Bajo el reinado del Emperador Huizong en el año 1119, Huang Cong fue nombrado Jefe del Condado de Minqing, en lo que es hoy la provincia de Fujian. Veneraba a las divinidades a diario. Aunque era vegetariano, él mismo compraba cada día un pedazo de carne para su madre. Era una persona virtuosa y digna que no temía el poder. Jamás aceptaba obsequios por parte de funcionarios subalternos pero regalaba jarras de vino a funcionarios de mayor categoría para agradarles. Los funcionarios corrompidos obraron en consecuencia.
El Taoísmo era muy popular en este período de la historia de China y numerosos taoístas virtuosos hacían muchas buenas acciones y la gente los respetaba. Un alto funcionario, Huang Mianzhong, fue nombrado Gobernador de la provincia de Fujian. Después de oir hablar de los dones que recibían los taoístas por sus buenas acciones, se volvió celoso y pidió a todos los condados cobrar un impuesto sobre estos. Todos los jefes de los condados excepto Huang Cong siguieron las órdenes y cobraron grandes cantidades de dinero a los taoístas.
Huang Cong pensaba que los taoístas practicaban la autenticidad y promovían la virtud, lo que era bueno para la sociedad y que no deberían ser reprendidos. Además, no había decreto de la Corte Real que autorizara el cobro de impuestos a los taoístas y no siguió las órdenes del Gobernador Huang. Sin embargo el Gobernador Huang le hizo la petición repetidas veces, pero Huang Cong no cobró cuatro meses de su propio salario y lo utilizó para pagar la tasa impuesta a los taoístas. El Gobernador estuvo descontento y detestó a Huang Cong, pero no pudo hacer nada contra esto.
Más tarde, sobrevino una ocasión que le permitía al Gobernador desquitarse. El Emperador envió a un funcionario a cada región para evaluar el trabajo de los funcionarios locales. El emisario del Emperador y el Gobernador Huang estaban corrompidos y acosaron a Huang Tong.
Después de la inspección, el emisario regresó a la capital e hizo un mal informe sobre Huang Cong para los funcionarios reales. Todos ellos pensaron que Huang Cong iba a tener problemas.
Un día, el emisario estaba en compañía del Emperador Huizong, que le preguntó repentinamente, "Entre los doce jefes de condado a los que entrevistó en la provincia de Fujian, ¿cuál de ellos es el más virtuoso?". El emisario no esperaba que el Emperador le planteara esta cuestión y sintió un vacío en su espíritu. El Emperador se lo volvió a preguntar y solo se acordó del nombre de Huang Cong, así que respondió con total rapidez: "¡Huang Cong es virtuoso! ¡Huang Cong es virtuoso!".
El mismo día, el Emperador dio la orden para que Huang Cong fuese ascendido a Jefe de distrito.
A su vuelta a la Corte Real, el emisario recuperó el sentido y fue capaz de hablar más fácilmente. Sintió haber dicho buenas palabras concernientes a Huang Cong.
El emisario más tarde contó a su familia lo que había pasado. Los suyos le contestaron: "Es extraño, hiciste lo contrario a lo que querías hacer". Poco tiempo después, los funcionarios de la Corte Real hablaron también sobre eso y lo debatieron. Concluyeron que Huang Cong había sido recompensado por el cielo por su virtud. Incluso el mismo emisario lo admitió.
Versión en chino disponible en: http://minghui.ca/mh/articles/2008/3/6/173709.html
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