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"La rectitud" le permite a uno distinguir el bien del mal para ser justo, racional y moral. Esto mantiene a la sociedad estable y la armonía entre las personas
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| La acción recta de una joven madre en la antigua China libró a su nación de un peligro. (Xiao Ling/Photos.com) |
El carácter chino para "virtud ", 義 (yì), contiene una amplia gama de significados asociados con la moralidad, inclusive la lealtad, la justicia y la honradez. Este es uno de los conceptos básicos de la cultura tradicional china.
Entre las muchas leyendas de personajes históricos chinos que ejemplifican la justicia, hay una historia sobre una mujer virtuosa que impidió que un ejército invasor atacara su nación.
Durante el período de primavera y otoño (770-476 a. C), el estado de Qi atacó al estado de Lu. Una mujer de Lu fue encontrada corriendo en las afueras de la ciudad intentando escapar, ella llevaba un niño en un brazo y con la otra mano sostenía la mano de otro niño.
Cuando un soldado Qi corría tras ella, soltó el segundo hijo y mantuvo el niño que llevaba cargado.
El soldado la alcanzó y le preguntó: "¿Por qué mantienes al niño que llevas cargado y sueltas al otro?".
La mujer respondió: "El niño que llevo es el hijo de mi hermano mayor; el niño que solté es mi propio hijo. No podía llevarlos a los dos, así que dejo ir a mi hijo".
Cuando el general de Qi se enteró de su respuesta, le preguntó: "¿Cuál de los niños amas más, al hijo de tu hermano o a tu propio hijo?".
La mujer respondió: "El amor que siento por mi propio hijo es un amor egoísta, pero yo tengo un sentido de responsabilidad con el hijo de mi hermano, aunque me rompe el corazón dejar ir a mi propio hijo, cuidar el hijo de mi hermano es lo correcto".
El general Qi detuvo el ataque contra Lu, diciendo: "Incluso una mujer de Lu entiende profundamente el significado de la justicia. ¿Cómo puedo yo atacar un estado tan justo?".
El ejército Qi se retiró y la mujer y los dos niños regresaron a casa seguros. Cuando el duque de Lu escuchó la historia, envió muchos regalos a la mujer y le otorgó el nombre de "Señora recta".
Dice un antiguo refrán, "yo quiero estar vivo y ser recto. Si no soy capaz de tener ambos, debería renunciar a mi vida y ser recto".
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