Muchos de los presos de la división número 7 del centro de detención de Beijing, eran delincuentes comunes. Alguno de ellos estaba condenado a muerte, y tenían las muñecas y los tobillos esposados y con grilletes. El único ruido que se oía en las celdas era el sonido de las esposas, de los grilletes y los gritos de los guardias maldiciendo.
La practicante de Falun Gong, Liu Zhimei, de 20 años, también estaba retenida en el centro de detención de Beijing. En la celda, contaba historias sobre sus experiencias y las de sus compañeros practicantes. Nos dijo que cuando la liberaran, volvería a la universidad y se licenciaría para poder trabajar y tener dinero para ayudar a los hijos de los compañeros practicantes cuyos padres habían sido perseguidos de forma severa.
Hablaba sobre los principios de Falun Gong a los otros reclusos. Había algunos reclusos en el centro de detención que procedían de la clase alta y tenían estudios universitarios. Normalmente, no ponían atención cuando los practicantes les hablaban, pero cuando Liu Zhime les habló, la escucharon y admitieron que sus palabras eran razonables. Una reclusa joven del sur, no tenía dinero para comprar las necesidades básicas diarias, así que la Sra. Liu compartía las pocas cosas que tenía con ella. Además, también enseñó a esta reclusa a recitar todos los poemas de Hong Yin. Durante la detención de la Sra. Liu, yo también aprendí los hechos sobre Falun gong y me hice practicante.
Una vez, los guardias llamaron a la Sra. Liu para interrogarle y no volvió hasta dos meses después. Le preguntamos dónde había estado y contestó con una sonrisa. "Es un secreto". Al final me contó que no sabía dónde había estado porque le vendaron los ojos cuando la llevaron de vuelta a la celda. La celda donde estaba encerrada era extremadamente pequeña, con apenas espacio para una cama y un váter. Durante esos dos meses, no le permitieron cambiarse de ropa ni ducharse. Había una cámara grande en el techo que la vigilaba las veinticuatro horas del día.
La Sra.Liu dijo que estaba deseando que la interrogaran porque esto le daba la oportunidad de hablar de Falun Gong. Los primeros días, la interrogaron unos minutos. Después de esto, la encerraron en la pequeña celda durante más de un mes sin ver ni hablar con nadie. También contó que en la celda recitaba en voz alta Hong Yin. Pero el guardia le dijo que si seguía haciendo esto, le inyectarían una droga. Entonces comenzó a recitar en voz baja. La zona donde se encontraba confinada estaba llena de celdas similares a la suya y oía gritos de dolor procedentes de las compañeras reclusas que estaban siendo torturadas. Es difícil decir cuantos practicantes estuvieron ahí encerrados y torturados.
Cuesta imaginar qué es para una joven de 20 años estar encerrada en una pequeña celda sin poder hablar con nadie y vigilada las 24 horas del día durante dos meses. Para Liu Zhimei, estar incomunicada durante tanto tiempo y aún ser capaz de bromear con nosotros, cuando volvió de la División 7, fue una visión increíble sobre la situación.
Hace poco he oído que Liu Zhimei sufrió un colapso mental, y me sentí muy triste. Fue capaz de salir adelante durante aquellos tiempos tan duros con su fe en Dafa, así que, ¿Qué es lo que le ha pasado ahora?
Escrito el 24 de febrero de 2010
Versión en chino disponible en: http://minghui.ca/mh/articles/2010/2/24/218684.html
Versión en inglés disponible en: http://clearwisdom.net/html/articles/2010/3/8/115210.html
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