Después de celebrar un estudio de Falun Gong en la comunidad de San Chung, continuamos practicando los ejercicios en grupo en la Escuela Elemental de San-Kuan todos los lunes por la tarde.
Es habitualmente apacible por la tarde, en particular en el espacioso y limpio vestíbulo del campus de la escuela. Pero recientemente, un grupo de estudiantes comenzó a utilizar el vestíbulo para su práctica de baile. Les dejamos el centro del vestíbulo y nos desplazamos a un rincón.
La música de baile es sonora, pero estamos determinados a practicar nuestros ejercicios. Es, posiblemente, un modo para nosotros de transmitirles el Fa a los estudiantes. Cuando descansan o utilizan los ritmos en lugar de la música, pienso de repente: "Puedo oírlos, pero ellos también pueden oírnos a nosotros". Reflexionando en las enseñanzas del Maestro a propósito de lo positivo y lo negativo que van mano a mano, estamos determinados a salvarles y permitirles obtener el Fa a pesar de la interferencia de su música.
Mis lágrimas fluían mientras hacía los ejercicios. Sentía tanta compasión… Lo que consideraba como un obstáculo forma parte ahora del equilibrio y de la armonía. Un día en el futuro, se acordarán del grupo de gente del vestíbulo central, un grupo de gente que practicaba tranquilamente los ejercicios de Falun Gong.
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