El 31 de enero de 2010, Sonntagszeitung, el segundo periódico semanal más grande de Suiza, publicó una entrevista a una practicante de Falun Gong en Alemania. Ella habló de lo que había presenciado en los campos de trabajo forzado y acerca de la extirpación de órganos y las atrocidades perpetradas contra los practicantes de Falun Gong en China. El título del artículo es:" Estoy muerta, estoy muerta, estoy muerta ----".
La entrevista en Sonntagszeitung |
¿Tiene alguna enfermedad genética en su familia? "Cuando le preguntó un médico en la prisión, nunca imaginó que esa pregunta iba decidir si ella iba a vivir o morir".
El artículo dice: "Más tarde, muchos eventos indicaron que la Sra. Liu Wei casi se convierte en una víctima de la sustracción de órganos. Era lo mismo que David Kilgour, ex Secretario de Estado canadiense para Asia-Pacífico describió en su libro "La Cosecha Sangrienta", publicado en 2009, que afirma que el régimen comunista chino mató a un gran número de detenidos en los últimos años y tomó sus corazones, riñones y pulmones. La incautación de estos órganos llenó el vacío entre la demanda y la oferta real de órganos.
La Sra. Liu Wei pasó dieciséis meses en diferentes cárceles y campos de trabajos forzados. En aquellos días, fue severamente maltratada y torturada y se vio obligada a tejer jerséis a mano durante 15 horas a diario. Fue sometida a la privación del sueño. La razón por la que fue perseguida era por practicar Falun Gong, el cual esta prohibido por el régimen comunista chino desde 1999.La Sra. Liu fue arrestada por copiar y difundir en secreto los materiales para aclarar la verdad.
"Nadie se preocupaba por mi salud en la cárcel, recordó la Sra. Liu, "Pero tenía que ir al médico cinco veces para hacerme análisis de sangre." Le hicieron los análisis y el médico examinó su corazón y riñones con ultrasonido.
Ahora, la Sra. Liu cree que los resultados de los exámenes médicos le salvaron la vida. Dijo:" Afortunadamente, mis órganos no eran de mejor calidad". Fue liberada en 2003 y vino a Alemania un año más tarde.
David Kilgour cree que hay dos razones debido a las cuales el régimen optó por los practicantes de Falun Gong como una fuente de órganos. En primer lugar, porque hacen la meditación y en segundo lugar; porque son muy saludables. No fuman, ni beben. A menudo hacen los ejercicios de (Falun Gong) La práctica fue tan popular en la década de 1990, que el régimen se sintió amenazado, por lo tanto mintió y etiquetó a Falun Gong como un culto maligno.
Por escribir, Cosecha Sangrienta, el Sr. Kilgour fue galardonado con el premio de Derechos Humanos por la Organización Mundial de Derecho Humanos en Berna, Suiza. En el libro, el Sr. Kilgour utilizó los informes de los prisioneros que habían sido detenidos y otras pruebas para apoyar sus conclusiones.
Investigadores que hablaban chino también llamaron a los hospitales de China. Haciéndose pasar por alguien que necesitaba un órgano, el investigador pedía información relacionada con la extirpación de órganos a los practicantes de Falun Gong. Las respuestas de los médicos eran horripilantes.
La cosecha involuntaria de órganos a los practicantes detenidos de Falun Gong aún continúa en los campos de trabajos forzados en China. Cuando un investigador llamó al hospital asociado de la Universidad de Xian, para información, recibió una respuesta afirmativa por un médico. El médico dijo: "Nosotros nos preocupamos sólo por la calidad de los órganos, no por la fuente."
"Lo qué está sucediendo en China es increíble, dijo, Franz Immer, presidente de la Fundación Suiza de donación de órganos y trasplantes."Los practicantes de Falun Gong se convirtieron en un banco de órganos vivos y fueron catalogados bajo un titulo específico. Este banco tiene decenas de cientos de registros y cada uno probablemente implica una muerte".
La Sra. Wei Liu tiene suerte de estar viva. Esta mujer de 37 años de edad, aceptó la invitación de la Asociación Mundial de Derechos Humanos y de la Asociación Suiza de trasplantes de órganos y llegó a Berna para contar su experiencia. Ahora, está sentada en una cafetería. Mirando a través de la ventana el paisaje del invierno en Berna, dijo: "Es genial poder estar aquí. ¡Es genial poder ver al Sr. Immer!"
"Es muy probable que los médicos encontraron defectos en sus órganos. Eso podría ser la razón por la que ella sobrevivió. Durante su detención, la Sra. Liu estaba en un estado físico muy malo. Recibía constantemente órdenes de estar de pie o sentarse quieta. Sí se movía aunque sea un poco le pateaban y golpeaban. Estuvo a punto de perder los nervios. "Una vez sentí que ya estaba muerta, estoy muerta, estoy muerta, estoy muerta ----," añadió.
"En 2007, el régimen comunista chino presentó su nueva ley de trasplante de órganos. Según esta ley, los condenados a la muerte pueden decidir donar sus órganos. Para Daniele Gosteli Hauser, especialista en derechos humanos de Amnistía Internacional, esto suena muy irónico. Es decir, los condenados a la muerte no tienen derecho a expresar su voluntad".
La entrevista dice al final: "Aunque habían baños limpios - incluso bibliotecas y salas de informática – a los presos no se les permitía usarlos, todo eso era para que sea visto las personas del exterior y para mostrar cómo China se está convirtiendo en un país civilizado".
Versión en chino disponible en: http://minghui.ca/mh/articles/2010/2/10/217886.html
Versión en inglés disponible en: http://www.clearwisdom.net/html/articles/2010/2/20/114818.html
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