la ventana y lo interrogaron. Los compañeros practicantes aprovecharon cada oportunidad para hablarles a los guardias acerca de sus experiencias en la práctica. Algunos policías no escuchaban nada. Un oficial llamado Kou, atacó brutalmente a los practicantes Pan Shixing y Zheng Shuzhong. Como todos los miembros de mi familia fuimos arrestados, nadie podía asegurarle a la policía que no iríamos a Beijing para apelar. Me detuvieron un día más, y Xu Shengli de la Sección de Seguridad de la mina dio la garantía en nombre del sitio de trabajo, y entonces me permitieron ir a casa.
Mi esposa Liu Shuhua y un compañero practicante llegaron a la Oficina de Apelaciones de Beijing, pero nadie los escuchó, por eso fueron a la Plaza Tiananmen. Para entonces, la policía de cada provincia y ciudad en China fue a Beijing para arrestar a los practicantes que apelaban por Falun Dafa. Mi esposa fue arrestada y llevada a la estación de policía de Tiananmen. Muchos practicantes fueron detenidos allí y luego entregados a la policía de cada una de sus áreas. La mayoría de los policías eran de la oficina de la ciudad de Qitaihe. Le quitaron a mi esposa los únicos 116 yuanes que tenía en efectivo. El 18 de noviembre fue enviada a la estación de policía Xinfeng en Qitaihe. El ayudante en jefe, Ma Jianhua, la interrogó y esposó a un tuvo de calefacción. Al día siguiente, el policía Pan Ren la envió al centro de detención Nº 2. Al finalizar el día quince, el jefe Li Qiubo no le permitió regresar a casa, y creó todos los obstáculos posibles para impedirlo. Su cuñada mayor se arrodilló y le suplicó a Li Qiubo, quien era más o menos de la misma edad que su hijo. Sólo así él firmó su libertad.
Alrededor del 15 de diciembre de 1999, algunos practicantes de Falun Dafa enviaron cartas que clarificaban la verdad a la Oficina 610 explicando sus experiencias en Falun Dafa. Pero esto sólo incitó a la Oficina 610 de Qitaihe y al Buró de Seguridad Pública para comenzar una nueva ronda de persecución en contra de los practicantes que habían ido a Beijing. Los forzaron a responderles si todavía seguían practicando. Si les contestaban que sí, eran detenidos. Si la respuesta era no, tenían que escribir una “declaración de garantía” y eran puestos en libertad. En la noche del 16 de diciembre, los oficiales de policía Liu Yi, Pan Yinggui, Li y otros, trabajaron en silencio con Sui, Secretario del Partido del Vecindario. Usando la excusa de querer charlar, engañaron a mi esposa y a los practicantes Zhou Chunmian y Han Yuxia para ir a la estación de policía donde fueron sentenciados a tres meses por “perturbar el orden público".
Debido a que mis padres se negaron a renunciar a Falun Dafa, también fueron detenidos por el policía Wang Dawei de la estación de policía de Hongqi. El Comité de la ciudad ordenó al municipio de Hongqi despedir a mi padre del Partido Comunista y anunciarlo en la TV. Mi segunda hermana mayor Zhang Yujie y mi hermana menor Zhang Dehua fueron detenidas tres meses en la estación de policía de Xinhua y en la estación de policía Dongfeng. En ese entonces, más de 200 practicantes de Falun Dafa fueron arrestados en toda la ciudad, y cerca del Año Nuevo de 2000, algunos fueron liberados.
Después del Año Nuevo, me habló el secretario del trabajo Zhang Wenjiang y me advirtió que no hiciera nada en contra del PCCh y que dejara de practicar Falun Dafa. Le presenté a él a Falun Dafa y le hablé de los beneficios de practicarlo. También le dije que el apelar es el derecho de un ciudadano. Como resultado, le dijo a Xu Shengli de la Sección de Seguridad que me detuviera por una noche. Al día siguiente, el secretario y el jefe de la Sección de Seguridad me pidieron firmar una declaración de garantía de que yo no iría a apelar, ya que de otro modo ellos podrían hacerme detener. Pensé en mi esposa y en nuestros dos niños en edad escolar, y en que no tendrían a nadie que los cuide ni les provea lo necesario para vivir. Por tanto, con el apego de afecto y sentimentalismo, escribí la garantía. Después de eso, vi incluso a más practicantes sufriendo la persecución. Varias veces deseé ir a Tiananmen para validar el Fa, pero mi deseo no se volvió realidad debido a la alta presión.
En marzo de 2000, antes de la Segunda Reunión del Congreso, algunos practicantes escribieron una carta conjunta a nuestro representante para clarificarle la verdad de la persecución a Falun Gong y ellos fueron denunciados. El jefe de la estación de policía de Xinfeng, Li Qiubo, y el policía Liu Yi, me arrestaron a la fuerza en mi trabajo. Me detuvieron 15 días y me obligaron a pagar 300 yuanes por comida y reintegro de gastos.
