Las poderosas palabras de los antiguos Maestros ortodoxos se pueden aplicar tanto actualmente como las aplicaban los practicantes del Tao en la época de Lao Tseu. Un practicante sabio, objetivo en sus puntos de vista, desinteresado de lo que puedan decir los demás, viviendo según Dafa, descubrirá que la serenidad de espíritu es crucial para permitir la absorción y el entendimiento de las enseñanzas de Dafa. Todas las indicaciones para hacer uno con los conceptos de Dafa están dentro del precioso libro Zhuan Falun del Maestro Li Hongzhi. El Maestro Li nos recuerda que la virtud de un verdadero practicante se manifiesta por si misma más allá que dentro de las convenciones sociales y las buenas maneras, forma parte del Camino. Nuestras generaciones actuales tienen sus palabras vivas como guías. Los ancianos se esforzaban por seguir la sabiduría de Lao Tseu. Siguen dos poemas suyos, perlas de la sabiduría tradicional china, escritos antes que “se fuera hacía la Puerta del Oeste”:
Consciencia del Futuro
"Antes de experimentar cualquiera situación, antes que los problemas surgiesen, debe rendir su espíritu calmo y claro".
La claridad y la tranquilidad son las raíces del Camino, pero puede ser que fuese, sin ninguna razón, arrastrado en todos tipos de consideraciones antes los hechos, asaltado por centenas de pensamientos. Luego cuando atraviesa las situaciones, tratando con las personas y los eventos, pueden resultar ser diferentes de lo que hubiera pensado y entonces intenta que se ajusten sus pensamientos.
Eso reduce la vitalidad, gasta el espíritu, y agota la energía.
"Es mejor no ser consciente del futuro, dejándolo ser lo que debe ser. Los estudiantes que no se liberen de esta consciencia pueden por consiguiente difícilmente aprender el Camino. La manera para liberarse de esta consciencia es de olvidar los objetivos, de rechazar las inquietudes y de aclarar su espíritu, de manera que se quede como vacío". (Lao Tseu)
Ignorancia aprendida
En la ausencia de entendimiento, todos tipos de argumentos diferentes, de opiniones y de teorías surgen, viniendo de escuelas diferentes y grupos que tengan cada uno un punto de vista y rechacen los otros. Mantienen con fuerza sus teorías, se atacan y se provocan los unos a los otros. Cada uno mantiene su punto de vista, defiende y destaca sus propias doctrinas. Todos quieren ser los protectores del Camino, pero aunque hablan francamente, llegan a los extremos.
"El espíritu que comprende el Camino es totalmente imparcial y sincero, pero por haber durado tanto tiempo la tradición taoista, han surgido degeneraciones de la personalidad. Las personas se atacan las unas a las otras y establecen facciones de seguidores. Se llaman a si mismos los vigilantes del Camino, pero en realidad se encuentran ahí por sus propios intereses. Cuando se mira a sus motivaciones, son todos externos. Este tipo de gente son podredumbre dentro del Confucianismo, bandidos dentro del Taoismo, alborotadores dentro del Budismo. Están confundidos y obsesionados". (Lao Tseu)
Fuente: Espíritu del Tao, Publicaciones Shambala, Boston, MA; 1993, T. Cleary, traductor/editor.
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