En mayo de 2000, el centro de detención Nº 2 detuvo a mi esposa y a más de diez practicantes más allá de sus términos. Los obligaron a arar la tierra y hacer trabajos para el centro de detención. Frecuentemente sufrieron torturas e insultos de los guardias si los encontraban haciendo los ejercicios de Falun Gong. El jefe Ren Zhongliang dirigió al policía Wang Shandong para que los pateara. Para protestar por la prolongada detención, los practicantes comenzaron una huelga de hambre. El 13 de mayo el director a cargo, Zhang Heping, decidió cobrarles el costo de las comidas antes de ponerlos en libertad, pero Li Qiubo de la estación de policía de Xinfeng rechazó liberarlos. Además de los 1.850 yuanes en calidad de costo de alimentación, Li Qiubo me forzó también a pagar mil yuanes de multa para poner en libertad a mi esposa. Le dije, “No tengo dinero. Incluso tuve que solicitar prestado dinero para pagar el gasto de la comida”. Él me dijo, “Si no tienes dinero, vende tu TV, de otro modo ni siquiera pienses en llevarla a casa.” Después de la 7:00 p.m., tuve que ir a ver nuevamente al jefe. Le solicité que dejara a mi esposa ir a casa para que se cambie de ropa y que la regresaría al siguiente día. Li accedió insatisfecho. Después que volvimos a casa mi esposa dijo, “El director Zhang estuvo de acuerdo en ponerlos en libertad porque ellos condujeron una huelga de hambre. Si Li Qiubo rechazó liberarlos, entonces debes ir a ver al director Zhang”. Al día siguiente fui con mi esposa a la estación de policía y nos reunimos con Li Qiubo. Él se enfureció y dijo, “A partir de ahora, repórtense a Li diariamente, no salgan ni se junten con otros. Ya verán cómo los arreglo”.
En junio de 2000, algunos practicantes de la ciudad de Qitaihe fueron a la Plaza Tiananmen para validar el Fa. Varios de nosotros, el 2 de junio compartimos juntos nuestras experiencias, y fuimos reportados. Xu Shengli de la Sección de Seguridad de la mina se apuró enviándome a la casa de un practicante y nos puso a Xu Zhenhua y a mí bajo arresto en la Sección de Seguridad. Varios policías nos monitoreaban en todo momento. El 3 de julio, nos enviaron a los dos al centro de detención del Buró de Seguridad Público, y también a otros practicantes y a los del Buró de minas que habían ido a Beijing. La policía nos torturó malamente, y nos insultó. Nos interrogaron acerca de quién había propagado los artículos del Shifu, quién había coordinado el viaje a Beijing, etc. Los practicantes que no cooperaron con el interrogatorio sufrieron golpizas crueles, torturas tales como “volando en aeroplano” y forzados a comer con sal. Policías con vehículos grandes y chicos estuvieron ocupados persiguiendo a Falun Gong. Debido a que Xu Zhenhua y yo no habíamos ido a Beijing, el 7 de julio, mi familia firmó una declaración y la unidad de trabajo nos multó a los dos.
Mi papá, Zhang Shouxin, mi madre, Tang Shaorong, y mi cuñada mayor, Zhao Hong, fueron devueltos de Beijing y puestos en el centro de detención Nº 1 de la ciudad de Qitaihe. Mi hermano mayor, Zheng Deming y mi tercer hermano menor, Zhang Dehui, fueron a Beijing y estuvieron detenidos en el Buró de Seguridad Pública. A mi cuñado mayor, Li Changshan, y a mi hermana mayor, Zhang Yujie, los llevaron desde su hogar al centro de detención Nº 2.
Mi padre desplegó un cartel en la Plaza Tiananmen y la policía, le propinó una fuerte golpiza. A pesar de las heridas y dolor, los guardias, aún así, ordenaron a los presos que lo vigilaran y no le permitieran hacer los ejercicios. Lo obligaron a sentarse en un tablero de madera durante todo el día y memorizar las regulaciones de la prisión y le pegaban si no las recordaba correctamente. Mientras estuvo allí, sólo le dieron de comer panes al vapor mojados en salsa, y soportó torturas tanto físicas como mentales. Después de tres meses de detención, su cuerpo recuperó las enfermedades que tenía antes de practicar Falun Dafa. Tuvo dificultades para orinar y le aparacieron cataratas. Su cuerpo estaba cubierto con múltiples picaduras y cicatrices dolorosas. Sólo cuando él estuvo con su último aliento, la policía le permitió regresar a casa con mi mamá. Mi hermano mayor y mi cuñada aún seguían presos. Después de que mis padres regresaron a casa, el jefe del vecindario, el secretario y el policía del área, iban a menudo para acosarlos, y por eso no se atrevían a estudiar el Fa o a practicar los ejercicios. Nuestros amigos cercanos fueron también envenenados por la cultura del PCCh, y acusaron a mi padre por el encarcelamiento de sus hijos. Afrontando una presión tan grande, se deterioró su salud y él murió el 8 de mayo de 2001.
Un mediodía cercano a agosto de 2000, recibí una llamada de una persona pretendiendo ser el pariente de un compañero practicante. Deseaba entregarme una carta y pedirme que nos encontráramos en el sitio de trabajo. Realmente, él era un agente del Buró de Seguridad de Qitaihe. Trató de engañarme para hacerme decir algo en contra de mi propia voluntad. Me amenazó y me dijo que si yo decía lo que él deseaba que dijera, sería tratado compasivamente, de otro modo, tendría que ser enviado al campo de trabajos forzados. Debido a la mediación de un amigo, no ocurrió eso.
Antes del Año Nuevo de 2002, el practicante Xu Zhenhua y yo visitamos a un practicante que justo había regresado del campo de trabajos forzados. Ex practicantes que se habían vuelto en contra de Dafa, también estaban visitándolo en ese momento. Les dijimos acerca de la retribución al ponerse en contra de Dafa y les sugerimos que regresaran a asistir al Shifu en su Rectificación del Fa. En vez de eso, ellos nos reportaron a la Oficina 610. Los jefes de la estación de policía de Xinjian, Liu Qiudong, Yin Xiuquan y el policía Zhang recibieron órdenes de llevarnos a la estación de policía, y ellos saquearon mi hogar sin ninguna orden legal. Confiscaron algunos casetes de clarificación de la verdad y materiales de Dafa y nos enviaron al centro de detención Nº 2.
Afrontamos reiterada persecución, fuimos firmes en nuestros pensamientos rectos y no cooperamos con ellos. Los policías guiados por Ren Zhongliang le arrancaron la campera, acolchada con algodón, a Xu Zhenhua, lo dejaron a la intemperie con una temperatura inferior a menos 20 grados centígrados, y todo su cuerpo quedó cubierto por la nieve. Cuando sus labios se volvieron color púrpura y todo su cuerpo temblaba le permitieron entrar. El jefe de la celda me arrancó toda mi ropa bajo las órdenes de los guardias y vertieron sobre mi cuerpo veinte baldes de agua fría. Frecuentemente éramos golpeados y abusados verbalmente. Nos mantuvimos clarificando la verdad a los presos a nuestro derredor, hablándoles con bondad, y esforzándonos en crear un buen ambiente. Dos meses más tarde fuimos puestos en libertad.
Después del Año Nuevo de 2003, la Oficina 610 de Qitaihe y el Buró de Seguridad Público, comenzaron una nueva ronda de persecución en contra de practicantes locales. La unidad militar del sitio de trabajo nos protegía superficialmente, pero en realidad nos monitoreaba secretamente. El policía Liu Yi y el jefe Liu Shuhong nos monitoreaban en casa y vigilaban a quienes iban a visitarnos.
A comienzos de marzo de 2003 fue destruido el sitio de producción de materiales que clarifican la verdad en Qitaihe, causando una pérdida financiera de más de cien mil yuanes. Más de treinta personas fueron arrestadas, y más de diez se volvieron errantes para evitar la persecución. El practicante de Falun Dafa, Zheng Libo, fue golpeado hasta muerte durante los dos días que estuvo arrestado. Veintiuna personas fueron sentenciadas y seis enviadas a campos de trabajos forzados. Mi hermano mayor, Zhang Deming, mi cuñada mayor, Zhao Hong, mi esposa y yo, todos fuimos forzados a volvernos errantes. A mi hermano menor, Zhang Dehui, lo sentenciaron a dos años; mi cuñada menor, Li Ziaojie (no practicante) fue golpeada y herida por la policía cuando trataba de evitar que apresaran a mi hermano. Mi madre de 71 años de edad se mantuvo practicando, confiando y con fe en Dafa y en el Shifu. Ella les decía a otros que todos estos problemas fueron ocasionados por la persecución. Nadie ayudó a cuidar a mi madre, tuvo que cocinar y hacer todo el trabajo de la casa sola, y atender a los dos niños. Entre tanto, sufría el dolor de haber sido separada de sus hijos. Por encima de eso, afrontaba las miradas burlonas de familiares y vecinos, que habían sido envenenados por el PCCh en contra de Falun Dafa. Sin embargo, mi madre no se doblegó debido a su fe en Dafa.
Mi hijo mayor, Zhang Liang, sufrió terriblemente el arresto de sus padres, el saqueo de nuestra casa, y el haber sido forzados a volvernos errantes durante varios años para evitar ser perseguidos. Era amenazado por la policía que siempre aumentaba la presión sobre él, hasta que finalmente tuvo que abandonar la escuela. Cuando perdió el ambiente pacífico para practicar Falun Gong y afrontó la irrazonable persecución, tuvo miedo de practicar Falun Dafa. En 2005 Le diagnosticaron leucemia, y abandonó el mundo a la edad de doce años.
Todo lo que a nosotros nos ha pasado, es sólo una mínima parte de lo que ocurre a más de cien millones de practicantes de Falun Gong que sufren la persecución. Deseamos enviar nuestro aprecio a las organizaciones extranjeras y a la gente bondadosa alrededor del mundo por su cuidado y asistencia durante la persecución.
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